TRAMA POLÍTICA
Las falacias de Fox, Calderón y del Tribunal Electoral
Mario Villar Borja
El presidente Fox visito a la Organización de las Naciones Unidas con motivo de la asamblea anual de 2006, en sus declaraciones, aseveró que México vive una democracia madura y casi perfecta, nada mas lejos de la realidad, por que desde el año 2000 se ha vivido un sensible retroceso en la construcción de la democracia mexicana. Tan sólo recordemos que Richard Nixon, fue obligado a renunciar a la presidencia de EE UU, por el pecado de haber espiado a su contrincante político; imagínense que le esperaría a Felipe Calderón si viviera en un país democrático, con la cantidad de delitos electorales y anomalías que cometió, seguramente ya estaría procesado.
Calderón aceptó aportaciones ilegales por parte de actores, que de acuerdo con lo establecido en el artículo 48, párrafo 13 de la Ley electoral, el COFIPE, “En ningún caso se permitirá la contratación de propaganda en radio o televisión a favor o en contra de algún partido político o candidato por parte de terceros” y Calderón acepto, de acuerdo con el IBOPoE (la compañía encargada de monitorear el proceso electoral) propaganda pagada por terceros que asciende a cifras millonarias, de Sabritas y Jumex en anuncios que invitaban al voto en los mismos colores, tipo de letra y efectos que los utilizados por Calderón. Una asociación civil desconocida denominada “Ármate de Valor” lanzó publicidad que asociaba a Obrador con Chávez. El Consejo Coordinador Empresarial lanzó una publicidad falaz calculada en más de 120 millones con énfasis en los “riesgos” que significaban elegir a una persona que no estuviera de acuerdo con el modelo actual y que planteara un proyecto alternativo de política económica. Una gran parte de la propaganda de Calderón se basó en la comisión del delito de difamación, como cuando aseguró por ejemplo que López Obrador había endeudado en muchas decenas de miles de millones al D.F., cuando en la realidad es que el endeudamiento de esta entidad es autorizado por la Cámara de Diputados Federal y que por ejemplo en el 2004, cuando solicitó un endeudamiento de 1500 millones, sólo le autorizó 500 millones. Aceptó de manera ilegal la campaña permanente de Fox para denostar a López Obrador y pedir por ejemplo “que no se cambie de caballo a media carrera”, trajo a México a José María Aznar, el ex presidente del gobierno español, para hacer campaña a su favor. En fin Calderón cometió innumerables delitos y anomalías.
Al cumplir con sus obligaciones constitucionales, el Tribunal Electoral despreció toda esta campaña sucia y violatoria de la Ley electoral, el COFIPE, y otorgo validez a elección mas sucia y fraudulenta de la historia de México, argumentando en primer término que “la Coalición por el Bien de Todos” no había solicitado formalmente el recuento de “voto por voto, casilla por casilla”, cuando aunque así hubiese sido, el TRIFE, ante la evidencia de graves irregularidades, debería de haber cumplido con la Ley electoral, actuando como lo prescribe el primer párrafo del artículo 23 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral que establece que “al resolver los medios de impugnación, establecidos en esta ley, la sala competente del Tribunal Electoral deberá suplir las deficiencias” de la queja. Pero no sólo no las suplió, sino que mintió a la nación aseverando que no se había solicitado el recuento total, cuando sólo debería haber cumplido con la ley y haber ordenado lo que a gritos se pidió. No cabe duda que la falacia ha sido la distintivo de la actuación del Tribunal Electoral, pues del análisis de la votación claramente se desprenden las irregularidades graves de la elección presidencial, dado que en 26,780 casillas sobraron 546,079 votos, que son casi el doble de la diferencia entre los dos candidatos, y esto por sí mismo, es plena prueba del fraude electoral a favor de Calderón, pues es él, el único con poder para obtener estas boletas electorales.