Esas ruinas que ves
Gobierno en la lona. Los comicios intermedios son siempre un plebiscito al gobierno federal y más ahora que el PAN apostó su resto a las cartas del presidente. Pero la mano del mandatario resultó pachuca, de modo que el cinco de julio el jugador de Los Pinos perdió la elección, perdió el Congreso, perdió casi todos los gobiernos locales en disputa y perdió la figura. En consecuencia fue desertado por buena parte de su partido, por los grandes grupos empresariales, por los medios de comunicación masiva y hasta por la Iglesia Católica. Antes de eso ya había fracasado en la guerra contra el narco y en la batalla contra la crisis económica. En unos cuantos meses Calderón lo ha perdido todo. Todo menos el mando del ejército.
En un trienio el michoacano dilapidó los recursos que tenía para gobernar. Pero aún encabeza las fuerzas armadas. Y esto es alarmante pues un presidente que a la postre sólo cuenta con el mando militar estará tentado a militarizar la política, a mandar con partes de guerra, a controlar el país mediante la Secretaría de la Defensa.
La ocupación armada del estado de Michoacán, pisoteando al gobernador, a los alcaldes, al federalismo y a la Constitución es –pongo changuitos porque no– un ominoso anticipo de lo que se nos viene.
Las pasadas elecciones fueron una dura reprimenda al panismo gobernante. Castigo del que no se repondrá en lo que resta de sexenio pues el país está en ruinas y no tiene para cuando. Entre otras cosas porque mientras Latinoamérica volteaba a la izquierda, los gobiernos de Acción Nacional miraban a la derecha, porque cuando hasta los organismos multilaterales asumían posturas heterodoxas para enfrentar la crisis alimentaria y la debacle económica, en México se ponía la Secretaría de Hacienda en manos de un anacrónico y fundamentalista ex funcionario del Fondo Monetario Internacional, al que hoy no le darían trabajo en la institución.
Calderón arranca su segundo trienio repudiado por los pobres a los que ha hecho más pobres, rechazado por gran parte de las capas medias a las que arruinó la crisis, cuestionado por los pequeños y medianos empresarios en quiebra y abandonado por la oligarquía que ya prepara a su nuevo adalid. ¿Qué le queda al estragado hombre de Los Pinos?
Le queda “su” guerra. Una guerra que está perdiendo pero que le permite seguir usufructuando un mando militar que ha llevado a extremos anticonstitucionales. Hace tres años Calderón pensó que encabezar a las fuerzas armadas en una heroica cruzada contra los masiosares le daría legitimidad. Hoy está empezando a emplear al ejército para gobernar. ¡Guay!
Enmendar el rumbo cuando todavía. Por muchas razones, el trienio que viene será decisivo para los mexicanos. Una de ellas es que, a la vez que la política neoliberal impuesta hace casi tres décadas continuará haciendo estragos, es muy posible que el PAN y el PRI –el primero ciertamente desfondado pero el segundo vuelto primera fuerza política y marchando hacia el 2012 en caballo de hacienda– traten de sacar adelante las llamadas “reformas estructurales” desmantelando lo que queda de nuestro módico “Estado de bienestar”.
El problema está en que de seguirse ahondando la erosión de las instituciones y el desgaste del tejido social, los daños devengan irreparables. La herencia del modelo nacionalista surgido de la revolución (reforma agraria, soberanía energética, derecho a la educación y la salud...) que bien que mal sigue en pie después de dos décadas de contrarreformas, no resistirá mucho más. ¿Y con qué reconstruiremos el país si permitimos que un puñado de neoliberales, para colmo a estas alturas extemporáneos, termine de desguanzar la parte más justiciera de nuestra patrimonio histórico? ¿Con qué cara diremos a las próximas generaciones que la nuestra no supo defender lo mejor de su herencia institucional?
Habrá que trabajar porque el próximo gobierno sea de izquierda e impulse el cambio verdadero. Pero también hace falta preservar los recursos sociales y estatales que le faciliten impulsar la mudanza. Y es que, después del pueblo, estas instituciones son nuestra mayor “ventaja comparativa”
En México un gobierno federal de izquierda no necesitaría ser un reformador radical para hacer del país la democracia social más avanzada de América Latina. El impulso reformista de la revolución de 1910 hizo del mexicano un Estado de Bienestar dotado de poderosos instrumentos legales e institucionales que en lo sustantivo no han sido desbaratados pese a los empeñosos esfuerzos de la tecnocracia neoliberal que nos asedia. En estas condiciones, para abatir la pobreza e impulsar significativamente la justicia social bastaría con que el gobierno preservara, vigorizara y pusiera al día la herencia justiciera del nacionalismo revolucionario.
A diferencia de países sin tradición de reformismo social o donde las mudanzas inspiradas en el Consenso de Washington calaron más, México no necesita realizar expropiaciones y nacionalizaciones traumáticas que ya hizo y no han sido revertidas, ni le hace falta fundar instituciones públicas que ya tiene y que, si bien fueron debilitadas durante los últimos cuatro sexenios, no fueron suprimidas.
Si un gobierno federal progresista detuviera y revirtiera la decadencia de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad, inducida por los privatizadores silenciosos, y en vez de eso reactivara al sector energético paraestatal como palanca del desarrollo, dicho gobierno ejercería una soberanía energética mucho más plena que la venezolana o la que intenta alcanzar Bolivia, países con gobiernos proverbialmente izquierdistas donde la presencia de las trasnacionales es, sin embargo, mucho mayor que en México.
Si la izquierda en el gobierno desarrollara una política de fomento agropecuario que saque al campo de la postración que le provocó el agrocidio neoliberal, la profunda reforma agraria mexicana –mucho más extensa que la que se proponen Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador, o aun la que reclama en Brasil el Movimiento de los Sin Tierra–, volvería a ser base de un desarrollo rural incluyente y justiciero que es muy difícil promover en países con menos equitativas relaciones de propiedad rural.
Si un futuro gobierno progresista revirtiera el desmantelamiento de las instituciones públicas de educación, salud y seguridad social estranguladas por los mercadócratas, y por el contrario las vigorizara, México recuperaría su condición de Estado social poniéndose a la vanguardia de otras naciones latinoamericanas que carecen de la base legal e institucional que nosotros sí tenemos.
México no puede restaurar el gremialismo estatista pero justiciero del cardenismo histórico, ni regresar a la “sustitución de importaciones” y el “desarrollo estabilizador” de la posguerra. Sí puede, en cambio, adecuar a los tiempos de globalización que hoy vivimos los instrumentos legales e institucionales del Estado social que la reforma librecambista no alcanzó a desarticular del todo, empleándolos como palancas de un desarrollo con equidad al que los fundamentalistas del mercado renunciaron hace más de 20 años.
Los chicotazos de la crisis económica están despabilando a los despedidos; a los deudores insolventes; a los desalojados; a los bolseados por el alza de la luz, del gas, de la gasolina de los alimentos... Pero la recesión también pasma, achicopala, vuelve conservadores a sus víctimas. Así pues, habrá que resistir el castigo, habrá que preservar lo que resta de país, habrá que crear las condiciones para el cambio. No será fácil.
Tres años, tres.
Tres años aún.
Tres años todavía.
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Persiste la amenaza de huelga en la planta de Volkswagen
Patricia Muñoz Ríos
Los integrantes del Sindicato Independiente de los Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen de México llevaron ayer un amplio proceso de votación para decidir si aceptaban la propuesta de la empresa para su revisión anual, la cual ofreció un incremento salarial de uno por ciento, más un bono mensual de 5 mil 500 pesos.
Al cierre de la edición los trabajadores continuaban votando esta propuesta, conforme los cuatro turnos que tiene esta armadora, ya que el estallamiento a huelga está previsto para este martes al mediodía.
Según informaron los abogados de la empresa, de no aceptarse el ofrecimiento las negociaciones se trasladarían en la madrugada a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Tradicionalmente las negociaciones de la Volkswagen se resuelven en las últimas horas antes de que venza el emplazamiento a huelga y en este caso no fue la excepción, ya que incluso a las 23 horas de ayer continuaban votando los trabajadores.
Se detalló que el bono mensual de 5 mil 500 pesos se entregaría a 9 mil 375 trabajadores, y que a la medianoche, según la tendencia que lleve la votación, se presentarían los abogados de la empresa en la Secretaría del Trabajo para firmar el acuerdo laboral de 2009-2010 o bien para retomar la negociación.
Los trabajadores de la Volkswagen han aceptado este año diversos paros técnicos para evitar el despido de personal, ante la caída de la producción; sin embargo, refirieron en varias ocasiones que no habían recibido los apoyos económicos ofrecidos por el gobierno federal.
Esto provocó diferencias con el secretario del Trabajo, Javier Alarcón, quien insistió en que eran la empresa y el sindicato los que no entendieron el proceso de apoyo a las industrias en paro técnico
y que sí estaban fluyendo los recursos.
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La inminencia del baño de sangre en Acteal fue advertida por muchos reporteros, analistas y conocedores de la región. Los dramáticos reportajes de Hermann Belinhausen, Blanche Petrich y Juan Balboa mostraron las huellas de la preparación del crimen antes de que se produjera. El sacrificio estaba anunciado.
Para comprender a cabalidad la tragedia se requiere entender tanto lo que sucedió en la comunidad como lo que pasó en Chiapas. Lugares como la región chol y el municipio de Bachajón vivieron situaciones similares desde meses atrás. Aunque hablaba de paz, Ernesto Zedillo hacía la guerra. En los lugares claves del estado se promovió la formación de grupos paramilitares. Pero muchas de sus víctimas no fueron zapatistas, sino civiles pacíficos y desarmados que, como en el caso de Acteal, oraban por la paz.
Sendos editoriales de La Jornada del 22 de noviembre y el 17 de diciembre de 1997 advirtieron sin ambigüedad lo que sucedería en Acteal. En el primero se señaló que (la escalada de la violencia) es en extremo preocupante, ya que el padrón de conflicto en Chenalhó tiene grandes similitudes con lo sucedido en la zona norte del estado, donde actúa Paz y Justicia
. El suplemento Masiosare dedicó su entrega del 14 de diciembre de 1997 a este asunto y la tituló: Chenalhó, otra vuelta de guerra
.
El padre Miguel Chateau, párroco de Chenalhó y uno de los más profundos conocedores de la región, advirtió: la guerra de baja intensidad aniquila al mundo tzotzil
(La Jornada, 15/12/97). El cura no hablaba por hablar. Él mismo estaba amenazado de muerte. Jacinto Arias, presidente municipal del PRI y uno de los principales promotores de los paramilitares, le puso una cerveza en la mano y le dijo: Si no controla a su gente, un día lo vamos a matar. Se lo digo cara a cara, padre. Vamos a quemar su cuerpo para que no se quemen los gusanos
.
En un reportaje televisivo sobre los indígenas desplazados del municipio por los paramilitares, titulado Chiapas: testimonio de una infamia, Ricardo Rocha percibió la tormenta que se avecinaba. Al entrevistar a don Samuel Ruiz y don Raúl Vera, el periodista les confesó: vengo de los Altos de Chiapas, y vengo profundamente indignado, asombrado de que estas cosas todavía puedan ocurrir (...) profundamente adolorido también por lo que ocurre allá y seguramente ustedes no son ajenos: es inhumano...
Andrés Aubry y Angélica Inda, dos de los más grandes conocedores de la dinámica social de los Altos de Chiapas, analizaron con rigor el surgimiento de los paramilitares en la región en nueve deslumbrantes artículos publicados en La Jornada. El primero de ellos, Chenalhó en vilo
, aparecido el 30 de noviembre de 1997, tres semanas antes de la matanza, desbarató la hipótesis de que detrás de la violencia en curso se encontraba un conflicto religioso. En Chenalhó los dos dirigentes antagónicos, el presidente constitucional (del PRI) y su contrincante, el presidente (en rebeldía) de la sede autónoma del mismo municipio, son evangélicos
, escribieron.
Meses antes, en Chenalhó: los peligros del alma
, publicado en La Jornada en junio de 1997, analicé la gestación de la ofensiva paramilitar en ese municipio para concluir: Lo que hoy está en peligro no es el alma, sino la vida de los hombres murciélago
. El 2 de diciembre, en La guerra que no se atreve a decir su nombre
, escribí que la paramilitarización era la respuesta gubernamental a la expansión política y social del zapatismo, evidenciada por la exitosa marcha de los mil 111 rebeldes a la ciudad de México en septiembre de ese año, así como a su creciente implantación en territorio chiapaneco. “Los paramilitares –anoté–, a diferencia del Ejército o la policía, no tienen que rendirle cuentas a nadie, escapan al escrutinio público. Pueden actuar con la más absoluta impunidad e, incluso, presentarse como víctimas.” Desgraciadamente, el reciente fallo de la SCJN da la razón a estas líneas.
La masacre no fue un hecho aislado o fortuito, producto de la revancha de facciones indígenas enfrentadas por problemas comunitarios. No fue un enfrentamiento. En Chiapas hay una guerra, y no hay actividad humana más planificada que ésta. Acteal fue una acción bélica que respondió a su lógica profunda: la intensificación del conflicto, la que subyace, según Clausewitz, cuando dos ejércitos se enfrentan y deben devorarse entre sí sin tregua, como el agua y el fuego, que jamás se equilibran
.
La estrategia gubernamental estaba trazada de antemano. Inmediatamente después de la masacre el Ejército amplió su presencia en Chiapas con más de 5 mil efectivos adicionales, y autorizó su participación en la prevención de nuevos hechos violentos
. Se trasladaron hacia las Cañadas tropas destacadas en Campeche y Yucatán, al tiempo que se instalaron nuevos campamentos en la región de los Altos. Se quiso tender un nuevo cerco militar al zapatismo, un nuevo cordón sanitario, para tratar de frenar su expansión y el funcionamiento de los municipios autónomos.
Esta lógica quedó al descubierto en los meses posteriores. La guerra sucia contra el zapatismo siguió su curso sangriento. Acteal fue el banderazo de salida para acrecentar la ofensiva bélica. Fuerzas combinadas de diversas policías y ejércitos atacaron violentamente los municipios de Taniperlas, Amparo Aguatinta, Nicolás Ruiz y El Bosque, hasta que el 6 de julio de 1998, en Chavajeval y Unión Progreso, las fuerzas represivas toparon con pared.
La liberación de los asesinos de Acteal y la pretensión de rescribir la historia de la masacre no son un acto de justicia: son la continuación de la guerra por otros medios.
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Envía participación por escrito a la consulta organizada por el Congreso de Querétaro
Castigar la interrupción del embarazo sería un retroceso histórico, advierte Hugo Gutiérrez Vega
Patricia Mercado exhorta a panistas a no insistir en los errores que causaron su derrota electoral
Querétaro, Qro., 17 de agosto. La derecha quiere fiscalizarlo todo, y su campaña contra la despenalización del aborto es porque desemboca en la ampliación del Estado laico, que se da partir de las exigencias de la bioética y los derechos ocultos de minorías y mayorías, pospuestos o cancelados hasta ahora, señaló el escritor Carlos Monsiváis.
A la derecha le importa el ejercicio del poder, que le permite negociar y refrendar a la sociedad que vive en culpa y pecado
; pero la lucha del Partido Acción Nacional (PAN) contra la despenalización del aborto, con apoyo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sólo ha tenido un éxito legislativo que no significa gran cosa
, pues desde el punto de vista de la sociedad hay una despenalización moral
expresa.
En la participación que envió por escrito a las audiencias públicas del Congreso local, donde se analiza la llamada ley antiaborto del estado, Monsiváis asegura que negar a mujeres violadas el derecho a abortar, como ya se aprobó en varios congresos estatales, implica simplemente creer que las concepciones medievales regresan al gusto de una minoría
.
Se preveía que el escritor expondría su punto de vista ante los diputados de la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso local, pero no acudió y su ponencia de 10 cuartillas fue leída por Modesto Sixtos Cervantes.
En su texto, Monsiváis define la derecha como una decisión de pensar por los demás y ordenar a los demás un comportamiento
, y como la usurpación organizada del libre albedrío en nombre de Dios o de la empresa y el libre mercado u otros componentes de la Trinidad, la moral y las buenas costumbres
.
La derecha, añade, es la herencia virreinal que se extiende a la tradición de intolerancia hasta 1857
, cuando el desarrollo de las libertades, principalmente la de culto, se logra merced a las Leyes de Reforma, aunque en su enfrentamiento con el Estado se arrogó el control de la formación de la clase dirigente
para también apropiarse de la educación de las elites
.
La derecha, recordó, hizo campaña contra la educación sexual en 1932, cuando el entonces secretario de Educación, Narciso Bassols, proponía incorporarla en la instrucción primaria y secundaria; mientras, la censura se volvió su enclave más poderoso
y sirvió para negar a la sociedad la mayoría de edad sicológica y cultural
.
Otra fortaleza de la derecha, agregó Monsiváis, es el control histórico sobre las mujeres, con la consagración del machismo en la vida social
y la culpabilización de las víctimas, que ha prevalecido hasta fechas recientes. Sin embargo, el aborto ya es un tema más
, no un tópico prohibido, lo cual prueba el fracaso cultural de la derecha, que no entiende las limitaciones del mero triunfo legislativo
.
El bastión central de la derecha
, escribió, es la noción de pecado y el sentimiento de culpa, al estar contra el cine obsceno
de los años 50 y lanzar campañas desde los púlpitos contra Agustín Lara y Cri-Cri, o con la quema de revistas pornográficas
y el decomiso de material pecaminoso
antes de llegar a expendios de periódicos y revistas.
El poeta Hugo Gutiérrez Vega tampoco pudo acudir. Su ponencia, leída por Luis Felipe Zamudio, indica que oponerse a la despenalizacón del aborto es un retroceso histórico, una falta de respeto a la capacidad de decisión de las mujeres y un ataque al Estado laico.
Martha Lucía Micher Camarena, directora del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, dijo que un Estado que penaliza el aborto sacrifica la vida de las mujeres embarazadas, las deshumaniza, atenta contra su carácter de personas y las confunde con un simple vehículo de desarrollo molecular.
Si los diputados locales aprueban la iniciativa presentada por el panista Fernando Urbiola Ledesma estarán violando tratados inernacionales en materia de derechos humanos
, advirtió la funcionaria capitalina.
Patricia Mercado, ex candidata del Partido Social Demócrata a la Presidencia de la República, llamó a los legisladores panistas de la entidad a recuperar su camino y su doctrina democrática
, en lugar de cometer más errores como los que provocaron su reciente derrota electoral.
Niega el Departamento de Estado de EU haber colaborado en la expulsión de Zelaya
Una delegación del gobierno de facto será recibida en Washington por segunda ocasión
Grupo de la CIDH trabaja en un informe sobre la situación de los derechos humanos
Pl, Notimex, Afp y Dpa
Tegucigalpa, 17 de agosto. El Frente Nacional contra el Golpe de Estado volvió hoy a las calles de esta capital para exigir la vuelta del orden constitucional, a pesar de la amenaza del gobierno de facto de perseguir a los líderes de estas movilizaciones, a las que hoy se sumaron taxistas de todo el país que apoyan el retorno del presidente constitucional Manuel Zelaya y el pago de subsidios al consumo de gasolina.
La manifestación antigolpista tuvo lugar este lunes después de un receso de dos días en las protestas, que hasta la semana pasada se habían llevado a cabo sin interrupción desde el 29 de junio, un día después de que Zelaya fue expulsado hacia Costa Rica en un avión oficial hondureño que hizo escala en la base militar de Palmerola, enclave militar establecido por Washington para dar apoyo logístico a los contrarrevolucionarios nicaragüenses en los 80.
Sobre lo sucedido el 28 de junio en Palmerola, oficialmente conocida como base aérea coronel José Enrique Soto Cano, un vocero del estadunidense Departamento de Estado, Philip Crowley, afirmó que el personal militar de su país no colaboró en la expulsión de Zelaya.
La escala en Palmerola
La afirmación ocurre un día después que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró que la escala en Palmerola fue para consultar a los estadunidenses.
Ahí aparecieron oficiales yanquis que discutieron con militares hondureños y la orden fue llevarlo a Costa Rica porque no sabían qué hacer con él
, dijo Chávez.
También el presidente Daniel Ortega de Nicaragua –donde Zelaya ha fijado temporalmente su residencia– dijo el jueves que Estados Unidos colaboró en la expulsión hacia Costa Rica, cuyo mandatario, Óscar Arias, dice no haber sido notificado del ingreso del hondureño hasta que ya estaba en el aeropuerto de San José.
En el trazado de ruta que hay de los vuelos que salen de Honduras hacia la región, aparece que el avión en el cual fue expulsado Zelaya
salió de la base de Palmerola
, dijo Ortega.
El día de su expulsión, Zelaya informó haber sido trasladado al aeropuerto internacional de Tegucigalpa (Toncontín) y de ahí a una base militar. La base de Palmerola se encuentra en las inmediaciones de la ciudad de Comayagua, unos 70 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa. El aeropuerto de San José, Costa Rica, se encuentra unos 800 kilómetros al sureste de la base de Palmerola.
Según Crowley, el personal militar no estuvo involucrado en el vuelo que transportó al presidente Zelaya a Costa Rica el 28 de junio. Los miembros de la Fuerza de Tarea Bravo no tenían conocimiento ni colaboraron en las decisiones sobre el aterrizaje, el cargamento de combustible o el despegue
.
La base Soto Cano pertenece a Honduras. Está dirigida y es operada por la fuerza aérea hondureña, y ellos deciden sobre su uso
, añadió Crowley.
Ahí están destacados unos 600 militares estadunidenses, entre ellos soldados, miembros de la fuerza aérea y marines, oficialmente ocupados en tareas de vigilancia antinarcóticos.
Tras la decisión del gobierno de Barack Obama de no reconocer al gobierno golpista hondureño, los militares en Soto Cano han cesado de colaborar en misiones conjuntas con los hondureños, informó Crowley, quien insistió en que el gobierno estadunidense no tenía ninguna información por adelantado de lo que ocurrió
el día del golpe.
Crowley confirmó además que una delegación enviada por el gobierno del golpista Roberto Micheletti será recibida este martes por funcionarios del Departamento de Estado, por segunda ocasión en este mes.
La comisión se entrevistará con el secretario de Estado adjunto en funciones, Craig Kelly, quien según el vocero Crowley continuará animando
a los representantes del gobierno de facto a aceptar las propuestas del mediador en la crisis política hondureña, el costarricense Óscar Arias.
En Tegucigalpa, mientras tanto, comenzó este lunes la visita de una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) para dar seguimiento a las denuncias de violación a los derechos humanos en contra de opositores a la administración golpista.
A su llegada a la capital hondureña, la presidenta de la CIDH, Luz Patricia Mejía, informó que la delegación no se entrevistará con representantes del gobierno de Micheletti, cuya membresía en la OEA fue suspendida días después del golpe, al tiempo que la nueva administración era desconocida por estados de todo el continente.
La delegación de la OEA permanecerá hasta el viernes en Honduras y ese día dará a conocer un informe preliminar sobre sus entrevistas con representantes de organizaciones sociales, que han denunciado las violaciones a derechos humanos, así como la muerte de cuatro personas durante las protestas antigolpistas.
El Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado adelantó que entregará a la CIDH los casos de 24 personas detenidas por autoridades del gobierno de facto.
Un millar de personas integrantes del frente, que exige el restablecimiento del orden constitucional, marcharon hoy desde la Universidad Pedagógica Nacional hacia el palacio presidencial, pero el ejército cerró las calles de acceso a las instalaciones oficiales.
El pueblo consciente, está aquí presente
, gritaron los antigolpistas, mientras que en otra zona de la ciudad, cientos de taxistas protestaron contra la suspensión de un bono de compensación por el alto costo de la gasolina.