domingo, agosto 19, 2007

Del correo...

Genocidas del mundo: en México sois bienvenidos.
martes, 14 de agosto de 2007
Por María Teresa Jardí

No es sólo un problema de derechos humanos el que enfrenta México. Ojalá y
siguiera siendo solamente un problema de violaciones --esporádicas, de
preferencia-- a alguna de las garantías individuales o a los derechos
sociales o ambientales o laborales o de la mujer o de los ancianos o de los
homosexuales o de los niños. Ojalá y lo único que tuviéramos que enfrentar
fuera incluso la violación sistemática a esos derechos. Pero no. Lo que
enfrentamos los mexicanos es el fin de la ética. Y cuando la destrucción
del entramado ético de las instituciones llega al Poder Judicial, como
salta a la vista para cualquier ser pensante que ocurre en México, es casi
imposible la reversa sin un cambio total de sistema.

Desmoronamiento ético, el del Poder Judicial, que empezó la cuenta
irreversible con Ernesto Zedillo, otro traidor a la patria mexicana
cobijado bajo las enaguas del imperio gringo. Poder que tuvo su estertor
final al legalizar el fraude y, ya de plano acabado, hoy transita sin
bochorno haciéndole saber al mundo que en México los autores intelectuales,
incluso de crímenes horrendos, no tienen responsabilidad alguna. Una
crónica anunciada la de un poder: el judicial mexicano, que lo mismo ampara
el robo de millones a un empresario chino- mexicano, compinche, antes de
caer en desgracia, de la clase política y empresarial mexicana, que protege
a los responsables de Atenco y a los Mario Marín y a los Ulises Ruiz en los
ratos que no exonera a los Luis Echeverría Alvarez. Leer más...

Deben imponerse los valores éticos y morales.
lunes, 13 de agosto de 2007
Por Dr. Eugenio R. Balari

Ni desconocimiento ni Ignorancia de lo que sucede en el mundo
No equivocar el consumismo con las necesidades de consumo
Es cierto que el consumismo, la exacerbación del consumo, como lo llamo y
sobre lo cual escribo con bastante frecuencia, ocasiona mucho daño social y
ecológico; debemos por tanto de tratar que la humanidad tome conciencia y
modifique los actuales patrones insostenibles de producción y consumo y
adopte en sus decisiones de compras cotidianas y hábitos, una forma de
consumo sustentable y racional para que la sociedad humana pueda
desenvolverse más equilibradamente y en mejor armonía con el medio
ambiente.

No obstante, todo ello no deja de ser una aspiración y un deseo. Pero
cuidado con equivocar el consumismo perverso con las necesidades de consumo
que son crecientes y modificables, que están además en correspondencia e
influidas por los avances de la técnica y la ciencia contemporánea y que
deben garantizar hoy o en los próximos años, a través de que la humanidad
se encamine y afiance en el nuevo sendero del desarrollo sostenible.Leer
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