■ Urge que el Congreso integre la comisión para investigar a Mouriño, advierte el ex senador
Bartlett califica de “vergonzosa” la postura de Beltrones y Gamboa
■ El secretario de Gobernación está metido de lleno desde el sexenio pasado en la política privatizadora de los energéticos
■ Ha sido pieza clave en el otorgamiento de concesiones y permisos ilegales, dice
Ampliar la imagen El ex gobernador de Puebla Manuel Bartlett Díaz. Imagen de archivo Foto: María Luisa Severiano
Ampliar la imagen Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, el pasado 4 de marzo, durante el aniversario del PRI Foto: José Antonio López
Es urgente que el Congreso integre de inmediato una comisión investigadora sobre el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, ya que no sólo ha beneficiado a sus empresas familiares, sino que “está metido de lleno desde el sexenio pasado en la política privatizadora de los energéticos” y ha sido pieza clave en el otorgamiento de concesiones y permisos ilegales para generar energía eléctrica a trasnacionales, principalmente españolas, sostuvo el ex senador Manuel Bartlett Díaz.
En entrevista con La Jornada, expresó que “da vergüenza” la postura asumida por los coordinadores parlamentarios priístas, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, al obstaculizar que se investigue desde el Legislativo a Mouriño. Aclaró, sin embargo, que “el PRI no son estos dos personajes convertidos en comparsas y asociados de Felipe Calderón en la privatización de los energéticos”.
Con datos de primera mano, ya que fue actor principal de la batalla por detener la privatización de la electricidad y el petróleo, debate que se dio en el Senado la pasada legislatura, Bartlett insiste en que a Mouriño se le debe investigar a fondo porque es uno de los responsables de “la creación de enclaves extranjeros en el país”.
Lo anterior, referido a empresas españolas como Repsol e Iberdrola, que concentran una fuerza enorme en el sector eléctrico y operan con base en “una violación tras otra a la Constitución”, pero producen ya 40 por ciento de la electricidad que se consume en el país, además de que están también ya en el sector petrolero a través de los contratos de servicios múltiples.
A esos consorcios extranjeros, en su mayoría españoles, se les dieron permisos y privilegios exorbitantes al otorgarles subsidios encubiertos, gas importado para sus generadores y permitirles que vendan energía directamente a los municipios, además de obligar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a comprarles toda su producción.
Recordó que esas “graves violaciones” al artículo 27 constitucional, cometidas por el propio Felipe Calderón, Mouriño y César Nava, a su paso por la Secretaría de Energía, fueron documentadas por la Auditoría Superior de la Federación, pero no se les fincaron responsabilidades debido a maniobras del gobierno foxista y la decisión de la Suprema Corte de no ir al fondo del asunto en una controversia constitucional.
Los involucrados en las denuncias quedaron en la impunidad y uno de ellos, el cuestionado secretario de Gobernación, es ahora el responsable directo de la reforma energética, de un proyecto inicial para abrir al capital privado la explotación de petróleo en aguas profundas, que dejará a las empresas trasnacionales 300 mil millones de dólares –según datos de la propia secretaria de Energía, Georgina Kessel–, tan sólo por la instalación de las plataformas.
“Ése es el gran negocio, porque los 300 mil millones de dólares son sólo por la maquinaria que habrán de instalar –y cuyo costo ya amortizaron en otros países–, además de que se llevarán luego 50 por ciento del petróleo que encuentren”, agregó Bartlett. Hizo notar que seguramente Mouriño buscará que participen también las empresas de su familia.
El político priísta insistió: “Es urgente que se integre la comisión especial del Congreso para investigar a Mouriño, porque es claro que actuó de manera dual, como representante de las empresas de su familia y al mismo tiempo como funcionario público, y eso está claramente prohibido en la ley”.
El propio Mouriño reconoció que los contratos con Pemex que dio a conocer Andrés Manuel López Obrador son auténticos, “aunque de manera cínica” asegura que son legales, que no hay conflictos de interés, añadió. De entrada, dijo, tendría que probar su dicho de que renunció a las acciones que tenía en 80 empresas.
–Pero parece que se salvó gracias a la intervención de Beltrones y Gamboa Patrón…
–No sé si se salvó, pero me parece una vergüenza lo que está ocurriendo con esos dos personajes, a los que también se sumó Francisco Labastida. Y creo que tanto los senadores como los diputados están obligados a deslindarse de esas actitudes de tapaderas de corruptelas.
“¿Qué todos los legisladores del PRI son comparsas se Mouriño?, ¿están de acuerdo en que se tape con argumentos pueriles, de contubernio, la investigación de un delito que salta a la vista?”
Él mismo responde que conoce al PRI “de toda la vida” y ni Beltrones ni Gamboa son el partido, además de que en los recorridos que ha hecho por todo el país ha encontrado gran indignación en las bases del Revolucionario Institucional por “la determinación de esos personajes de ir impúdicamente a proteger a un asociado y de sumarse a la apertura energética”.
En ese sentido consideró que los priístas deben exigir a los coordinadores parlamentarios y a Francisco Labastida, quien preside la Comisión de Energía en el Senado, que informen del contenido de todas las conversaciones que han sostenido con Calderón y otros funcionarios, como la secretaria Kessel, en torno a la reforma energética.
La insistencia de Beltrones en que Pemex debe buscar alianzas estratégicas con empresas extranjeras coincide con el proyecto de Calderón y con la campaña de espots que ya comenzó a difundirse en televisión para engañar al pueblo de México, para hacerle creer que tenemos que ir rápidamente a explotar el petróleo en aguas profundas del Golfo de México, agrega.
Hace notar que ello es falso, ya que expertos petroleros han insistido en que México lo que debe hacer es explorar y explotar petróleo en tierra y en aguas someras, mientras se abarata la tecnología para ir a aguas profundas.
“En los propios planos de Pemex están ubicados los lugares en aguas someras del Golfo de México, donde hay miles de millones de barriles de crudo, además de que hay pozos abandonados a los que sólo se les sacó 11 por ciento del petróleo contenido. ¿Por qué entonces la locura de perforar en aguas profundas de Calderón y sus asociados Beltrones y Gamboa, cuando se sabe que es caro, delicado, y que llevará diez años sacar el crudo?”
El ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Puebla resaltó que en esa “obsesión” por explotar en aguas profundas en el Golfo de México hay fuertes intereses de trasnacionales que quieren mantener el trato de privilegio que los panistas les han dado desde 2000, año en que llegaron al poder.
Bartlett Díaz terminó el libro El petróleo y Pemex, un despojo a la nación, en el que recuenta la lucha dieron un grupo de legisladores de PRI y PRD de 2000 a 2006 para frenar la privatización de los energéticos, batalla no sólo contra los panistas en el poder, sino muchas veces también contra sus propios coordinadores parlamentarios.