No tienen madre
■ Integrantes del staff lo reciben con efusivos abrazos en comida oficial
Mouriño reitera su inocencia; festeja en Los Pinos
Ampliar la imagen Legisladores integrantes del Frente Amplio Progresista, durante la protesta que realizaron ayer en la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados Foto: Francisco Olvera
Apenas terminó su mensaje en el que aseguró que no renunciará a su cargo, el titular de la Secretaría de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, encontró cobijo en la residencia oficial de Los Pinos, donde lució sonriente y compartió lugar en la mesa de honor con el presidente Felipe Calderón.
Al llegar a la hondonada donde se realizó la comida que se ofreció al presidente de Islandia, Mouriño fue recibido con efusivos abrazos por los integrantes del staff Pinos, como se conoce al círculo íntimo presidencial: Gerardo Ruiz, jefe de la Oficina de la Presidencia; Alejandra Sota, coordinadora de Estrategia y Mensaje Presidencial, y Ernesto Cordero, secretario de Desarrollo Social.
Los horarios cuadraron a la perfección: mientras Calderón conversaba con su homólogo islandés, Mouriño compareció ante la prensa para rechazar las acusaciones de tráfico de influencias que pesan en su contra.
Y tuvo tiempo suficiente para trasladarse a Los Pinos en el lapso en que su jefe y el presidente de Islandia, Olafur Ragnar Grímsson, ofrecieron un mensaje a los medios de comunicación y –a diferencia de otras visitas de Estado– no se permitieron preguntas de la prensa.
Terminado el protocolo, Calderón fue durante varios minutos a la residencia Miguel Alemán. A esa hora Mouriño platicaba animoso en los jardines de la casa presidencial con Ruiz, Sota y Cordero, mientras su esposa, María de la Luz Ángeles Escalante, repartía besos a las cónyuges de otros integrantes del gabinete.
Durante la espera del arribo de los mandatarios, el ex jefe de la Oficina de la Presidencia recibió otro apapacho de la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa.
El lugar de Hildebrando
Otro invitado al banquete fue Diego Hildebrando Zavala, bautizado como el “cuñado incómodo” de Calderón por los supuestos contratos que obtuvo en la administración anterior.
Zavala ocupó un lugar de privilegio, al lado del actor y empresario Magnus Scheving, una especie de embajador islandés, famoso porque interpreta a Sportacus, el héroe de la serie televisiva infantil Lazy Town.
Entre los comensales estaban los secretarios de la Función Pública, Salvador Vega; de Turismo, Rodolfo Elizondo; de Economía, Eduardo Sojo; de Comunicaciones y Transportes, Luis Tellez; de la Defensa Nacional, Guillermo Galván; de Marina, Mariano Francisco Saynes, y de la Reforma Agraria, Abelardo Escobar.
También fueron convidados priístas, como el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, y el ex secretario de Educación Fernando Solana, así como el panista Carlos Medina Plascencia.
Cautelosos, Calderón y Mouriño se dieron un tibio saludo. Y después de los discursos la fiesta continuó en privado.