viernes, diciembre 21, 2007

Laura Itzel Castillo

En concreto
Laura Itzel Castillo
19 de diciembre de 2007


Sólo le han quitado una pluma a nuestro gallo

El libro La mafia nos robó la Presidencia, de Andrés Manuel López Obrador, es el testimonio sincero de un hombre que ha hecho de la política un ejercicio ético, en un tiempo en que el quehacer público ha perdido todo prestigio y sentido original. Con él vamos siguiendo en un estilo claro su experiencia personal pero también el ritmo y los subterfugios del poder en nuestro país.

Cuatro capítulos: Tabasco, la presidencia en el Partido de la Revolución Democrática, su papel exitoso al frente del gobierno del Distrito Federal y el recorrido por el desafuero; finalmente, la lucha por la Presidencia de la República y la resistencia civil pacífica organizada. Así como el significado simbólico y de contención que tuvo el plantón de Reforma, las asambleas informativas, la conformación del Frente Amplio Progresista, la Convención Nacional Democrática y el Gobierno Legítimo.

El libro condensa las dos décadas del inicio y la caída de la democracia en nuestra nación, donde el autor forma parte directa de la historia. A través de sus páginas nos muestra su acción y reflexión sobre los hechos. Desnuda a la llamada clase política, su descarada maquinación. El binomio economía-política, siempre presente en la operación de la mafia, para impedir el cambio democrático en México a toda costa.

A través de lo que llamaré la pedagogía AMLO, el libro nos va llevando al planteamiento de una “nueva política”. Unas veces por medio de experiencias personales tempranas y otras con referencias históricas, se va vislumbrando el modo real en que se ha hecho tradiconalmente la política en nuestro país.

La danza y manipulación de cifras se muestran con rigor, dejando claro de nueva cuenta cómo definió “el derecho” el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Dos ejes que, considero, atraviesan la hechura de este libro son, por un lado el convencimiento de que sí es posible mejorar las condiciones de vida de la gente, y por el otro, de que es necesario en cualquier circunstancia política por más adversa que sea, trabajar en la organización ciudadana, desde la resistencia.

En síntesis, se trata de un libro que resulta una buena herramienta para refrescarnos la historia reciente; su lectura masiva ayudará a mantener viva la memoria, a no olvidar. Los más de 100 mil libros hasta ahora vendidos dan muestra clara de lo que ello significa. Te invitamos a adquirirlo y con ello apoyar la lucha por la construcción de la IV República.

En concreto
Laura Itzel Castillo
12 de diciembre de 2007


Al diablo con sus instituciones

Con el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno al caso de la periodista Lydia Cacho y del gobernador del estado de Puebla, Mario Marín, se envía un mensaje claro de impunidad hacia las redes que comercian sexualmente con la explotación de niñas, niños y adolescentes en este país.

Sabemos que los asuntos que valientemente ha investigado la periodista tocan intereses de quienes detentan el poder en México y desnudan el sentido real de las instituciones responsables en teoría, de la procuración y administración de la justicia.

De acuerdo con el artículo 97 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación está facultada a realizar investigaciones cuando exista grave violación a las garantías individuales, así como a formular recomendaciones a los funcionarios públicos. Sabemos que se trata de una facultad extraordinaria de la SCJN que contempla nuestra Carta Magna, ante la descomposición generalizada de las instituciones.

No obstante, seis ministros, cuatro hombres: Sergio Valls Hernández, Guillermo Ortiz Mayagoitia, Salvador Aguirre Anguiano y Mariano Azuela, y dos mujeres: Olga Sánchez Cordero y Margarita Beatriz Luna Ramos, negaron que se trataban de violaciones graves a los derechos humanos. Con esto pasan por alto que la tortura sicológica que sufrió la informadora constituye una grave violación a los derechos humanos, de acuerdo a los tratados internacionales signados por México. En el colmo del cinismo, el ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano declaró que “la tortura no es más que un procedimiento ilegal, que no se puede desconocer que a través de ella se puede llegar a la verdad”.

A pesar de que existen tres demandas de juicio político y una de desafuero en la Cámara de Diputados en contra del gober precioso Mario Marín, fue exonerado por el más alto tribunal de la nación, al calificar la pederastia como “irregularidad menor”.

Si todavía quedara dignidad en la institución, los seis ministros deberían de presentar su renuncia inmediata. Es decepcionante que hayan sido dos mujeres ministras las que defendieran esa posición en contra de otra mujer, e inaudito que quien utilizó facciosamente a las instituciones para “darle un coscorrón” a la periodista Cacho goce de impunidad para seguir protegiendo a las organizaciones criminales.

¡Vaya celebración en México del Día Internacional de los Derechos Humanos! Al diablo con eso.

consejodedefensadelavivienda@gmail.com

www.vivienda.gobiernolegitimo.org.mx

Instituto del Fondo Nacional de Vivien-da para los Trabajadores

El Infonavit carece de los documentos que avalaron la venta de 205 mdp en terrenos

El Instituto del Fondo Nacional de Vivien-da para los Trabajadores (Infonavit) aseguró que carece de los documentos sobre las transacciones de venta de terrenos den-tro y fuera de varias unidades habitacionales de la República Mexicana que debían servir como reservas territoriales y áreas comunes, cuya ganancia se calcula en aproximadamente 205 millones de pe-sos, informó René Sánchez Galindo, re-presentante en Puebla del Consejo de De-fensa de la Vivienda del llamado “Gobier-no Legítimo” que encabeza Andrés Ma-nuel López Obrador.



Martín Hernández Alcántara
Puebla, Pue.

Utilizando la Ley de Transpa-rencia y Acceso a la Información Pública, Sánchez Galindo requirió al Infonavit datos sobre la ex-pedición de lotes propiedad del organismo. Éste se negó a contestar, el abogado acudió ante el Instituto Federal de Acceso a la In-formación (IFAI), que intercedió a su favor y llevó el caso hasta el Juez Octavo de Distrito, quien ordenó entregar la información demandada.

Así, al principio el Infonavit admitió que vendió terrenos para obtener liquidez, es decir, que el di-nero obtenido por la transacción fue a parar al fondo federal de vi-vienda; sin embargo, el organismo no precisó a cuánto ascendieron los recursos que logró, y al responder el amparo 831/2006, reconoció:

“Derivado de consultar minuciosamente nuestro registros que se tienen respecto a las ventas de reservas territoriales por parte del Infonavit no se tiene registro o da-to de las ventas de la reserva terri-torial como tal, el instituto no tie-ne ningún indicador o registro res-pecto al número de reservas territoriales vendidas ni los montos de las mismas, por lo que sólo se está en posibilidad de obtener el dato de la utilidad que se obtuvo de di-chas operaciones, tal como se pue-de verificar en los estados financieros publicados en el sitio de in-ternet y respecto a la manera en que se hizo la transferencia a las subcuentas de vivienda del mencionado producto de las ventas, se comunica que ese rendimiento individual es comunicado en los estados de cuenta que reciben los trabajadores derechohabientes de las afores que ellos eligen a su li-bre voluntad para la administración correspondiente” (sic).

“En pocas palabras: no hay do-cumentos que avalen las ventas”, comentó ayer en una entrevista Sánchez Galindo.

El litigante añadió que consul-tó los estados contables del Info-navit y ahí se percató de que el va-lor de los activos por terrenos para uso común y reserva era en 2003 de 239 millones de pesos, pero pa-ra el año pasado ese monto había descendido dramáticamente a tan sólo 34 millones, lo que lo hace suponer que la venta de los lotes redituó al instituto 205 millones, de los cuales no hay registros.

Para finalizar, Sánchez Galin-do mencionó que un ejemplo de la venta de áreas comunes es el te-rreno que se encuentra al final de la avenida Fidel Velázquez, en el Infonavit La Margarita, frente al Hospital del IMSS, el cual fue vendido a un particular que aho-ra lo renta para una tienda de la cadena Oxxo.

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