miércoles, mayo 30, 2007

EDITORIAL

URGE UNA REFORMA ELECTORAL

Ayer el ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg, durante una conferencia que impartió en la UAP, se pronunció a favor de una reforma que prohíba a los partidos contratar directamente propaganda electoral, y pidió que esa función sea exclusiva del IFE, o que las fuerzas políticas utilicen las espacios oficiales para anunciar sus ideas y a sus candidatos.

Esta propuesta de Woldenberg debe ser tomada en cuenta y analizada por el Congreso de la Unión, luego del malestar que generó en el pasado proceso electoral la intervención de las dos principales empresas televisoras en su afán de beneficiar al PAN y atacar a la Coalición por el Bien de Todos, lo que rompió con el principio de equidad de la contienda.

De pronto en México la televisión se ha convertido en el gran elector, pues determina qué candidato o partido puede tener campañas adecuadas de difusión y a cuáles hay que denostar. En el fondo, las empresas de este ramo lo que están buscando es quedarse con la mayor parte de los fondos públicos –que son por muchos miles de millones de pesos– que reciben los partidos para sus campañas propagandísticas, además de buscar otras canonjías a cambio de favorecer a determinada expresión política.

Si no cambia el actual modelo electoral, el sistema democrático de México seguirá deteriorándose, las elecciones serán motivo de polarización social y la televisión se convertirá en una entidad de poder que determinará qué personajes o fuerzas políticas son las que pueden gobernar en lugar de que sea una decisión de la ciudadanía.

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