Neil Lindley, enemigo de la UDLA: Pedro Ángel Palou
Hay una conspiración para sacar a la familia Jenkins, aseguró el rector
Arturo Rueda
“Neil Lindley es un enemigo de la Universidad de las Américas”, declara tajante Pedro Ángel Palou. En entrevista exclusiva para Cambio, el rector de la UDLA acusa al ex integrante del Consejo Universitario de ser el responsable del clima desestabilizador que vive la quinta universidad más importante del país.
¿La razón? Una conspiración para apropiarse de la institución y sacar a la familia Jenkins del control del Patronato Universitario, mediante una “oferta ridícula” de 25 millones de dólares, cantidad con la que apenas se cubren las becas de los estudiantes. Contundente, Palou señala que “la UDLA no es un negocio y tampoco está en venta”, y niega que en la institución haya una crisis.
El rector de la UDLA aclara las controversiales renuncias de la semana anterior. Sobre el vicerrector Luis Foncerrada afirma que formó parte del grupo desestabilizador que hoy “busca tirar al rector”, como primer paso para hacerse del control de la universidad. Su renuncia, sin embargo, se dio “voluntariamente”.
Acepta que la salida de Marco Antonio Cerón —a unas semanas de ser nombrado director de Administración y Finanzas— se debió a la controversia sobre su título de doctor, otorgado por una institución estadounidense “fabricadora” de diplomas.
Respecto a la dimisión de Luis Regordosa Valenciana, Palou se deslinda de la responsabilidad, y afirma que se debió a un malentendido entre el presidente del Patronato, Guillermo Jenkins, y el empresario, “sobre el papel que debía fungir”, ya que los nombramientos o destituciones de la alta gerencia de la UDLA “no tienen que ser consultados con el Consejo Universitario”.
Respecto los rumores de la separación de otros importantes empresarios poblanos como Francisco Bada o Enrique Montoto, espera que permanezcan en la institución y no se vayan por “solidaridad o amistad” con Regordosa.
Palou denuncia un intento de desprestigio para ligarlo al PRI y al gobernador Marín: “Como si yo no fuera un académico, como si yo no hubiera estado diez años antes en la UDLA, como si no hubiera sido ocho años miembro en el Consejo Universitario, sólo por mi paso en el sector público —por cierto en una Secretaría de Cultura.”
Afirma que la verdadera intención de Lindley es “que la UDLA pierda el reconocimiento de la SACS (Southern Association of Colleges and Schools) para devaluar la institución. “El único problema que tenemos es un warning, una advertencia para evitar influencias políticas o religiosas en los estudiantes. No hay nada más”.
El rector contrarresta las afirmaciones de Lindley, en el sentido de que la familia Jenkins y sus negocios se hayan beneficiado de la UDLA. “Es absolutamente falso que una fundación que tiene más dinero que la universidad le dé dinero a la universidad para luego quitárselo”.
Niega también amedrentar al profesorado, pero reconoce que hasta ayer eran cuatro profesores quienes habían sido liquidados, y se estaba en pláticas con otros seis, para hacer un total de diez académicos que saldrían de la universidad a causa de la conspiración contra la universidad.
Palou, por último, se mostró decidido a defender con todo a la Universidad de las Américas, y llegar a fondo ante los intentos de apropiación de un grupo reducido, una que vez que Lindley llegará a Puebla hoy para redoblar los intentos por sacar a la familia Jenkins del Patronato. “Voy a defender el único y verdadero campus liberal que hay en México”, enfatizó en sus oficinas de la Rectoría en la Universidad de las Américas.
Arturo Rueda (AR): Hay preocupación en la comunidad poblana porque al exterior de la Universidad de las Américas existe una imagen que se pretende dar, la de una crisis alrededor de la familia Jenkins y del rectorado de Pedro Ángel Palou, pero también la participación de algunos consejeros y la difícil salida de Luis Regordosa Valenciana como miembro del Consejo Universitario. ¿Cuál es tu visión sobre lo que ocurre en este momento en la UDLA?
Pedro Ángel Palou (PAP): Primero quisiera dejar muy claro que existe crisis en la Universidad. Lo que existe en este momento es, se repite algo que la historia de la universidad ha pasado varias veces con un mismo modus operandi, el intento de sacar a unos patronos —un board of trustees según el propio esquema legal norteamericano que nos permite estar en SACS, en este caso en la Fundación de la Universidad Américas—, y sustituirlos por un grupo. En este caso, el grupo en cuestión estaba participando en el Consejo, no como tal, porque Luis Regordosa no participaba estrictamente en el complot. De hecho, él paro a Neil Lindley y esta carta del día 24 de marzo donde empieza todo esto, y Lindley acusa que hay negocios de la familia en la universidad. Cosa que ya lo he desmentido públicamente: es absolutamente falso que una fundación que tiene más dinero que la universidad le dé dinero a la universidad para luego quitárselo. Si algo ha ocurrido en la historia de la universidad y la Fundación Mery Street Jenkins es una historia de ayuda de más de 100 millones de dólares. No hay ningún intento de negocio.
Neil Lindley, por ejemplo, ha llegado a decir cosas tan absurdas como que cuando llegué a la UDLA saqué a 17 jefes de departamento para meter a 17 correligionarios del PRI. Por eso hay todo un grupo que ha querido ligar la imagen de Pedro Palou a la política, al gobernador Marín, al PRI, para desde allí deslegitimar mi posición como rector. Como si yo no fuera un académico, como si yo no hubiera estado diez años antes en la UDLA, como si no hubiera sido ocho años miembro en el Consejo Universitario, sólo por mi paso en el sector público —por cierto en una Secretaría de Cultura—. Ni fui secretario de Gobernación, ni me he candidateado todavía a ningún puesto de elección popular; el único, digamos personaje quien pudiera caber en la lista de Lindley ya era profesor en la UDLA que es Carlos Alberto Julián y Nacer, no lo trajo Pedro Ángel Palou para trabajar a la UDLA; sino que tenía mas de siete años dando clases en la universidad. De manera que esto, como todas las otras cosas que ha dicho Neil, son absolutamente falsas, pero forman parte de un complot donde viene incluso una ofensiva nueva que es: 1) desprestigiarme ante el Gobierno norteamericano, señalando que tengo unos intereses antigringos, antinorteamericanos; que por eso no me interesa SACS, cuando desde que llegué hemos elevado los estándares de calidad justamente para seguir de acuerdo con SACS.
Los datos de la UDLA son verdaderamente impresionantes. SACS nos ha aprobado, durante mi periodo, 14 maestrías, 18 licenciaturas, cinco doctorados, y estamos en un proceso muy normal, como otras universidades. Una de las universidades con las que nos ataca, donde está Neil Lindley, es TSU. Quien tuvo un problema de warning, eso simplemente es una llamada de alerta para que demos suficiente información sobre el esquema de gobernabilidad de la universidad, y han usado el término warning, que está incluso en la página de SACS, el cual dice: “Que se tiene que comprobar que la fundación UDLA no ejerce undue influence sobre la vida de la UDLA”. ¿Qué significa esta influencia indebida o demasiada? Que no tengan -curiosamente lo que están pidiendo quienes intentan tomar la UDLA- que no tengan o una afiliación política -por eso tratan de demostrar mi filiación política, que no es además necesariamente la de la familia Jenkins- o una afiliación religiosa, y que obliguemos al estudiantado para afiliarse a ese partido o para seguir esa religión, lo cual no sería válido de una universidad para SACS. Pero es lo único que pide, y ya se demostró en lo que hemos contestado en los últimos meses a la Southern Association of Colleges and Schools, que ahora se convierte en una especie de petate del muerto de mi gestión, cuando justamente ha sido el periodo en el que más nuevos acuerdos ha tenido la UDLA con SACS.
“Quiere apropiarse de la UDLA”
AR: Entiendo de lo que me explicas: además de un intento por denostar la imagen de Pedro Ángel como rector, ¿hay una especie, que quisiera llamar, golpe de Estado, para intentar comprar la UDLA o apropiarse de ella?
PAP: Creo que apropiarse más que comprarla. Porque lo que dicen ellos en inglés es un take over. Apropiarse de la universidad. Lindley ha dicho repetidamente —públicamente incluso— que tiene 150 millones de dólares para hacerlo, y lo que tiene para ofrecer en este momento son 25 millones de dólares, cantidad que cubre exclusivamente las becas de la UDLA. Es decir, ese recurso aparentemente maravilloso de alguien quien en algunos periódicos de Puebla ha aparecido como el gran benefactor de la UDLA, cuando apenas ha dado tres mil dólares. Me parece verdaderamente absurdo. 25 millones a la UDLA no la salvan de nada, ni le resuelven sus temas. Es lo que gastamos anualmente en becas, porque es la universidad privada que más becas da. Es muy fácil, cuando no manejas un presupuesto de institución compleja como ésta, pensar que 25 millones de dólares es mucho dinero. Simplemente si no lo quieres ver como universidad, sino como propiedad, tasa la propiedad de 73 hectáreas en esta zona, y sabrás que 25 o 150 millones de dólares no cubren nada. Desde el inicio de mi rectorado ha habido este repetido intento de rumorología: “que la UDLA se vende”, “que ya llegó el cheque de Slim”, “ahora el de Lindley”. Todas las veces tanto don Guillermo Jenkins, como presidente del patronato, y yo hemos dado la cara y hemos dicho que el proyecto no está en venta. La Fundación ésta convencida del proyecto educativo que es la UDLA, de su particularidad en las instituciones particulares. Se trata de un intento ya antiético, moralmente muy bajo por apoderarse de la institución. Por cierto de forma ilegal.
AR: Pero apoderarse de la universidad pasa de alguna manera por sacar a la familia Jenkins de ésta.
PAP: Claro, porque por un lado el Patronato de la Fundación Universidad de las Américas tiene el manejo de la institución. Pero el campus, desde la época de don Manuel Espinosa Yglesias, es propiedad de la fundación Mary Street Jenkins, que se la otorga en comodato a la UDLA en tanto cumpla sus objetivos de ser universidad. ¿Qué quiere decir esto? Que es imposible, desde el punto de vista legal, hacerse de la universidad o su gobierno, sin hacerse de la propiedad. La propiedad no ésta en una de las fundaciones, sino en la otra desde que la presidía Manuel Espinosa Yglesias.
“Luis Foncerrada formaba parte del grupo desestabilizador”
AR: Hay varios episodios asociados a lo que ocurre en este momento en la UDLA. Quizá el primero es la salida del vicerrector Foncerrada. Algunas versiones que hemos recogido hablan de que hizo o intentó armar un complot en tu contra…
PAP: Sí, Foncerrada formaba parte de este grupo de Lindley, y estaba convencido de que era una manera de llegar él, a la Rectoría, o por lo menos a un interinato. Lógicamente siempre en estos casos son las palabras de uno contra otro. No existe una prueba concluyente, pero la información es que participó en algunas de las reuniones de este grupo en los últimos siete meses.
AR: ¿Cómo se resuelve la salida de Luis Foncerrada de la UDLA?
PAP: Él decide renunciar, una vez que sabe que no podemos seguir en un proyecto de administración universitaria juntos. Decide retirarse. Como cualquier persona, se hace una liquidación bajo los términos de ley del tiempo que trabajó con nosotros, bajo el concepto de renuncia voluntaria.
AR: Sin embargo, de acuerdo a versiones que hemos recogido, él sostiene unas reuniones con una serie de profesores de varias facultades de la universidad, cuyo objetivo es tirar a Pedro Ángel Palou de la Rectoría…
PAP: Este grupo con toda seguridad debe tener tácticas muy armadas, y probablemente una de las nuevas estrategias, una vez que no tienen ya gente en la alta dirección —(así que) es muy difícil apoderase de la universidad—, y lo único que queda por tirar es al propio rector. El intento era construir mediáticamente la imagen de un rector autoritario, que toma decisiones de manera unilateral… En fin.
“Cerón tuvo que renunciar porque su doctorado venía de una fábrica de diplomas”
AR: Además se presenta un episodio extraño: la llegada de Marco Antonio Cerón como director de Administración y Finanzas de la universidad. Sin embargo, el periódico universitario La Catarina publica que el doctorado de este personaje si no es patito, es pirata. No lo cursó, en estricto sentido…
PAP: Lo curioso es que Marco Antonio Cerón, antes de ser administrador de la universidad, ha sido profesor en el TEC, en la Upaep y la UDLA, siempre presentándose con estos mismos grados. Es muy complejo en la oferta y demanda de títulos decidir qué o cuál universidad tiene valor. En el caso concreto de Pacific Western University, y de los años en que se tomó el doctorado, ya hay un juicio legal del Gobierno de Hawai pidiendo que se declaren inválidos todos los grados de 2001 a 2006 para poder empezar a estar acreditada. No utilizaría el término pirata, se me hace muy fuerte. Lo cierto es que mucha gente ha tenido que renunciar a sus puestos en Estados Unidos por obtener un diploma —meal— ; una especie de fábrica de diplomas, que era el caso de esta institución.
“La salida de Regordosa es lamentable, hubo un malentendido”
AR: Después de esta revelación, Marco Antonio tiene que abandonar la UDLA. El vicerrector Foncerrada también se va, y en este momento se produce la renuncia que cimbra a la universidad; es decir, la salida de Luis Regordosa Valenciana como presidente del Consejo Universitario. Hace pública una carta donde dice que está en desacuerdo con las dos renuncias o movimientos, y se separa.
PAP: Es muy lamentable. Ésta es una parte que es no de competencia estricta del rector, sino de don Guillermo Jenkins y de él. De hecho, el Consejo Universitario es un órgano consultivo que el Patronato de la Universidad, según la propia Ley de Beneficencia del estado, decide tener para consultar y pedir informaciones. Es un órgano consultivo estrictamente. El término Consejo Universitario nos puede parecer que en una universidad pública es el órgano máximo de gobierno. En el caso de la UDLA, el órgano máximo es el Patronato, el cual pide consulta a un grupo muy grande de gente, desde 1985, que es el Consejo Universitario. Desde el 2003, éste era presidido por Luis Regordosa. Creo que ahí hay una desavenencia o falta de entendimiento sobre cómo se dio el proceso, y el ingeniero decide salir debido a estas dos renuncias y a cómo se dieron. Lo que es cierto, y la respuesta del Patronato fue muy contundente, es que éste y el rector tienen las facultades de nombrar a la alta gerencia. El Consejo Universitario es consultado sobre el nombramiento de un rector, según los estatutos de la UDLA, pero no sobre el nombramiento o la remoción de ningún miembro de la alta gerencia. Cuando vino Foncerrada o el embajador Jorge Alberto Lozoya para hacerse cargo de diversas Vicerrectorías, no fue consultado el Consejo porque los estatutos no lo obligan. Fue el Patronato y el rector quienes tomaron la decisión. Más bien es un mal entendido, porque en ninguno de los otros casos se pidió la consulta del ingeniero Regordosa o de los miembros del Consejo. No había lugar.
AR: Pero esto afecta la imagen de la UDLA…
PAP: Sobre todo porque se da en el contexto de este momento tan difícil que estamos atravesando en el control de los diversos actores y las diversas fuerzas.
“No se amedrenta a los académicos”
AR: A partir de ahí vienen las renuncias de una serie de profesores, liquidados de acuerdo a la ley. Pero este grupo comandado por Lindley pretende hacer parecer que haces una purga en la Universidad.
PAP: El grupo es todo aquel que no está desde el rectorado de Nora Lusting. Porque ahora quieren juntar a los 200 y tantos despedidos desde que empezó la reingeniería de la universidad. La idea es juntar a la gente que tiene un resentimiento con la UDLA por haber sido despedidos, y desde ahí armar el grupo de fuerza para hacerse cargo de la universidad. Incluso con promesas de regresarlos para trabajar. Cuando firmas una renuncia voluntaria pierdes la antigüedad, firmas que no regresas y no tienes que hacer pleito contra la universidad. Van a tener un conflicto muy fuerte para contratar a estas personas, porque han salido de la universidad debido a diversas razones; hay gente que ha sido demandada por la institución. Va a ser un grupo muy curioso.
AR: Pero se habló de una serie de medidas, como que a muchos profesores ni siquiera los dejaron pasar por sus efectos personales, que se cerraron facultades con candados…
PAP: Eso es absolutamente falso. Lo que tiene que hacer una universidad privada, una vez que ha sido liquidado, es acompañarlo por sus efectos personales. Incluso se puede acompañar de una persona de Auditoría, por un guardia, y hacer un listado. Si no los quiere sacar en ese momento, (se usa) el candado para que durante el proceso legal no se pierda nada. Hay profesores quienes tienen en su cubículo 300 libros y objetos personales. No tiene por qué llevárselos en esos momentos si no quieren, pero se debe hacer un resguardo. Ésa es la razón histórica, desde que estaba Enrique Cárdenas; nunca ha habido otra manera, así que una vez que un profesor se va de la UDLA, (ya no tiene) el control del cubículo asignado. Ése ha sido siempre el proceso; no hay amedrentamiento ni nada. Aunque es un momento emotivamente muy fuerte para cualquiera. Los policías de la UDLA no amedrentan ni están armados, lo que hacen es cuidar la integridad de las personas y sus pertenencias.
AR: ¿Cuántos profesores con motivo de este episodio que vive la UDLA han presentado su renuncia?
PAP: Cuatro maestros han presentado su renuncia, y estamos en negociaciones con seis más. Es decir, son diez en total.
AR: ¿Se prevén más de esos diez?
PAP: Esperemos que no, sino que la universidad vuelva a la calma. Es el objetivo de todos quienes estamos aquí. Y que la gente se dedique a hacer el trabajo que les corresponde: el académico para el que fue contratado.
“Lindley, un enemigo de la UDLA”
AR: Se habla de que otros empresarios distinguidos quienes forman parte de este Consejo Universitario van a salir también, como Enrique Montoto y Francisco Bada. ¿Hay claridad al respecto?
PAP: No, de hecho van a tener una reunión en los próximos días con el presidente del Patronato. Creo que hay que esperar y guardar la calma. En un consejo, en una provincia como Puebla, Monterrey, Guadalajara, todos nos conocemos. Los consejeros han hecho incluso parte de su vida juntos. Entonces, es lógico que haya manifestaciones de solidaridad y amistad. Considero que corresponde al presidente explicar las razones de lo que ha pasado en estos días, y ser muy transparente. Creo que la UDLA tiene que empezar a mostrar, una vez que posee el control de la situación, cuáles son las cartas y decirlas abiertamente a la sociedad. Somos una universidad de prestigio porque siempre hemos enfrentado de manera muy contundente a cualquier enemigo de la institución. En este caso estamos hablando de enemigos muy poderosos quienes están dispuestos a todo.
AR: ¿Lindley es un enemigo de la UDLA?
PAP: Totalmente. Por cierto, el ingeniero Regordosa, por mediación del secretario del Patronato, ya le pidió la renuncia. Es decir, Lindley no es consejero de la universidad desde que estaba Luis Regordosa. Viene a Puebla y hará lo que piense hacer como ciudadano, pero no como integrante de la comunidad de la UDLA.
AR: ¿Con qué legitimidad actúa y dice traer 25 millones de dólares para hacerse de la universidad?
PAP: Creo que en buena medida es parte de la historia de su padre. Su legitimidad le viene por apellido.
AR: Para la gente que no está enterada, ¿quién es Neil Lindley, y cuál es su relación con la universidad?
PAP: Neil Lindley es el hijo de un ex rector quien ya murió. El primer rector de la Universidad de las Américas en los años 58 a 62. Un rector que está ligado a Texas University. Lindley es un ministro de culto protestante norteamericano nombrado justamente meses antes de que llegara yo como rector. Al ser heredero del nombre y al ser educador en Estados Unidos, fue nombrado consejero universitario. Es decir, su presencia en el Consejo Universitario es muy reciente, casi en el mismo periodo que yo. No sabe español, así que en el Consejo pide traducción de algunas cosas y no puede expresarse en este idioma. Eso forma parte de ese desentendimiento cultural enorme.
“La oferta de 25 millones de dólares es ridícula”
AR: ¿Estos 25 millones de dólares que dice tener, de dónde vienen?
PAP: Él dice representar a un holding. Lo interpreta incluso en español cuando hace las traducciones por computadora. Dice que representa un consorcio de personas e instituciones norteamericanas. Difícilmente podemos conocer o saber quiénes están atrás del consorcio, si es que de veras existe como tal. Lo cierto es que su fundación, de su propio nombre, no tiene los recursos, ni estos 25 millones para comprar.
AR: ¿Jurídicamente hablando, existe alguna posibilidad de que Lindley aún con estos 25 millones desplace a la familia Jenkins?
PAP: No. Porque además una fundación por ley tiene unos patronos, que protege la institución. Si fuéramos una AC, el mecanismo sería distinto. Es la única universidad en México que es una fundación. Hay unos patronos, y una fundación no puede venderse porque está hecha desde el inicio con un fin altruista, para un objetivo concreto. Los patronos de esa fundación sólo pueden decidir los cambios, por herencia o por elección de un nuevo miembro. Esto no es un negocio y no está en venta.
AR: No se puede lanzar una oferta hostil como ahora se maneja…
PAP: Que además ésta no es hostil, sino una oferta ridícula.
AR: ¿Cuál es el presupuesto actual de la UDLA?
PAP: La UDLA se maneja entre los 96 y los 100 millones de dólares anuales en gastos de operación. Incluso los 150 millones de dólares que dice tener para cinco años Lindley, no le sirven a la universidad porque sería sólo para la operación de año y medio. Dije que 25 millones de dólares se invierten en becas, que es un compromiso histórico e importante de la Fundación Jenkins.
AR: Se habla de que estos grupos en contra de la familia Jenkins redoblarán su acción en los próximos días…
PAP: Como la presencia de Lindley que ha sido virtual, será física, estará en Puebla y veremos su acción. No deja de ser curioso que se hospede en la Quinta Luna, hotel del ex rector Enrique Cárdenas.
AR: ¿Tiene algo que ver en este tema?
PAP: Que sepamos hasta ahorita, no. Pero no deja de ser curioso para mí como rector.
AR: ¿Has tenido contacto con Cárdenas?
PAP: Hasta ahorita no. En otros momento sí. (Ahora) no se ha acercado. El rector lo que hace es blindar a la institución de cualquier interés ajeno.
“Vamos a defender el único campus liberal de México”
AR: Este tema preocupa a la comunidad universitaria, porque se habla de la quinta universidad más importante del país, según un estudio aparecido hace unos días en El Universal. No es ninguna bagatela.
PAP: Precisamente por eso, desde el primer comunicado que lancé en marzo, hablo de cómo responderíamos a estos ataques. Lo dijimos muy claro, vamos a responder con mucha firmeza y con todo el peso de la ley. Creemos que en este país la ley está hecha para acatarse, y protege a instituciones como ésta. Actuaremos dentro de los marcos de la ley, pero con absoluta firmeza. No hay manera de defender a una institución de este prestigio de intereses antiéticos, amorales. La comunidad debe estar tranquila porque la vida de la UDLA está en orden; la universidad sigue laborando —no sólo porque haya conciertos de cantantes colombianas exitosas—; hay clases normales y tendremos tres mil alumnos para el verano. La mejor manera de enfrentarlos en estas crisis es dedicándose al trabajo y cuidando los intereses centrales de la universidad.
AR: ¿Qué les dices a todos los poblanos que ven desde fuera en uno de los valores de Puebla, como es la UDLA, un escenario muy confuso?
PAP: Que el que confunde el escenario es un grupo muy reducido. Vamos a ir manejado en los próximos días información en números de lo que se ha crecido, y lo que se ha hecho. Vamos a decirle muy claramente qué ha estado pasando en la UDLA. Ante las mentiras, la mejor defensa es la verdad. La verdad es que creció en un 12 por ciento en matrícula, cuando se decrecía 27 por ciento anual. Hemos crecido hasta tener 100 programas de estudio, mientras que cuando llegué había 56. Vamos a crecer con más carreras, maestrías y doctorados. Mostrarle a la gente que la UDLA está de pie y más fuerte que nunca. Cuando hay momentos difíciles como estos, se debe aclarar a la gente que no hay zozobra ni confusión. Que pequeños grupos no pueden debilitar la realidad ni las cosas. En este caso estamos absolutamente convencidos de que se trata de un grupo muy pequeño.
AR: La UDLA es una manzana apetitosa…
PAP: Eso, definitivamente. Seguirá siendo apetitosa en la medida en que no sea de nadie. Es tan interesante, porque el Patronato no ejerce influencia política alguna; no pertenece a grupo político o empresarial particular como otras universidades. No ejerce una sola influencia de carácter religioso, por lo que es el verdadero y el único campus liberal de México. Hay alumnos de todos los países. Se han logrado convenios con 500 universidades, y estamos haciendo un trabajo en pro de la universidad que la hace más apetitosa. Pero cuando hay estos intentos hostiles para abordar una empresa, lo primero que se intenta es atacarla para hacerla barata. No es gratuito que se haya atacado primero a SACS, porque le conviene a este grupo que la UDLA no la tuviera. Por eso, la nueva guerra de muchos de ellos es hacerme parecer como alguien antinorteamericano, cosa absolutamente absurda.
AR: El hombre de las letras, a quien todos los poblanos conocen y de quien han leído sus libros, ¿qué siente al enfrentar estas vicisitudes de la vida real?
PAP: Pienso que tiene más armas que un administrador normal. Cierto que el novelista es el juez de instrucción del alma humana. Tiene uno cierta capacidad de intuición para prever cómo se van a mover las personas, y prever qué está detrás de sus intenciones. Sin embargo, lo estoy encarando desde el profesionalismo más absoluto, como el administrador y académico que soy. Ya habrá momento para reírse y divertirse con todo (Risas).