EVENTO PARA EL DIA JUEVES:
Jueves 30 de octubre
Hemiciclo a Juárez
5 pm
Astillero
■ ¿Qué sigue?
Ampliar la imagen Trabajadores de la Cámara de Diputados llevan a resguardo el águila republicana, ayer durante la toma de la tribuna del recinto legislativo, antes del inicio de la sesión ordinaria donde sería votada la reforma a Pemex Foto: Marco Peláez
1. El Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo triunfó, mas no plenamente ni en definitiva (dicho de otra manera: consiguió mucho más de lo que su desventajosa posición respecto del poder fáctico le permitía, pero no logró –porque no le era posible– cerrar todas las rendijas privatizadoras expandibles, e incluso lo que obtuvo en la letra legal está en riesgo de ser adulterado en la práctica discrecional). Es una victoria indudable que las originales pretensiones privatizadoras del calderonismo mouriñista fueran disminuidas de manera notable, pero en convenio con los bucaneros coordinadores de las bancadas priístas y de los chuchos colaboracionistas se dejaron sembradas las trampas de operación administrativa e interpretación jurídica que asegurarán buena parte de las ganancias esperadas por esos subastadores de la riqueza nacional. Una de esas transas programadas es la relacionada con los lotes territoriales disponibles para concesión, que de forma sugerente se negó a conjurar la aplanadora de San Lázaro. Al paso de los días irán asomando otras maquinaciones similares.
2. Andrés Manuel López Obrador parecía estar en vías de ser llevado al baile de una fiesta de optimismos intencionalmente exagerados, cuya aceptación y celebración le habrían costado mucho a la hora de retomar la lucha ante las subsecuentes evidencias de que no había los primores tan promovidos. El viraje de última hora le permite continuidad. Ese golpe de timón hizo que cayeran a las aguas agitadas varios de los navegantes de elite a quienes asusta o molesta lo que se sale de los estilos tradicionales de hacer política o, aún peor, que se enlistaron en el movimiento y lo acompañaron por razones electorales pasadas o venideras pero no por auténtico compromiso social. Rubro especial merece el elenco de los chuchos que, tal como siempre se auguró, acabó colocándose expresamente del lado del mostrador en que está la caja registradora.
3. Felipe Calderón fue el gran perdedor político (aunque en lo económico podría estar en vías de reproducir los éxitos del alemanismo presidencial), pues se le esfumaron sus planes piratas de rescate trasnacional de tesoritos de aguas profundas y acabó conformándose con lo único que le quedaba para aparentar cierto éxito, el presunto avance de los alientos reformistas y la supuesta consolidación de ánimos partidistas de conciliación y consenso. Por ello no le quedó ayer más que el recurso oportunista del mensaje en cadena electrónica y el brindis nocturno de apariencias alegres.
4. La gran pregunta de fondo para el movimiento de resistencia es ¿qué sigue? (aparte de los amparos, las nuevas concentraciones y protestas, y la denuncia internacional). Del justo enojo por el fraude electoral se pasó a la defensa de un recurso nacional básico, pero pareciera que en el horizonte no está el acento en la lucha social ni la integración de un necesario frente amplio de defensa de la nación que vea más allá de elecciones, partidos y figuras individuales como la de López Obrador. El país arde y por todos lados hay movimiento social que demanda reflexión, propuesta y unidad. Pero el marco de lo electoral no genera en esos flancos de lucha social la pasión que en el segmento directivo del lopezobradorismo. Mucho menos si no se produce la masivamente exigida ruptura con los chuchos y el cascarón lupillo del PRD. Es posible que este no sea el momento para dar a los adversarios el platillo de la mencionada ruptura, pero también es cierto que más daño hará el temor de que ese pragmatismo extremo lleve más delante a entendimientos básicos con el segmento demostradamente traidor, a cuenta de “necesidades” electorales ineludibles.
5. También es necesario un proceso de revisión y corrección. Ayer mismo pudo verse que ciertos métodos tradicionales de lucha son ineficaces e incluso acaban sirviendo a los propósitos del adversario (lo que –sólo– resiste, apoya, se parafraseaba a Reyes Heroles en anterior columna): hablar ante una comisión protocolaria de directivos de San Lázaro acabó convertido en un argumento pripánico de demostración de apertura, pluralidad y respeto a los opositores que antes mandaban al diablo instituciones y ahora pedían audiencia que generosamente les era concedida; montar guardia sonora en lo alto del escaparate directivo de la Cámara de Diputados para presenciar el desarrollo de la sesión aprobatoria de las reformas impugnadas no tuvo ningún impacto procesal pero sí permitió, sin mayor ganancia que el testimonio de protesta, que los merolicos electrónicos hablaran de golpismo, provocación e intolerancia, en medio de un tufo de arreglo político para que la protesta de los diputados allí quedara.
6. En un país política, económica y socialmente convulsionado, es fundamental el mantenimiento de la capacidad de resistir. Sin el movimiento cívico encabezado por AMLO la postración nacional sería peor, y la derecha desbordada (con sus aliados del PRI y el Perreducho) habría impuesto ya un estado de sitio y estaría rematando el inventario patrio a los socios extranjeros. Pero es necesario rebasar lo electoral y organizar lo social, deslindarse sin tardanza del perredismo prostituido, dar a ese movimiento nuevos horizontes (uno de ellos es la defensa de la economía popular) y diversificar los métodos de lucha.
Astillas
El buzón electrónico de la República del Astillero estuvo muy visitado ayer a causa de los correos adversos que en ejercicio de sadomasoquismo democrático se habían publicado en este mismo espacio. Una inmensa mayoría de los lectores-escritores expresó cálido apoyo al tecleador (es decir, a su manera de hacer periodismo), con amables palabras que mucho se agradecen, pero, sobre todo, con análisis profundos e interesantes de lo que sucede en ámbitos periodísticos de evidente corrupción que son usados para golpear y difamar a quienes se oponen al poder espuriamente constituido... Y, mientras los Tecos (el grupo de ultraderecha de la Universidad Autónoma de Guadalajara) entregan una medalla de “Ciencia y Libertad” al antitético cardenal Juan Sandoval como primer receptor, ¡hasta mañana, en esta columna con frío!
¿AMLO, Estará Listo para el 2010?
Pedro Echeverría V.
1. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aunque permanezca en el PRD, ya no será el candidato presidencial de ese partido. Los nuevos dirigentes del PRD, en los hechos, son los creadores de la llamada Nueva Izquierda que no es otra cosa que una corriente socialdemócrata que busca el poder (vía parlamentaria) por medio de negociaciones y acuerdos con los gobiernos panistas y priístas. Los “chuchos”, aunque dientes fuera digan respetar a López Obrador, la realidad es que condenan sus formas de lucha por poner a la movilización adelante, así como por sus declaraciones de confrontación con el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón. Si hace un año la llamada “corriente orteguista” no era mayoría ahora representa mucho más de la mitad en delegados propios y aliados. Y su tendencia es a crecer con más fuerzas priístas y arribistas.
2. El comportamiento de López Obrador frente a los dirigentes de Nueva Izquierda, así como ha sido frente a Cárdenas, la APPO, Marcos, el EPR y otras corrientes de izquierda, ha sido de respeto. A pesar de las críticas que ha recibido por no manifestar su apoyo, tampoco los ha desautorizado. A pesar de que AMLO ha declarado públicamente que “el único camino hacia el gobierno es el electoral” no ha dejado de convocar movilizaciones que sin duda, ante la cerrazón, la corrupción y el crecimiento del desempleo y la miseria, llevarán a la radicalización del pueblo. Lo único que habría que exigir es que a esas movilizaciones se les de más contenido clasista para evitar que en algún momento sean frenadas. Ese puede ser el gran valor de lópezobradorismo: la esperanza de que esas concentraciones se conviertan en un enorme poder de masas.
3. Ese poder de convocatoria de AMLO causa alarma y miedo entre la clase política y empresarial. Saben que así como reúne a decenas o centenares de miles en el Monumento a la Revolución, en el Hemiciclo a Juárez o en el Zócalo, así también esas mismas fuerzas pueden buscar alianzas entre otros sectores de trabajadores y bloquear carreteras, avenidas, instituciones bancarias y de gobierno o embajadas. Hasta ahora el pacifismo de López Obrador es el que se ha impuesto en sus concentraciones, pero si los problemas del país se agravan más en perjuicio de la población, otras estrategias podrán pasar a primer plano. El PRD y sus enorme oportunismo, ha sido una especie de freno a las batallas de AMLO y muchas organizaciones que buscarían alianzas lo saben. Muchas, por no decir todas las organizaciones de la izquierda social no quieren al PRD.
4. Al parecer dos caminos le quedan a AMLO: I . Llamar a la conformación de un nuevo partido nacional y II . Negociar con el PT para que éste (que en su programa proclama la lucha por el socialismo) se transforme en un partido amlista. En ninguno de los casos AMLO tendría muchas dificultades porque 1) ha recorrido tres veces el país y no le faltarían asambleas y firmas para el registro de un nuevo partido y 2) el PT lograría dar un salto que lo pondría por encima del PRD (NI) socialdemócrata. AMLO/PT podría ser el partido de izquierda y los “chuchos” de NI estarían más identificados con el PRI, por lo que no tendrían mucha razón para estar separados. Los gobernadores, legisladores y burócratas se quedarían en el PRD pero las oposiciones estarían con AMLO. Obviamente también los “intelectuales” responderían a sus propios intereses.
5. ¿Qué tanto los poderosos del capital y de los medios informativos van a continuar su campaña contra el lópezobradorismo, los movilizadores y los radicales? ¡Calumniarán! Esas escisiones producen desánimo, decepciones, pero obedecen la mayoría de las veces a problemas irremediables. Pareciera que corresponden a procesos naturales de los que no se puede escapar. Conocidas las historias de las organizaciones de izquierda, de acuerdo con la dialéctica (no se si marxista o hegeliana) al conformarse una unidad automáticamente (por la contradicción) comienza a formarse la desunión destinada a rompimientos sin fin. Pero a pesar de ello hay que continuar el proceso irreparable. ¿Para qué organizar algo si pronto puede romperse en mil pedazos? No construyamos para luego destruir, pero hay que saber que se nace, se crece, se reproduce y se muere.
6. ¿Qué no se dividen el PRI, el PAN y las organizaciones reaccionarias de derecha? Es muy claro que también ellos se escinden pero no por cuestiones ideológicas como frecuentemente sucede en la izquierda. Sus divisiones responden siempre a pleitos de negocios, de repartición de ingresos, de contratos y propiedades. En los sectores de derecha donde la ideología es el dinero, la competencia, así como la acumulación de capital, la política (que es de primordial importancia en la izquierda) es totalmente secundaria sino está dirigida a ganar dinero. El PRI, a través de sus más de siete décadas de dominación, se le han separado varias decenas de líderes y cientos de miles de militantes. En el PAN, así como en las organizaciones empresariales, continuamente surgen separaciones que nada tienen que ver con política sino con negocios.
7. No se sabe qué tan hábiles y capaces para reunificar a la izquierda y las luchas de los trabajadores electricistas, profesores, petroleros, mineros, telefonistas y organizaciones campesinas y populares sean los dirigentes de un nuevo partido, pero si actúan teniendo claros los objetivos y éstos logran identificarse plenamente con los intereses del pueblo, será un partido de “nuevo tipo”, es decir, diferente a cualquier partido pro empresarial, burgués y derechista. Pero, ¿ese partido de izquierda social es el que querrá construir López Obrador y sus amigos con sus movilizaciones o sólo se trata de una organización más que compita con la clase política por cargos dentro del mismo sistema de explotación? De todas maneras en los próximos pasos de López Obrador podremos ver si las cosas pueden cambiar radicalmente o todo será más de lo mismo donde se vislumbra una vuelta del PRI al gobierno nacional.
8. Estamos en 2008 y pronto será el bicentenario de dos grandes revoluciones. ¿Alguien se imaginó que en una sangrienta batalla de 11 años que se inició en 1810 con un “Grito de Dolores” fueran expulsados de México los conquistadores después de 300 años de cruel colonialismo? ¿Pensó alguien (en medio del derroche y la corrupción porfirista y los festejos “patrios”) que el pueblo mexicano se levantaría en armas en 1910 y lograría aniquilar al ejercito asesino que respaldaba la dictadura? Nadie, ninguna persona en su tiempo pensó en que el pueblo organizado y en lucha podría acabar con siglos o décadas de dominación. Hoy, en 2008, parece que la burguesía ha comenzado a perder la capacidad de dominación y el pueblo mexicano está ya desesperado y cansado de ser dominado. ¿Están dadas las condiciones objetivas y subjetivas en el pueblo mexicano para una nueva revolución? ¿Estaban dadas en 1810 y 1910? AMLO puede opinar.