Miles de anuncios, millones de pesos, poquitita transparencia Por tercera ocasión consecutiva hablaré de cuestiones electorales relacionadas con la transparencia y el acceso a la información; pero ahora no seguiré con el tema de la destrucción de las boletas, sino con el de los 281 mil anuncios de las campañas de 2006 que aparecieron en el monitoreo realizado por el Instituto Federal Electoral y que los partidos no reportaron. Este asunto tiene varios aspectos relevantes: la actuación del IFE, la irrisoria reacción de los partidos, el papel de los propios medios –concretamente las dos televisoras comerciales-, y la opacidad que cubre todos los anteriores. A finales de la semana pasada, la Comisión de Fiscalización del IFE dio a conocer un informe sobre 281 mil anuncios que se transmitieron durante el proceso electoral de 2006 sin que los partidos informaran de los contratos y facturas correspondientes ni documentos para saber quién y cuánto pagó por ellos. Entrevistado para Once Noticias el viernes 18, el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, dijo que se tienen registrados 757 mil spots en radio y televisión. De 281 mil de ellos –Ugalde dijo que representan el 30 por ciento, cuando en realidad es el 37.12 por ciento- “nadie se ha responsabilizado de su transmisión, es decir, no sabemos quién lo pagó, cuánto costó, por qué se transmitió”. El presidente mencionó que prácticamente ningún partido reportó con exactitud los mensajes transmitidos y que fue posible detectarlos gracias al monitoreo de 2 millones de horas grabadas. El mismo viernes los partidos se reunieron con la intención de presentar un frente común ante el IFE; el lunes el PAN se salió del bloque y el martes 22, después de conocer que se impondrán multas por 99 millones de pesos, los representantes partidistas anunciaron que las impugnarán ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Además, exigieron al IFE reconocer que el monitoreo realizado tiene errores graves. Si realmente el monitoreo tiene fallas, sería un yerro más del IFE. Si no las tiene, entonces los partidos son los que actuaron indebidamente. Ciertamente revisar 2 millones de horas grabadas es muy complicado, aun cuando se cuente con un gran número de analistas; pero dar a conocer los resultados diez meses después de las elecciones es grave. Es evidente que los partidos rebasaron los topes de campaña, y ahora tendrán que pagar las multas correspondientes y salir con un “disculpe usted”. Ante la imposibilidad de saber si el bombardeo de anuncios pudo afectar de alguna manera el resultado electoral no queda mucho que hacer, excepto, tal vez, exigir como ciudadanos que el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) se respete y se le hagan las adecuaciones necesarias. Jenaro Villamil, en el reportaje “Hacia el ´spotgate´…” –publicado el domingo 20 en la revista Proceso- explica que los anuncios no reportados podrían representar mil millones de pesos. Como dice Ricardo Monreal, es el triple de lo que se hablaba en el caso “Amigos de Fox”, y el doble del Pemexgate. Es muchísimo dinero. De los 281 mil spots, 144 mil 609 –la mitad- corresponden a la coalición Alianza por México. Sin contar estos 144 mil anuncios, la campaña de Roberto Madrazo había costado 648 millones de pesos. Tres millones menos del tope. El PAN no justificó 75 mil 840 spots; la coalición Por el Bien de Todos 47 mil 779; el Panal 11 mil 838; y el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina 960 spots. En un llamado fuera de lugar, el lunes Luis Carlos Ugalde pidió a los medios de comunicación electrónicos que colaboren con el IFE en la investigación exhaustiva para determinar el origen de los 281 mil anuncios. Reconoció que el 70 por ciento de los gastos de campaña van a parar a los medios, y que el hecho de que no se conozca quién pagó, quién ordenó y de dónde salieron los recursos del 37 por ciento de los comerciales afecta la transparencia del sistema de partidos y, en el futuro, la salud de la democracia. Si a alguien le benefician esos gastos millonarios de las campañas no es a los candidatos; porque uno gana y cuatro pierden. Las que ganan de todas todas son las televisoras. En el mismo reportaje de Villamil, advierte que de acuerdo con las cifras preliminares de la fiscalización de la campaña –hasta antes del descubrimiento de los spots apócrifos (¿anónimos?)- los partidos gastaron 3 mil 368 millones de pesos en campañas. De esta cantidad, 40 por ciento (mil 347 millones) fue para publicidad en televisión. Televisa atrajo el 60 por ciento (808 millones) y TV Azteca 25 por ciento (336 millones). En contraparte, el Canal Once obtuvo el 0.1 por ciento (138 mil pesos). A las estaciones de radio se les dieron 588 millones, y aunque 10 grupos radiofónicos obtuvieron el 70 por ciento, la distribución fue más pareja. Los partidos gastaron en medios impresos 90.5 millones de pesos. El 6 por ciento de lo que se pagó a Televisa y Azteca. Ante estos datos dan ganas de llorar. ¿Cuál transparencia electoral? Los partidos brillan por su opacidad; la autoridad electoral por sus errores y destiempos; y las televisoras se constituyen como el poder fáctico con más poder –valga la redundancia- y con menos escrúpulos en el proceso electoral. Josefina Buxadé Castelán.- Comisionada de la Comisión para el Acceso a la Información Pública vnbjosefina.buxade@caip.org.mx Nota: Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de la autora y no necesariamente reflejan la postura de la CAIP. |