A MARIN NI COSCORRON LE VA A TOCAR, EL SI "CUMPLIO" EN PUEBLA

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El fallo para el 18 de septiembre

Ahora sí, no hay vuelta atrás. El desenlace de la historia ya tiene fecha. El lunes 18 de septiembre el pleno de la Suprema Corte discutirá el proyecto elaborado por el ministro Ortiz Mayagoitia y enseguida los once integrantes del Tribunal decidirán el destino político de Mario Marín, a partir de la investigación practicada por los magistrados Emma Meza Fonseca y Óscar Vázquez Marín para resolver la detención de la periodista Lydia Cacho. Como lo habíamos adelantado, el fallo de la Corte no se produciría antes de que el Tribunal Electoral de la Federación resolviera la elección presidencial y designara a Felipe Calderón como Presidente electo.

En efecto: tan pronto como el proceso política se climatizara, ahora sí la Corte retomaría el asunto que dejó archivado desde hace casi dos meses, cuando la comisión de investigación culminó sus trabajos y entregó más de 13 legajos en los que da cuenta de las diligencias probatorias que practicó. Como le adelantamos en la nota principal de Cambio del 16 de agosto, las conclusiones de la investigación absuelven al gobernador, a la Procuradora Villeda y a la juez Rosa Celia Pérez, estableciendo la culpabilidad en contra de los agentes judiciales que practicaron la detención de la periodista, cuyas actitudes intimidatorias en la detención de la periodista violaron sus garantías individuales.

Asimismo, adelantamos que las conclusiones de la comisión de investigación podrían alterarse dado que hará falta todavía la valoración probatoria de la conversación telefónica entre el gobernador y Kamel Nacif, pero en términos generales la investigación culmina diciendo que de las pruebas documentales y testimoniales recabadas todo se realizó de acuerdo con el debido proceso legal.

Mario Marín y su equipo cercano viven en el optimismo al pensar en la absolución de la Corte, ya que dará carpetazo al capítulo infernal del marinismo y consolidará el proceso de cuesta arriba del gobernador.

Parte de su optimismo radica en la coyuntura política nacional. Es decir, el momento político en el que se produce el fallo. Un momento que consideran absolutamente favorable dada la debilidad del panismo y Felipe Calderón urgidos de alianzas que le permitan contrarrestar la insurrección social de López Obrador, así como la construcción de una mayoría estable en el Congreso que permita aprobar reformas fundamentales y segregar al perredismo aunque sea la segunda fuerza política.

Los marinistas calculan todo está dado para enterrar el caso de Lydia Cacho y darle vuelta a la página. Si la absolución se confirma, las botellas de champaña para festejar se abrirán y correrán las burbujas. Pero incluso si en la discusión del Pleno se produjera alguna sorpresa que culminara en un fallo condenatorio, dado que su carácter no es obligatorio y apenas constituye una especie de censura moral, las condiciones políticas del país no están dadas para que el fallo fuera ejecutado por las Cámaras de Diputados o Senadores.

En otras palabras: aunque viniera una condena imprevisible de la Corte, el panismo no se atrevería a participar en la defenestración de un aliado legislativo fundamental y que ejerce un papel legitimador. Calderón no estaría dispuesto a dinamitar su alianza con el priísmo para castigar la supuesta violación a los derechos humanos de una periodista que además es properredista.

Para Calderón la alianza con el priísmo y sus gobernadores es fundamental. Y aunque el falló, si es condenatorio a Marín, será un momento de tensión para comprobar el talante del Presidente electo, lo cierto es que lo principal siempre está sobre lo secundario. Y si lo principal es consolidar su Presidencia al costo de regalar impunidad a Marín, lo hará sin ningún problema. Lo hará aunque tenga que tragarse sus palabras, cuando en el inicio de la campaña presidencial, allá por enero, prometió buscar un castigo enérgico y la destitución del gobernador poblano. Lo hará aunque vino a Puebla a presentar una queja ante el Congreso del Estado y le sacó a Marín la tarjeta roja en un mitin. Como cambian los tiempos. Me encanta la congruencia de nuestra clase política.
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