Nueva entrega de un trabajador, una historia María del Carmen
Nombre: María del Carmen Mendoza Hernández
En huelga de hambre desde: 3 de Mayo
Edad: 35 años
Puesto en LyFC: ninguno
Al igual que las otras nueve huelguistas –originalmente eran diez, pero una de ellas, Rocío, la mayor, tuvo que ser hospitalizada- que viven bajo esta carpa, María del Carmen comenzó su ayuno el 3 de mayo. Hoy trae una banda roja atada al pelo y tiene una voz suavísima que amenaza con desaparecer en cualquier momento. O tal vez es que hoy la marcha en apoyo al SME ha sido más numerosa que nunca y cuesta distinguir las palabras de Mari Carmen entre tanta y tan estruendosa consigna. Por primera vez escucho también el himno del sindicato resonar en la carpa, mientras algunos huelguistas se levantan trabajosamente para entonarlo. Que yo sepa, no había sonado hasta hoy. Recién acaban de unirse decenas de maestros a la lucha del Sindicato de Electricistas y ahora numerosas carpas nuevas rodean el campamento de los huelguistas, acunándolo y protegiéndolo, codo con codo con los indígenas triquis, las carpas de ayuno solidario, los demandantes de justicia para los presos políticos de Atenco, los vendedores llegados al calor del gentío e incluso una pequeña y curiosa carpa comunista que enarbola retratos plastificados de Marx, Lenin y Stalin. Se siente en el ambiente una convicción renovada, un hilo de fuerza invisible que chisporrotea de carpa a carpa a medida que las diversas resistencias van convergiendo alrededor de los huelguistas. Contra todo pronóstico, la afluencia hacia el campamento aumenta día tras día. Hace poco llegaron de visita enojadísimos vecinos de algunas colonias que sufren constantes cortes de luz para dar su apoyo a estos electricistas que cada vez más gente echa de menos. Y si no fuera porque parece demasiado bueno para ser cierto, diría que estamos asistiendo a un claro efecto de caballo ganador.
En huelga de hambre desde: 3 de Mayo
Edad: 35 años
Puesto en LyFC: ninguno
Al igual que las otras nueve huelguistas –originalmente eran diez, pero una de ellas, Rocío, la mayor, tuvo que ser hospitalizada- que viven bajo esta carpa, María del Carmen comenzó su ayuno el 3 de mayo. Hoy trae una banda roja atada al pelo y tiene una voz suavísima que amenaza con desaparecer en cualquier momento. O tal vez es que hoy la marcha en apoyo al SME ha sido más numerosa que nunca y cuesta distinguir las palabras de Mari Carmen entre tanta y tan estruendosa consigna. Por primera vez escucho también el himno del sindicato resonar en la carpa, mientras algunos huelguistas se levantan trabajosamente para entonarlo. Que yo sepa, no había sonado hasta hoy. Recién acaban de unirse decenas de maestros a la lucha del Sindicato de Electricistas y ahora numerosas carpas nuevas rodean el campamento de los huelguistas, acunándolo y protegiéndolo, codo con codo con los indígenas triquis, las carpas de ayuno solidario, los demandantes de justicia para los presos políticos de Atenco, los vendedores llegados al calor del gentío e incluso una pequeña y curiosa carpa comunista que enarbola retratos plastificados de Marx, Lenin y Stalin. Se siente en el ambiente una convicción renovada, un hilo de fuerza invisible que chisporrotea de carpa a carpa a medida que las diversas resistencias van convergiendo alrededor de los huelguistas. Contra todo pronóstico, la afluencia hacia el campamento aumenta día tras día. Hace poco llegaron de visita enojadísimos vecinos de algunas colonias que sufren constantes cortes de luz para dar su apoyo a estos electricistas que cada vez más gente echa de menos. Y si no fuera porque parece demasiado bueno para ser cierto, diría que estamos asistiendo a un claro efecto de caballo ganador.
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