Añadió que “90 por ciento de los asesinatos violentos en Ciudad Juárez no son investigados y resulta obvio, después de dos años, que el operativo conjunto o coordinado no ha funcionado, y que las fuerzas militares no están para combatir el crimen ni para detener los hechos de sangre, sino para atemorizar a la población para que no se manifieste contundentemente por lo que ha venido ocurriendo”.
De igual manera, imputó a Calderón Hinojosa guiarse por una política criminal y aprovechar los hechos violentos para mantener una guerra irresponsable contra el narcotráfico
.
Por ello, en el contexto de la reciente matanza de jóvenes, la Asamblea Ciudadana y el Frente Nacional contra la Represión demandaron a Felipe Calderón que renuncie, lo llamaron un peligro para México
y le atribuyeron operar en Juárez a través de escuadrones de la muerte
.
Asimismo, responsabilizaron de la ejecución múltiple a los tres niveles de gobierno
y pidieron al alcalde juarense, José Reyes Ferriz, así como al gobernador José Reyes Baeza, que si no pueden con el problema
también dejen sus cargos, para que el pueblo se organice y salga adelante, ya que al pueblo nada más lo puede defender el pueblo
.
Contreras también criticó el trabajo del Ejército Mexicano que, a su ver, está para cumplir órdenes y si no detiene criminales es precisamente porque no se le ha girado esa instrucción
.
En este sentido afirmó que existe sin duda una complicidad de las fuerzas federales y los criminales (...) hay un encubrimiento a grupos paramilitares, por lo que mientras Felipe Calderón esté en la Presidencia, todos los juarenses corremos peligro
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El defensor de la Constitución
Rocha
Señuelos y realidad Luis Linares Zapata/ II y última
Mientras por el ancho mundo trabajan para dar cauce y solución a los problemas desatados por la crisis sistémica que tuvo su epicentro en Wall Street, en México sus elites se purgan con múltiples señuelos para desmovilizar sus energías (junto a otros más) y no avanzar.
Estreñidas al máximo con sus poquiteras visiones y disminuidas capacidades, continúan dando vueltas alrededor de las mismas norias, ya tan secas como vetustas. Ayunas de voluntad e imaginación para dar respuestas eficaces, iluminadoras, previsoras, portadoras de grandezas ante la emergencia, la competencia global y el peligro, se entretienen oliéndose a ellas mismas, rascando sus bolsillos y disfrazando sus terribles miedos. Para ellos, como grupo decisorio de primera línea, preguntarse por las maneras de salir de la atonía secular y de la crisis actual es asunto que sólo preocupa a los vanidosos e ilusionistas del más disonante populismo. Se confía en seguir adelante con lo mismo, repetir recetas, aunque pueden, de repente, recurrir a extravagantes vestiduras discursivas, vendedoras o de simple moda. El prianismo en primer término, pero extensivo a los demás contendientes partidistas, incluyendo a los de la izquierda burocratizada (PRD), circularán con sus recetas ya desfloradas desde hace décadas por el maligno y sus muchas torpezas.
No bastan las enormes penas infligidas a los mexicanos por décadas de medianías, retrocesos y el pasmo económico, los dirigentes partidarios sólo ven sus sombras, sus obsesiones manipuladoras y afanes de escalar posiciones de riqueza y poder. No oyen los reparos que vienen desde lo profundo, desoyen los gritos de auxilio y la desesperación de los millones de desahuciados que claman por una vida digna.
Si acaso, cuando son forzados por el griterío, las pedradas o los llantos, recurren a las encuestas de opinión telefónica, a los focus-group o traen asesores estrellas del paraíso circundante (España, USA o ex guerrilleros de El Salvador) y se enorgullecen de sus hallazgos y verborrea.
A cada retobo de la realidad de inmediato tratan de minimizar el desencanto que lo provoca y recetan, sin recato alguno, la fórmula de la ruta correcta y las reformas pendientes que todo lo aliviarán.
En ocasiones desesperadas dan saltos adelante, fugas ineficaces como las del señor Calderón, pero difundidas a todo vapor. Así, los poderes fácticos, sus acólitos partidistas y comunicadores, antes de enfrentar la realidad abrazadora, se enroscan tras distractores que atontan y crean confusión. Para su fortuna, éste será el año de celebraciones con panderos, luces, cohetes y 12 elecciones de gobernadores estatales.
En este espasmo de oportunidades para engañar incautos (que son muchos) las energías de la elite estarán concentradas en apuntar a cualquier promesa que se atisbe como palanca de votos. Lo que siga después sólo se adecuará a su incumplimiento fatal. Nada de pensar en programas efectivos, menos aún en cambios de trayectoria, de rumbo o de modelo imperante.
Los hechos del momento se imponen a la previsión y los poderes fácticos dictarán la moda, el bien decir y las buenas maneras. Sus intereses y posturas no serán tocados en toda esta trifulca de sonidos destemplados por cualquiera de los dos partidos que tienen sometidos. No habrá cambio, sino continuidad poquitera revestida de ofrecimientos sin resquemores ni mesura.
Las inversiones, el fomento al ahorro, la educación, las telecomunicaciones, la energía (petróleo, electricidad) los monopolios (incluidos los sindicales y comunicativos), la minería depredadora y en manos extranjeras (canadienses), el desarrollo acelerado, sustentable y el respeto al medio ambiente, pasarán desapercibidos.
Lo esencial, para los merolicos del oficialismo, es lo urgente: las medidas de impacto y no los programas esperados y eficaces. Éstos, que los hay y muy bien pensados, serán manoseados por sus palafreneros de variada calaña hasta dejarlos irreconocibles e inoperantes. Ningún concertador a destajo los tomará en cuenta en su trasiego entre bambalinas. Tampoco los utilizarán los operadores infatigables que sólo buscan sus prebendas, por poquiteras que puedan resultar.
Los mapaches electorales atenderán, con esmero, el sólido fundamento de las triquiñuelas conocidas, las compras de voto a despoblado, las amenazas que diluyen apoyos públicos a la miseria, la captura de urnas, la propaganda sin tapujos, la complicidad del consejero electoral previamente cooptado, la audiencia selecta con el magistrado para aceitar la argumentación propia. Ésos y no los asuntos de trascendencia, de nivel nacional, son la prioridad venidera, los acicates de la democracia, tal como se le conoce aquí. De todas maneras, se puede pasar revista de algunos tópicos que pueden ya ser indicativos de lo que vendrá en 2012.
En Europa, se decía en la entrega pasada, divisan la necesidad de tasar operaciones globales. Un pequeñísimo porcentaje de impuesto (0.005 por ciento) a esos enormes flujos, bien podrían significar sumas enormes (45 mil millones de dólares) susceptibles de usarse con varios propósitos: reconstrucción de Haití por ejemplo.
Las varias tentativas de Obama para castigar la especulación de los bancos de su país, aquí las ve la derecha como medidas desesperadas de un negro que no ha sabido gobernar para la gente productiva. Tampoco se atenderán, como es preocupación extendida en Europa, de cuidar los balances sociales logrados en el Estado Benefactor, ahora que ha sido comprimido por la crisis. Se dirá, como siempre, que tales formulaciones son lejanas, de socializantes ricos y pasarán de largo, llenos de soberbia e ignorancia.
Sin duda
Magú

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Astillero
Artistas Asesinos (¿A.A?)
La coartada del narco
Gastritis crónica juvenil
Ocultismo televisivo
Julio Hernández López
DOLOR EN CIUDAD JUAREZ Familiares de dos de los 14 jóvenes asesinados en la madrugada del pasado domingo durante una fiesta en Ciudad Juárez, ChihuahuaFoto Reuters
El calderonato ensaya hasta la ofensiva saciedad su coartada oscura de que ciertos mexicanos no merecen atención ni justicia en los incidentes criminales que les afectan porque estarían tocados por el presunto estigma del narcotráfico, adjudicable a conveniencia de ese gobierno de trampas y odios. Conceptual y ejecutivamente fallido, el seudogobierno felipista cree que al etiquetar un asunto como relacionado con la delincuencia organizada queda exento de indagaciones, procuración de justicia y responsabilidad. Miles de mexicanos han muerto en circunstancias complejas o insuficientemente explicadas y sus casos han sido tirados al indolente cesto de la basura institucional porque, al cómodo decir de la claudicante administración federal, estarían contaminados del virus justificatorio del mercadeo ilegal de estupefacientes.
Desde Tokio llegó esta vez la línea presuntamente justificatoria de las inacciones discriminatorias. En el paquete de una conferencia de prensa, sin tomar antes el teléfono para expresar pesares, como sí lo había hecho con televisivo acomedimiento en el caso de un deportista involucrado en un incidente con tufo a cobros por narcotráfico, el comandante Calderón se permitió la ligereza de deslizar que la reciente masacre de jóvenes (los Muertos de Juárez) habría sucedido por una rivalidad entre bandos. Nada de confidencialidad
de la investigación o tiquismiquis judiciales: los chavos asesinados andaban en malos pasos y por eso les tocó muerte. Sólo le faltó decir, al responsable histórico de llenar de sangre el país, que nadie es inocente mientras no juegue en el América, o que nada es verdad o mentira mientras no concuerde con los guiones diseñados por el vicepresidente ejecutivo (es decir, de ejecuciones) mejor conocido como García Luna Productions.
El apunte artístico (doble A) fue plasmado ayer en Chihuahua por los ayudantes locales en un lienzo sombrío (el góber José Reyes Baeza como pintor de brocha gorda), en una especie de gastritis crónica juvenil, pues de pronto los chavos que habían sido descritos por el alcalde de la mártir ciudad como deportistas, estudiosos, ejemplares y no involucrados en asuntos delictivos, aparecieron en la galería de la doble A (apuntes artísticos) como parte del lumpen que necesariamente debe ser exterminado para dar paso a la aurora del México libre del narcotráfico que el etéreo Felipe sueña: marginados sociales que en buena hora se exterminan entre sí, para que eviten ser pasados por las armas oficiales. ¡Vamos ganando, aunque la juventud perezca!
Pero, aun cuando la causa real de esa masacre fueran venganzas entre bandas rivales, y sin entrar al análisis de fondo sobre la injusticia social y la falta de oportunidades que empujan a muchísimos mexicanos a buscar en el falso paraíso del narcotráfico lo que el sistema les niega, lo que debe hacer el comandante Calderón es someter esos incidentes a un esfuerzo serio de procesamiento judicial, esclarecimiento y asignación de castigos cumplibles. De otra manera, el recurso de culpar de todo al narco es una anchísima puerta de impunidad e irresponsabilidad que fácilmente cumple la autoridad fraudulenta pero formalmente responsable de dirigir el país.
Para fortuna del lic. Calderón, el principal medio de información del país, Televisa, le regaló la noche del lunes una joya de ocultaciones periodísticas dignas de estudio en las escuelas de comunicación social del país y el extranjero. En su noticiario estelar, y bajo la magistral conducción de su principal estrella del ramo, Joaquín López Dóriga, México pudo concentrarse en los incidentes menores de la recuperación médica y otros detalles individuales del caso de un futbolista, cuya agresión en un antro de privilegios parece cada vez más densa en cuanto a sus causas (el viernes pasado fue colocada, y rápidamente retirada, una manta en Periférico y Constituyentes en la que se amenazaba de muerte a La Chiva y se mencionaba que el pleito había sido porque el futbolista se había metido con Arlet
). Televisa dio la vuelta al mundo informando a los mexicanos de detalles de noticias absolutamente lejanas, y se entretuvo revelando trascendentes riesgos de dos actrices que cantaban mientras se caía la mitad del templete en que actuaban, sin que la masacre de 14 jóvenes estudiantes y dos mayores de edad consiguiera colarse a los tiempos de mayor audiencia televisiva. Luego, ya al final, a unos minutos de cerrar la entrega, se dio la información cuyos apuntes se habían adelantado un par de veces. Minuto y medio de datos firmes y, luego, las reacciones institucionales del Poder Legislativo, entre ellas la exigencia de investigaciones y castigo que hizo el docto presidente de la mesa directiva de San Lázaro, el represor gramatical Francisco Ramírez Acuña, quien se manifestó contra los asesinatos perpetuados
en la urbe fronteriza.
Por razones extrañas (aunque ese día el IFE le había impuesto una multa de 72 millones de pesos por irregularidades en la transmisión de anuncios electorales pasados), Televisión Azteca dio amplia difusión a los asuntos de Ciudad Juárez y Torreón, todo salpicado con el tono escandaloso de la casa. La mejor cobertura y presentación estuvo a cargo de Milenio Televisión y Ciro Gómez Leyva.
¿Quiénes son, pues, los verdaderos artistas asesinos? ¿Qué realidad se pretende encubrir, disfrazar, recrear? ¿Bocetos federales, aplicaciones locales, cofradía múltiple de engaños luego acallados o deformados por el poder televisivo cómplice? ¿A.A. sólo significa Artistas Asesinos? ¿Quién es el responsable artístico de pintar de rojo el país?
Y, mientras los tíos le buscan a Marianita algún cargo diplomático, como sucedió con el ex director de la Lotería Nacional pillado en transas electorales, ¡hasta mañana, en esta columna que ve a 13 varones ocupar con cinismo las curules dejadas por diputadas juanitas!
La pura congruencia
Fisgón