
Andrés Manuel López Obrador insistió ayer en que antes de la aprobación del presupuesto del próximo año se dé a conocer cuánto pagan de impuestos los 100 empresarios y banqueros más grandes de México.
A éstos –resaltó– no les afectará el nuevo gravamen de 2 por ciento que propone el gobierno federal, porque ellos son siempre los privilegiados, a ellos no se les toca con medidas de austeridad; en cambio, ese impuesto será absorbido por los pequeños y medianos empresarios
.
El ex jefe de Gobierno capitalino resaltó que los pobres del país sirven de pretexto para mantener el mismo régimen de opresión, corrupción, injusticia y privilegios
.
De visita en San Luis Potosí y Tamaulipas, López Obrador condenó la propuesta de Calderón Hinojosa de crear un gravamen de 2 por ciento al consumo e incrementar el impuesto sobre la renta, así como la aplicación de alzas en otros.
Resaltó que dichos aumentos sólo golpearán más la economía de millones de familias mexicanas, por lo que calificó de farsa
la pretensión de subir impuestos como un supuesto beneficio para las familias más pobres y no recortar el gasto social, cuando serán precisamente éstas las más golpeadas al tener que pagar todo más caro, incluyendo los alimentos básicos, como el maíz y el frijol.
No se toca a la mafia
En entrevista radiofónica, el político tabasqueño insistió en que a la mafia del poder, la llamada sociedad política integrada por Elba Esther Gordillo, Carlos Salinas y Felipe Calderón, entre otros
, no se le afecta con medidas como las anunciadas el martes por el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, tras hacer entrega a la Cámara de Diputados del paquete económico 2010.
Precisó que cuando se refiere a grandes empresarios y banqueros de México habla cuando mucho de 15 personas
, de las cuales ninguna –insistió– paga impuestos.
Por ello, López Obrador recalcó que demandará a Calderón que antes de aprobar el presupuesto para 2010 dé a conocer cuánto pagan de impuestos las 100 empresas y bancos más grandes del país, pues dijo tener información de que no tributan fiscalmente, y que cuando lo hacen se les devuelven
esos pagos, según un acuerdo que data desde los tiempos del ex presidente Luis Echeverría.
De hecho –afirmó–, ni los diputados saben cuánto pagan las grandes empresas, y se preguntó por qué se le carga siempre el peso de la crisis a la mayoría de los mexicanos. Reiteró que uno de los sectores más afectados será el de la clase media, a la que están desapareciendo
.

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AVIÓN SECUESTRADO O DISTRACTOR TRAS ANUNCIO DE AUMENTO DE IMPUESTOS A PRODUCTOS Y SERVICIOS?
Ayer a mediodía se vivió una tarde de intensa emoción o película de acción, se interrumpió la programación local normal para dar paso a una noticia de última hora: “Avión de Aeroméxico secuestrado en pleno vuelo de Cancún a la Ciudad de México”.
En las estaciones de televisión local no se hablaba de otra cosa: que tres sujetos auto secuestraban el avión, luego que no, que era sólo uno. El avión aterrizó a las 13:40 horas al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, los secuestradores pedían hablar directamente con Felipe Calderón Hinojosa. La movilización policiaca de todas las corporaciones no se hizo esperar, las televisoras transmitían paso a paso lo que sucedía en el lugar.
Eran 104 pasajeros más la tripulación del vuelo 576 del Boeing 737 de Aeroméxico procedente de la Ciudad de Cancún con destino a la ciudad de México, los que estaban varados en la terminal aérea, mientras se hacía la petición y se mantenía la comunicación por radio.
De repente, policías de seguridad e inteligencia, toman por asalto el avión, después de que fueron liberados los 104 pasajeros sanos y salvos. La tripulación seguía adentro, casi de inmediato salen por la escalerilla del avión toda la tripulación, para posteriormente dar paso al o los secuestradores.
Testigos del hecho reportaban que era sólo uno, de 55 años, bien vestido, algo nervioso. Otros decían que eran 3, y algunos sostenían que no se dieron cuenta hasta que vieron que los llevaban lejos del lugar donde llegan los demás aviones.
Hubo algunos que aseguraron que el capitán les avisó por radio, en el avión, que se encontraban en situación de emergencia y otros que no. En fin.
El episodio terminó con todos los pasajeros más la tripulación a salvo y detenidos 8 sujetos sospechosos.
Las autoridades reportaban saldo blanco, situación controlada y exitosa.
Finalmente, ya más tarde, se conoció la identidad del secuestrador: era un hombre de origen boliviano, residente en México desde hace 15 años, pastor evangélico de nombre José Marc Flores Pereira, con antecedentes de adicción a drogas y alcohol y que estuvo preso en el penal de Santa Cruz. Reveló que lo realizó el secuestro por mandato divino.
Llama la atención que no hubo amenazas o violencia en el avión del secuestrador hacia los pasajeros, ni armas, ni artefactos explosivos. También que las fuerzas policiales actuaron rápidamente y fue un trabajo limpio, sin heridos ni hechos que lamentar de un bando u otro.
Por lo demás, se corre el rumor de que se trató de algún montaje para distraer a la población por la molestia que causó el anuncio que hizo el Secretario de Economía, Agustín Carstens, por el aumento del 2% de un nuevo impuesto a todos los bienes y servicios, también a alimentos, medicinas y libros, a la cerveza, cigarrillos y licores, al uso del internet y celulares, gasolina, gas, ISR, etc. Ajuste denominado: de “doloroso y difícil” por el flamante funcionario.
Otros más se atreven a asegurar que quizás se trató de un mal guión para película de acción mexicana al viejo estilo de James Bond.
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Dar el avionazo
Exagerar para distraer
Ni secuestro ni rescate

El día de la ira por razones impositivas se convirtió en un televisado espectáculo en vivo que, a partir de un incidente de origen incierto, mantuvo durante horas la atención pública concentrada en otros asuntos. El único flanco protestante fue el de la iglesia a la que pertenece el predicador y cantante religioso que habría conmocionado al aparato estatal de inteligencia
y seguridad pública
a partir de la confección artesanal de presuntas bombas que en realidad eran un par de botes de jugo rellenos de tierra y adornados con foquitos tal vez como de serie de Navidad.
Mezcla de elementos externos y presagios que suelen desatar en los nativos y creyentes el desprecio y la persecución de lo ajeno, de lo desconocido: Boliviano (o venezolano, o colombiano, se dijo en un principio: sudamericanos malos, que son comunistas o narcotraficantes), pastor cristiano (los otros, los no pertenecientes a la que se dice mayoría religiosa en el país) y augur del desastre (no el actual, el producido por F.C., sino el terremoto de castigo, las profecías reveladas, el 999 que al revés da 666 –¡Santa Lotería Nacional: el número premiado en el sorteo dedicado a La Jornada fue el 26166; oh, revisad la nave jornalera y expropiad cualquier botecito de jugo!–).
Lo de menos, en esa exaltación del miedo colectivo, en esa fabricación mediática de fantasmas y villanos, es el riesgo de bordear los linderos del ridículo: el secretario de las dicciones torturadas, García Luna, batalla no con los reporteros sino con la lógica y el sentido común a la hora de tratar de explicar con exactitud lo que pasó. Por dar algunos ejemplos, la dimensión de la amenaza recibida por los tripulantes del vuelo de Aeroméxico, los momentos de tensión, acaso los forcejeos o cierta violencia en las alturas, las dificultades para desplegar la riesgosa estrategia de rescate, los instantes supremos en que los rehenes
habrían estado en riesgo de muerte si el operativo
fallaba en algún milímetro, la captura de la banda de criminales de alta escuela que habrían sido sometidos heroicamente. Nada: una amenaza de saliva acompañada de visiones extemporáneas (el sismo se había producido un día antes, con la presentación del paquete económico 2010), sin violencia física ni ruido que alertara a los demás pasajeros, casi un diálogo en la parte trasera del avión entre el solicitante volador de audiencia con Felipe y las aeromozas y el capitán de la nave. Mil preguntas, mil dudas, pero Genaro se refugia en el reino del procedimiento establecido. Todo cabe en el jarrito procesal. Que esto que l’otro: el procedimiento. Que blanco o negro: el procedimiento.
Luego, Felipe aparece triunfal en el foro mediático, preparado por el productor GG Luna, para demostrar que su gobierno sí sabe hacer bien las cosas y sí puede tener éxito en operaciones arriesgadas.
Qué susto, ¿verdad? Estuvo duro, ¿no?
, preguntaba a los reporteros a los que aseguraba que lo sucedido había sido un momento de prueba para todos, para la sociedad y el gobierno
, y narraba –con esa vocación tan marcada por los detalles de lo policiaco, de lo operativo– cómo había estado atento desde el principio, y las decisiones sobre la marcha que fue tomando: si ya salvó a la humanidad de la influenza, fue reconocido en Washington como un nuevo Elliot Ness, y sufrió una ya olvidada amenaza de asesinato –difundida oportunamente también por la oficina de relaciones públicas GGLuna–, ¿qué trabajo le podía costar el manejo de un incidente aéreo como el de ayer? Por tanto, el mensaje podría ser: Pueblo de México, sí te sabremos rescatar del secuestro de volatilidad económica al que te estamos llevando. Claro, para lograr esos resultados, se necesitaría que el presunto secuestrador fuera solitario, vulnerable (drogas, alcohol y cárcel en su pasado) y merecedor de desconfianza (los alegatos catastróficos del pastor Josmar Flores). ¡Chin: sí embonan ciertas características, así es que en una de esas y sí hay salida de la crisis provocada por C&C!
El Juanito religiosamente aéreo (artes marciales, tiro al blanco y demás) aportó un paréntesis a la saga calderónica de tensiones, pero también permitirá que se restituyan y fortalezcan los mecanismos de control en aeropuertos que los gringos tanto necesitan en función de su seguridad nacional. El viajero de Cancún ayuda a la Iniciativa Mérida, y ésta al calderonato para seguir quedando bien con los patroncitos gringos que buen billete verde le están metiendo a su traspatio poroso. Todo sea por Go(l)d: ¿mandato divino o mandado de Los Pinos?
La respuesta estuvo en el aire o, más bien, en las escenas de tierra, en los aparatosos movimientos policiacos para nada, en la ausencia de nerviosismo o desesperación adentro del avión, porque los pasajeros se fueron enterando de su presunta condición de peligro cuando familiares les hablaron desde la ciudad de México para compartir lo que escuchaban en la radio, en la ordenada y seccionada liberación
de los rehenes mientras el secuestrador esperaba que fueran por él, en el manejo escenográfico de siete u ocho presuntos secuestradores (entre ellos, un diputado), en el tirar a tierra a los pasajeros liberados
a unos metros del avión que según eso podría estallar, en el insólitamente exitoso papel negociador de un capitán aéreo con un pasajero con Biblia y dos latas de jugo, en el show distractor montado para que los mexicanos nos dediquemos a analizar los riesgos del terrorismo
y los resultados del futbol mundialero. ¿Secuestro? No hubo. ¿Rehenes o víctimas?, tampoco. ¿Rescate?, un montaje. ¿Entonces? Un avionazo. ¡Hasta mañana!
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contribución para el combate a la pobreza, así como un tributo de 4 por ciento al consumo de servicios de telecomunicaciones –telefonía fija y celular, televisión de paga y conexión a Internet–; un incremento de 2 por ciento al impuesto sobre la renta (ISR) y gravámenes adicionales a la cerveza, los licores y el tabaco.
El gobierno puede solicitar sin rubor la cooperación nacional en esta hora difícil, dijo Carstens, ciertamente sin ruborizarse al enunciar la idea de obtener de los bolsillos de los contribuyentes 175 mil 700 millones de pesos para reducir el déficit de casi 300 mil millones que se estima en las finanzas del gobierno federal para el año entrante. En contraste con el castigo que se pretende imponer a los asalariados, a los profesionistas independientes y a las pequeñas empresas, el secretario de Hacienda no dijo una palabra sobre las persistentes y crecientes demandas de suprimir o acotar los regímenes de privilegio de que disfrutan las grandes empresas y los grandes capitales en sus transacciones en la bolsa de valores.
En términos estrictamente económicos es difícil imaginar una combinación de propuestas más improcedente que la presentada por Carstens: el incremento desmedido y generalizado de impuestos tendría, en caso de que fuera aprobado por el Legislativo, graves consecuencias recesivas: un repunte inflacionario –así lo admitió ayer el propio secretario de Hacienda–, una contracción del mercado interno adicional a la que ya existe y un efecto depresor sobre la inversión productiva. En suma, el paquete impositivo ideado por el gobierno federal, de aplicarse, prolongaría y ahondaría la actual crisis económica por la que atraviesa el país, de por sí grave, y borraría cualquier posibilidad de atenuar, así fuese en una escala menor, la pobreza y la miseria que crecen día a día en el país.
Desde el punto de vista social, las medidas concebidas por el gobierno calderonista no son sino la radicalización del esquema fiscal vigente desde hace varios sexenios, caracterizado por minimizar –si no es que eliminar– las cargas impositivas de los más ricos y dirigir todo el esfuerzo recaudatorio sobre los asalariados, los pequeños empresarios y los consumidores en general. Se trata de un esquema de redistribución de la riqueza al revés, por medio del cual se extraen recursos de la mayoría de la población, los cuales pasan por las arcas públicas sólo para ser reprivatizados en procesos marcados por la opacidad, en beneficio de los actores económicos más poderosos y acaudalados. En esta forma de operar, el llamado combate a la pobreza es un mero acto de demagogia, pues se limita a distribuir entre los miserables pequeñas sumas en dinero o en especie, cuando para reducir en verdad la pobreza se requiere de crecimiento económico que genere empleos, de inversión planificada en infraestructura y, sobre todo, de una reorientación de las prioridades hacia la educación, la salud y la vivienda.
En una perspectiva política, las medidas propuestas por Carstens constituyen –no hay otro término– una provocación y un agravio: provocación, porque prácticamente todo el espectro político de la oposición –y hasta el partido gobernante– se ha manifestado en contra de gravámenes a los alimentos y medicinas, independientemente del nombre que se les ponga; agravio, porque el gobierno pretende resarcir su ineficiencia económica y mantener el boato de sus más altos cuadros –a pesar de las tenues y complacientes medidas de austeridad anunciadas el martes–, mediante el sacrificio de los sectores mayoritarios.
Con estas consideraciones en mente, ha de concluirse que las propuestas fiscales elaboradas por la Secretaría de Hacienda sí constituyen motivo para el rubor. Toca al Legislativo impedir la agresión, la improcedencia, la provocación y el agravio contenidos en el paquete recibido ayer de manos del secretario de Hacienda y, ante la incapacidad del Ejecutivo en la materia, reorientar la política económica hacia objetivos inaplazables: la reactivación económica, el robustecimiento del mercado interno, la generación de empleos y la inversión en educación y salud para el conjunto de los mexicanos.
Ayer, una falsa amenaza de bomba formulada por un individuo estrambótico y delirante en un vuelo de Aeroméxico que cubría la ruta de Cancún a esta capital fue convertido, por las autoridades federales y por la mayoría de los medios, en algo parecido a una crisis de seguridad nacional. Se habló, con suma irresponsabilidad, de secuestro aéreo, pese a que el agresor no logró hacerse con el control del avión, los pilotos del aparato no dieron satisfacción ni a la menor de sus exigencias, en ningún momento estuvo en riesgo verosímil la integridad física de nadie y la aeronave cubrió la ruta prevista y en el tiempo planificado.
Sin afán de minimizar el hecho delictivo protagonizado por el predicador de origen boliviano, es claro que el episodio debió ameritar un manejo más discreto y eficiente que la espectacular movilización montada por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y que de ninguna manera pudo justificar los atropellos cometidos por agentes policiales contra la totalidad de los pasajeros masculinos, los cuales fueron esposados, arrestados e interrogados como sospechosos.
A decir de los pasajeros, nadie a bordo del vuelo 576 se enteró del secuestro
hasta que el aparato se encontraba ya en tierra, en su destino final, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde aterrizó a tiempo: ese vuelo tiene previsto aterrizar a las 14 horas y a las 14:37 los viajantes y la tripulación ya abandonaban la nave, lo que constituye una demora irrelevante, explicable acaso por los desplazamientos de la aeronave hacia una zona de emergencia, lo cual sugiere que el presunto secuestrador no hizo ningún esfuerzo por retenerlos en rehenes en el aparato y que no hubo ningún contacto de negociación con las autoridades: en suma, todo indica que ni los pilotos ni los jefes policiales en tierra se tomaron en serio la amenaza –posiblemente porque desde un primer momento decidieron confiar en los controles e inspecciones aplicados a los pasajeros en el aeropuerto de Cancún antes del abordaje– y que el episodio fue deliberadamente exagerado y dramatizado, ya fuera para distraer la atención pública de las recientes pifias gubernamentales, para lucimiento personal e institucional del secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, o con otro propósito. Sea como fuere, resultan deplorables el desfiguro y el afán de causar alarma y desasosiego en la sociedad.
Fisgón

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Cuando yo era estudiante de secundaria había muchachos con cierto liderazgo que formaban grupos (pandillas a veces), otros bien portados y otros que no sentían tener ubicación y buscaban, de ser posible, la aceptación de los más beligerantes y que no teníamos, digamos, muy buena conducta. A esos desubicados los cultivábamos, como decíamos entonces, y les encargábamos tareas ingratas bajo la promesa implícita (nunca dicha) de que pasarían a formar parte de nuestro grupo. Cultivar quería decir hacerles creer que eran muy inteligentes, audaces, valientes, bravucones y sinónimos de los calificativos anteriores. Ya que se lo creían, los desinflábamos y su caída en la realidad era, en muchos sentidos, cruel, y si tenían poca autoestima terminaban peor y como candidatos a sicoanálisis. Pero nadie ha dicho que los adolescentes no son crueles con sus compañeros.
Hacer creer a alguien lo que no es suele ser una práctica malévola. Pues esto es lo que hicieron los que desde la televisión y no pocas estaciones de radio entrevistaron muy serios
a Rafael Acosta, haciéndole entender que ya era un personaje, un líder y casi un héroe popular. Acosta, quien se refiere a sí mismo en tercera persona y como Juanito (Juanito hace, Juanito fue, Juanito quiere, etcétera), comenzó a sentirse bien consigo mismo y muy pronto prestó oídos a quienes le preguntaban por qué tendría que cumplir una promesa si en realidad lo habían usado
. Lo cultivaron y al verse citado y fotografiado en los medios, sobre todo de derecha, perseguido por los paparazzi, entrevistado en la televisión, con miles de entradas en google y en no pocos blogs, se la creyó y terminó por sentirse un líder político con aspiraciones de tal magnitud que hasta ya declaró que le gustaría ser jefe del Gobierno del Distrito Federal. De repente pasó de ser un desconocido a ser un personaje que era invitado a bautizos, bodas, 15 años, comidas en restaurantes de medio lujo, y compadre (sólo en el trato) de algunos políticos mañosos que se han aprovechado de él para hablarle muy de cerca y como en susurro, para hacerle pensar que tiene la sartén por el mango y que hasta a López Obrador se la puede jugar y traicionarlo por haberlo convertido en candidato ganador. ¡Ahora que se friegue!, seguramente le dijeron, para añadir un ¡tú puedes!
En medio de tanta parafernalia y lleno de confusión por la rapidez de los acontecimientos y por la vertiginosa subida a la cúspide de los medios electrónicos y de prensa que lo inventaron e hicieron de él un personaje, Juanito optó por ir a la Basílica de Guadalupe, con una veladora de gran tamaño. No se sabe si fue para darle gracias a la Virgen por tan buena suerte o para ser fotografiado como un hombre devoto, ya que los votos que obtuvo no fueron para él, sino para la defenestrada candidata víctima, una más, del tribunal electoral calderonista.
El martes pasado, probablemente inspirado por una santidad que le es ajena, tomó la determinación de quedarse como delegado y, en el colmo de su bondad casi infinita, declaró, a quien quisiera escucharlo, que le ofrecerá un puesto a Clara Brugada, ya que ella no quiso –dijo el desmemoriado y confundido personaje–, de haber sido la delegada, compartir con él y su gente
50 por ciento de los cargos en la delegación. Lo que olvidó, convenientemente, es que fue él el que quiso condicionar su renuncia al puesto a cambio de que le dieran la mitad de la nómina en la administración de Iztapalapa.
Para que no hubiera duda, declaró que es un hecho que no renuncia y, según El Universal.com del martes pasado, le pidió a la Guadalupana que le despeje el camino al cargo quitándole a sus enemigos. Pobre hombre, nunca entendió que sus enemigos son los que lo cultivaron y le hicieron creer lo que no es.
Para evitar malos entendidos, con esto de que los humildes y con pocos estudios también pueden y deben gobernar y no hay por qué discriminarlos (cosa que, por cierto, no discuto), debemos recordar que Juanito ganó porque López Obrador y Clara Brugada hicieron campaña por y para él, en el entendido de que al ganar, si ganaba, renunciaría para que su ahora opositora
pudiera quedar en el cargo. Fue una estratagema que se le ocurrió a AMLO para dar vuelta al dictamen del faccioso Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el mismo que le quitó la Presidencia del país en 2006 y que se la dio a Jesús Ortega en el PRD. No me gustó la forma en que lo anunció Andrés Manuel en Iztapalapa: como que fue poco elegante, pero entiendo que fue una decisión de bote pronto en la que ciertamente no se cuidaron las formas, pero que hubiera sido efectiva si Rafael Acosta fuera hombre de palabra, es decir, una persona de firmes convicciones y no una criatura mediática y patética que fue hábilmente cultivado.
La historia no ha terminado, pero hasta ahora es como una telenovela que bien podría llamarse Cómo cultivar a un hombre sencillo, pero ambicioso”. Habrá que ver la segunda parte.
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Rocha

Beltrones solicita revisar el proyecto; el paquete, error estratégico
, señala Aguilar Solís
es IVA disfrazado
Navarrete: adecuado, incrementar el ISR; buscan recursos donde ya no hay
, sostiene Encinas
La iniciativa fiscal del gobierno federal ha desatado una repulsa casi generalizada en el país; ayer, sin embargo, el PRI –que cuenta con la mayoría en la Cámara de Diputados– mostró contradicciones en su interior.
Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores priístas, solicitó a todas las fuerzas políticas analizar el proyecto de presupuesto enviado por el presidente Felipe Calderón antes de cualquier eventual rechazo, mientras el secretario adjunto de la presidencia del tricolor, Samuel Aguilar Solís, aseguró que el aluvión de impuestos propuesto en el paquete económico para 2010 no sólo es un error estratégico, sino que contraerá aún más el mercado interno e irá contra la generación de empleos.
Beltrones mantuvo el discurso de su partido de rechazar la posibilidad de gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) medicinas y alimentos, pero acotó: estoy seguro que la puesta en escena de una iniciativa con algunas propuestas novedosas e ingeniosas debe ser analizada alrededor del destino del gasto
.
Aguilar Solís destacó que, contrario a la lógica de alentar el consumo interno, proteger y generar nuevas fuentes de empleo, el gobierno de Calderón sigue empeñado en mantener una política neoliberal. Y María Esther Sherman, diputada por el PRI, argumentó que la propuesta de gravar con 2 por ciento el consumo, es el IVA disfrazado; otro engendro
.
Como era previsible, en San Lázaro el PAN apoyó la iniciativa del Ejecutivo. Josefina Vázquez Mota, líder de la bancada blanquiazul, adelantó que se presentará el debate y la discusión. Hacia adelante la atención a la pobreza requiere de un compromiso presupuestal que no puede descansar en ingresos petroleros sujetos a riesgos de volatilidad de precios y cada vez más de cantidad, indicó.
El líder de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, sostuvo que actuarán con los diputados de su partido en este tema, y señaló que está en desacuerdo con la creación de nuevos impuestos: el 2 por ciento adicional al consumo es un IVA disfrazado
, y manifestó que le parece adecuado elevar el impuesto sobre la renta (ISR).
Alejandro Encinas, coordinador de los diputados del PRD, indicó que el paquete económico sigue las mismas recetas buscando obtener recursos donde ya no los hay, fundamentalmente en los sectores medio y popular
, y deja a salvo los privilegios mediante los regímenes fiscales especiales para los grandes empresarios sin gravar las ganancias espectaculares obtenidas en la Bolsa Mexicana de Valores
.
Los presidentes de PT y PRD, Alberto Anaya y Jesús Ortega, respectivamente, señalaron que el paquete económico propuesto por el Ejecutivo federal es un tiro de gracia
para la economía nacional, porque es recesivo, regresivo y altamente inflacionario.
En Monterrey, el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, afirmó que los nuevos impuestos no afectarán el bolsillo de las familias, porque esos recursos se destinarán a combatir la pobreza extrema con el programa Oportunidades. Anticipó que pese a las críticas, el gobierno federal no dará marcha atrás a su proyecto.
En tanto, organizaciones campesinas afirmaron que el impuesto de 2 por ciento a bienes y servicios será la puntilla en la agonía que sufren los agricultores y en caso de que se aplique provocará una catástrofe que será muy difícil revertir.
La Confederación de Porcicultores Mexicanos, el Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, la Alianza Nacional de Organizaciones Agropecuarias, el Consejo Nacional Agropecuario y la Confederación Nacional Campesina señalaron que con ese impuesto estarán en riesgo los empleos rurales y serán pocos los productores que no se declaren en cartera vencida.
El sector académico también se expresó contra el nuevo gravamen. Aplicarlo, aseguraron especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana y del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, ampliará el descontento social
, lo cual podría contribuir
a la inestabilidad sobre la que han advertido diversos sectores.
Organizaciones obreras, campesinas y sociales independientes denunciaron que el paquete fiscal para 2010 disfraza nuevos impuestos
e incrementa la carga tributaria para la base trabajadora; será un duro golpe para la economía de toda la población, porque no se toca
al gran capital y se mantienen sus privilegios fiscales.
El cardenal Norberto Rivera hizo un llamado a los agentes de pastoral social y a quienes participan en instancias como Cáritas a que fortalezcan su acciones en favor de los más desposeídos.
Roberto Garduño, Enrique Méndez, Andrea Becerril, Víctor Ballinas, Alma Muñoz, Matilde Pérez, Carolina Gómez, Gabriel León, Patricia Muñoz y Ciro Pérez, reporteros; David Carrizales, corresponsal
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