Calderón no presidirá el desfile La presencia de Felipe Calderón en el desfile del 5 de mayo se tambalea, y el Estado Mayor ya da por hecho que el presidente sólo asistirá al acto oficial en la explanada de los Fuertes, acompañado por los Secretarios de Gobernación, del Trabajo, de Marina y Defensa Nacional. Después de escuchar las palabras del diputado Jorge Estefan –orador oficial del acto- y el juramento de los conscriptos, Calderón abandonará Puebla y dejará en su representación Francisco Ramírez Acuña que, junto a Mario Marín, presidirá el desfile escolar del 5 de mayo. Y aunque así lo ha comunicado ya la secretaría particular presidencial a Guillermo Deloya, el gobernador no pierde todavía las esperanzas de que Calderón pueda acompañarlo en el desfile. Mario Marín, personalmente, le reiterará su invitación al Presidente en la comida en la que éste se reunirá con toda la plana mayor del tricolor nacional, fijada la tarde de hoy para que Felipe dialogue con Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa y los diecisiete mandatarios emanados del tricolor. Cuando todo mundo daba por hecho la presencia del presidente en el desfile y el gobierno marinista presumía el espaldarazo que Calderón venía a darle al mandatario, todo se derrumbó. Y que conste que en esta ocasión nada tuvieron que ver los errores de la burbuja marinista, el escándalo Lydia Cacho o el pudor del presidente por hacer campaña por su partido a unos meses de los comicios locales. En esta ocasión, la cancelación de Calderón es producto de las veleidades de la política nacional. Y es que ante la beligerancia del priísmo nacional, el presidente decidió congelar las muestras de afecto a uno de sus gobernadores en problemas. Así de simple y claro. Como se recordara, después de la aprobación a las reformas de la Ley del ISSSTE, el priísmo endureció su posición a partir del apoyo descarado que el gobierno federal brinda al candidato panista a la gubernatura de Yucatán, Xavier Abreu. El endurecimiento del priísmo, y en especial de Beatriz Paredes, se tradujo en la propuesta de eliminar las delegaciones federales para que los gobiernos estatales ejerzan los recursos de forma directa y sin intermediarios que, según la acusación, los delegados utilizan hoy para apoyar las campañas panistas. Calderón no puede darse el lujo de perder el apoyo del PRI, que en los hechos, es el único partido que lo ha ayudado a gobernar. Sólo hay que hacer un poco de memoria. El PAN despojó al PRD de la Presidencia de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados gracias a que el PRI apoyo la sucia maniobra. Calderón pudo tomar protesta gracias a que el tricolor no rompió el quórum y permaneció en el salón de sesiones. La decisiva intervención de Jorge Estefan permitió que el PRI se sumara a aprobar la Ley de Ingresos y el Presupuesto. Y por si fuera poco, con los votos tricolores se aprobó la primera reforma trascendental del sexenio. En los hechos, el PRI es el partido del presidente Calderón, antes que el mismísimo PAN. Por supuesto, los priístas se han cansado de apoyar y apoyar, y ya esperan ver en términos concretos el agradecimiento presidencial, algo que tampoco ha ocurrido. Por el contrario, el Presidente trabaja activamente para que el PAN mantenga el gobierno de Yucatán y ha aprovechado todos los recursos federales a la mano. La hora del manotazo priísta llegó. Calderón convocó la comida para suavizar la situación y ofrecer garantías de que el gobierno federal no meterá mano en las elecciones locales. Por supuesto nadie le creerá. Pero el presidente lleva en una mano el bastón de la concordia y en otra la espada. Y para mala suerte de Marín, a él le toca ésta última. Con la suspensión de su presencia en el desfile, Calderón le enviará un mensaje a la cúpula nacional priísta. “Acuérdense que tienen gobernadores en problemas…Mejor llevemos la fiesta en paz y síganme apoyando… Así todos contentos.” Dependiendo del ambiente en la comida con la cúpula priísta, Calderón podría replantearse su decisión y presidir el desfile junto con Marín. Pero el Estado Mayor ya ha descartado este escenario. Incluso los invitados especiales del presidente ya han sido citados en la explanada de Los Fuertes y no en las tribunas especiales del boulevard 5 de mayo. Por último, habrá que prestarle atención al mensaje político que da el hecho de que Jorge Estefan sea el orador oficial del acto. Por un lado, Marín trata de agradar a Calderón dándole el espacio al legislador favorito del presidente. Pero tampoco puede descartarse que sea el arranque de Estefan en la baraja sucesoria del gobernador. Al tiempo. |