lunes, septiembre 24, 2007

América: la invasión silenciosa, Primera Parte.

Stella Calloni

Cubadebate
2007-09-20

América Latina continúa atravesada por heridas que no cierran, como el genocidio de la conquista, la colonización y la recolonización posterior. Sólo en el siglo XX las intervenciones y las dictaduras sembradas a lo largo del continente por Estados Unidos dejaron millones de víctimas, con las secuelas del proceso de dominación, expoliación y exterminio, que hasta hoy perduran.

Casi un millón de muertos por la acción represiva de las dictaduras, a lo que se suman otros millones por los crímenes de la miseria como son las hambrunas o las enfermedades curables, y la violencia de la desigualdad y la injusticia son algunas de las consecuencias.

Ahora en los nuevos planes de recolonización, que pueden reconocerse en los trazados del Consenso de Washington en los años 90 y el proyecto del Area para el Libre Comercio de las Américas, que intentan imponernos, por una parte y por la otra el geoestratégico esquema militar, político y económico del Plan Colombia de los años 2000-sólo para nombrar los más conocidos por nuestros pueblos- podemos advertir lo que se nos prepara para el siglo XXI.

En este contexto la tarea de los organismos de Derechos Humanos se diversifica y se multiplican los esfuerzos por la recuperación de la memoria y la verdad histórica.

Esto es parte de la repuesta estratégica de nuestra región a los nuevos planes imperiales toda vez que las “construcciones democráticas” que continuaron a las dictaduras del siglo XX fueron planeadas en las mismas oficinas en que anteriormente se organizó el esquema dictatorial de los terrorismos de Estado que devastaron a Nuestra América.

Castradas de posibilidades, acotadas, las democracias del siglo XXI, sobreviven con grandes dificultades, a pesar de lo cuál se advierte un cambio sustancial en el mapa político regional, que en los últimos tiempos encendió las luces de “alerta roja” cuando funcionarios de Estados Unidos advirtieron al presidente George W.Bush que “América latina” se les estaba yendo de las manos.

Pero entre las dificultades de nuestras democracias está el tema de la impunidad. No hay democracia posible sin el juzgamiento y castigo para los responsables de delitos de lesa humanidad entre los que se cuentan los hacedores de los planes económicos que correspondieron a las viejas y nuevas doctrinas de Seguridad de Estados Unidos. Las estrategias de dominación en estos tiempos son sutiles- aunque ya no tanto- y han permitido una invasión silenciosa en toda la región.

Durante el gobierno de Ronald Reagan en los años 80 se renovaron las estrategias hacia nuestra región y llevaron a la creación de nuevas instituciones y a la proliferación de supuestas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), que como las tropas, los grupos de choque, las fuerzas especiales o los especialistas en guerras sucias en el plano militar, se aplican a otros terrenos de la vida política de nuestros pueblos.

En estos momentos, septiembre de 2007, se está denunciando el entramado de un plan para ejecutar un golpe contra el presidente de Bolivia, Evo Morales. Esto era esperado desde el mismo momento en que el pueblo boliviano derrotó en las urnas otros golpismos de Estados Unidos, que intentaron- especialmente mediante los “golpes blandos” de los medios de comunicación a su servicio- impedir el triunfo de Evo a fines de 2005.

Y es en estos momentos cuando organizaciones indígenas de Ecuador denuncian los planes golpistas contra Evo Morales y se mencionan a esas supuestas ONG estadounidenses como la Agencia para el Desarrollo Internacional (US Agency for International Development, USAID) que financia al National Endowment Foundation (NED), que no son sino la “cara social” de la CIA estadounidense. Esto nos demanda hacer un recorrido sobre la invasión silenciosa que estamos viendo alrededor nuestro.

Suena extraño por ejemplo que el NED conocido aquí como la Fundación (de Financiación) para la Democracia, responsable de una serie de acciones de desestabilizació n, golpismo y armadas, en diversos lugares del mundo y en América Latina, aparezca como benefactora de algunas organizaciones humanitarias. La NED, como las brujas, está en todos nuestros países.

El papel de la NED quedó en evidencia en diversos episodios de desestabilizació n e intervenciones y “golpes suaves” en Latinoamérica y en su intento de controlar organismos humanitarios, surgidos en la lucha por la justicia en la región.

Un ejemplo de los juegos sucios de esas supuestas “ONGs” estadounidenses es ese intento de apoderarse y controlar a los organismos de derechos humanos, lo que es un viejo sueño de Washington.

Las “reconciliaciones” que se proponen desde esas ONGs están pensadas no para la justicia sino para la impunidad encubierta. Y todos sabemos que con impunidad, sin independencia real, sin soberanía, ninguna sociedad atrapada puede emprender el camino de una paz segura.

Recientemente trascurrió en Chile la Conferencia Internacional "Memorializació n y Democracia", que tuvo el apoyo-entre otras Organizaciones - de NED, la Oficina Internacional de La Fundación Ford, el Open Society Institute, el Goethe Institute de (Santiago); el Ministerio de Bienes Nacionales (Chile) y otros.

Organizada por el centro Internacional de Justicia Trasicional, la Coalición Internacional de Museos de Conciencia en sitios Históricos y Flacso de Chile el mismo planteo realizado allí en el marco de varias conferencias alrededor de un esquema de transición y un difuso tratamiento sobre reconciliaciones, fue trasladado luego a Argentina.

Aquí hubo respuestas adversas por parte de organizaciones de Derechos Humanos, que luchan desde hace años como víctimas directas con definiciones muy precisas en temas de justicia, y construcciones efectivas para una paz verdadera, que permita resistir a las nuevas formas de violencias coloniales y neocoloniales.

El NED se presenta a sí mismo como “una organización privada sin fines de lucro creada en 1983 con el fin de fortalecer las instituciones democráticas alrededor del mundo, a través de esfuerzos no gubernamentales” .

De acuerdo a sus datos “está gobernado por un directorio independiente y no partidario. Con los fondos anuales que recibe del Congreso (de EE.UU), otorga cientos de subvenciones para sostener grupos pro-democráticos( supuestamente) en Africa, Asia, Europa Central y Oriental, América Latina, y la ex Unión Soviética”.

La “idea” que guía a NED “es que la libertad es una aspiración humana universal que puede ser realizada a través del desarrollo de instituciones, procedimientos y valores democráticos. La democracia no puede alcanzarse a través de una simple elección, y no es necesario que esté basada en el modelo de los Estados Unidos o de otro país particular(. ..). Sosteniendo este proceso, el NED ayuda a fortalecer el vínculo entre los movimientos democráticos locales en diversos países, y el pueblo de los Estados Unidos, vínculo basado en el compromiso común con el gobierno representativo y la libertad como estilo de vida”.

Curiosa nueva interpretació n de la “democracia” que, según dice NED- “no puede alcanzarse a través de una simple elección”. Los tiempos cambian, sin duda, y los sucesos de América Latina en los últimos años están indicando al poder mundial que su caballito de batalla (las elecciones) ya no son tan seguras como en otros tiempos.

Hay una reflexión básica. Si de la “visión democrática” de los gobiernos estadounidenses se trata, basta con mirar hacia Afganistán o Irak en estos últimos años para entender cuál es el concepto que tienen los gobiernos estadounidenses sobre lo que es una democracia.

En el caso de Irak estamos asistiendo a un genocidio en pleno siglo XXI, donde en cifras conservadoras se habla de casi un millón de muertos desde que Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y otros “aliados” invadieron ese país en abril de 2003.

Todos los argumentos planteados fueron falsos, pero no hubo organismo internacional capaz de detener los crímenes de lesa humanidad que se cometen contra una población inerme y que tiene todo el derecho a la resistencia.

El presidente de Estados Unidos George W. Bush llama “democracia” a la invasión y ocupación de un país, a las nuevas legislaciones supuestamente diseñadas para “combatir el terrorismo”. Considera un elemento “democrático” a la tortura, a las cárceles secretas, a los campos de concentración, a centros clandestinos de detención, como el de Guantánamo. De acuerdo a sus planteos estos tormentos se aplican en “beneficio de las mayorías amenazadas”. La tortura es así ahora un camino para “salvar” a la democracia.

La nueva estrategia estadounidense “para consolidar la democracia” en Irak plantea desde 2006 la “solución final, es decir el asesinato masivo de la población y especialmente de aquellos sectores como jóvenes y niños que puedan ser la semilla de futuras resistencias.

El modelo de democracia que Estados Unidos nos ha ofrecido en América Latina fueron dictaduras impuestas desde los tiempos de su expansión, la siembra de dictadores una y otra vez, interrumpiendo y derrocando a los gobiernos populares y democráticos o aquellos incluso que sólo disentían de sus planes en la región.

En realidad la NED es la continuación de las acciones secretas de la CIA estadounidense, y elemento básico en las estrategias de dominación y recolonizació n trazadas por Estados Unidos.

Esta institución se plantea como una prioridad -en el esquema de la llamada Guerra de Baja Intensidad (GBI; contrainsurgencia típica de los años 60, en su nueva versión)- “ayudar” a los cambios planificados en la invasión neoconservadora y fundamentalista del reaganismo y sus sucesores.

Al declarar Reagan a la Unión Soviética como «el imperio del mal Mal» decidió avanzar sobre la “contención” en los terrenos diplomáticos y militar, como lo planteó el Documento de Santa Fe, uno y planteó una nueva vía, encomendando a la CIA organizar y movilizar a grupos afines a Washington detrás de la máscara de “sociedad civil” y con fondos suficientes para desestabilizar al “enemigo”.

Como los escándalos e injerencia de la CIA en diversos lugares, como el golpe de Chile contra el presidente Salvador Allende en 1973 o sus actuaciones en Centroamérica, merecieron una cantidad de investigaciones en el propio Congreso, el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) se decidió a elegir una vía nueva para lo cuál se creó la NED. Fue la “cara social” de la CIA, bajo disfraz de una fundación democrática.

Sólo basta con conocer la conformación del Consejo que administra los fondos de NED para saber de qué se trata esta fundación, donde además de los Partidos Republicano y Demócrata, están nada menos que la Cámara de Comercio estadounidense y el sindicalismo de la AFL-CIO, sobre los que se conocen viejos lazos con la CIA.

El financiamiento de NED es aprobado por el Congreso de Estados Unidos y figura en el capítulo del presupuesto del Departamento de Estado destinado a la Agencia para el Desarrollo Internacional US. Agency for International Development( USAID).

“La mayoría de las figuras históricas de las acciones clandestinas de la CIA han sido en algún momento miembros del Consejo Administrativo o de la dirección de la NED, entre ellos Otto Reich, John Negroponte, Henry Cisneros o Elliot Abrams. Actualmente la preside Vin Weber, ex-representante republicano por Minnesota, fundador de la ultraconservadora asociación Empower América y buscador de fondos para la campaña de George W. Bush en el 2000. Su director ejecutivo es Carl Geshman, un ex-trotskista convertido en responsable del Partido Socialista de Estados Unidos (Social Democrats, USA) y miembro de la corriente neoconservadora” , como investigó Thierry Meyssan, periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire con sede en París, Francia. (1)

Para mantener la ilusión de que se trata de una organización “privada”, la NED recibe también donaciones de tres asociaciones, que son a su vez financiadas indirectamente por contratos federales: la Smith Richardson Foundation, la John M. Olin Foundation y la Lynde and Harry Bradley Foundation.

Los administradores de los fondos son los que deciden las acciones supuestamente “democráticas” contra los países elegidos como “enemigos”, “contendientes” o “rebeldes”.

La NED fue muy importante a la hora de convocar y unir bajo la presión del financiamiento y la corrupción a la oposición interna en Nicaragua para luchar “democráticamente” contra el sandinismo a la vez que era partícipe en el entramado del ejército mercenario de la Contra nicaragüense.

Ubicado el blanco contra el que se emprende la guerra por diversos frentes, NED se encarga de reflotar partidos y políticos fantasmas, a los que financia para conformar las famosas organizaciones: léase Coordinadora Democrática, Cruzadas Civilistas, como la de Panamá, predecesora de la brutal invasión militar de Estados Unidos en diciembre de 1989 y las que hoy surgen como hongos en la Venezuela, gobernada por el presidente Hugo Chávez, otro “hombre del mal” para Washington.

Los integrantes de la NED, bajo sus disfraces de “democráticos” conforman frentes abiertamente desestabilizadores, negocian con los medios de comunicación del sistema, presionan a algunos políticos remisos, arman estructuras políticas que financian y corrompen, en función de la “seguridad nacional” de Estados Unidos.

Cumpliendo esos mandatos de una seguridad nacional fascista, se hace “necesario” desaparecer del escenario a “enemigos” simplemente remisos a cumplir las órdenes de la metrópoli y por otra parte amar ficciones de políticos, uno de cuyos mejores ejemplos fue la ex presidenta de Panamá, Mireya Moscoso.

Todo al mejor estilo de la mafia, cuyos elementos básicos se pueden advertir a flor de piel en los entramados imperiales de estos tiempos.

Creada para la lucha contra el comunismo en el esquema de la Guerra Fría, la NED contradictoriamente aparece en todo su esplendor cuando desaparece la Unión Soviética (URSS).

“Mientras pretende dedicarse a la promoción de la democracia, no hace más que someter Estados reproduciendo en estos los intereses contradictorios de la clase dirigente estadounidense. (...) Desde ese punto de vista, la NED es probablemente la principal responsable de la crisis de las democracias en el mundo: no ha cesado de falsear los mecanismos institucionales y de asimilar la democracia a una ‘buena administració n’ en nombre de los pueblos y suplantando a estos”. (Thierry Meyssan (2).

“Por otro lado, la utilización de institutos. con diversas etiquetas políticas, esconde a la opinión pública el origen de los fondos y los móviles que determinan que estos sean atribuidos. En numerosos Estados, los beneficiarios de estas ´ayudas´ son manipulados sin que se den cuenta, incluso cuando los individuos que han negociado la atribución de estos fondos están perfectamente concientes de los canales a los cuales se integran”, agrega este analista .

Los cuatros institutos satélites de la NED que cita Meysand son: Centro Americano para la Solidaridad de los Trabajadores (American Center for International Labor Solidarity - ACILS). Presidido por John J. Sweeney, en su calidad de secretario general de la central sindical AFLC-CIO; Centro para la Empresa Privada Internacional (Center for International Private Entreprise - CIPE), Dirigido por Thomas J. Donohue en su calidad de presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, o sea como «patrón de los patrones»; [2] Instituto Republicano Internacional (International Republican Institute - IRI),presidido por el senador John McCain, perdedor de las elecciones primarias del 2000 ante George Bush, actualmente principal defensor parlamentario de la guerra global contra el terrorismo; Instituto Nacional Democrático para los Asuntos Internacionales (National Democratic Institut for International Affairs - NDI), presidido por la ex-secretaria de estado Madeleine K. Albright.

El sistema “de institutos satélites está inspirado en lo establecido por Estados Unidos, como ‘ejército de ocupación’, en Alemania con la Friedrich Ebert Stittung, la Friedrich Naunmann Stiftung, la Hans Seidal Stiftung y la Heinrich Boell Stiftung, utilizadas como retransmisores financieros en aquel país en lugar de los propios institutos alemanes”, añade.

Siguiendo el mismo principio, “la NED encontró corresponsales en diversos Estados aliados, miembros de la OTAN o de la antigua ANZUS, entre ellos: la Westminster Foundation for Democracy (Reino Unido), el International Center for Human Rights and Democratic Development (Canadá), la Fondation Jean Jaurès y la Fondation Robert Schuman (Francia), el International Liberal Center (Suecia), la Alfred Mozer Foundation (Holanda).

En ocasión de su vigésimo aniversario, la NED hizo un balance de su acción, del que se desprende que este organismo financia y dirige actualmente más de seis mil organizaciones políticas y sociales a través del mundo. Y entre sus creaciones figura el sindicato “Solidarnosc” en Polonia, la “Carta de los 77” en Checoslovaquia y “Otpor” en Serbia. “También se congratula en haber montado tanto la radio B29, como el periódico Oslobodjenje en la antigua Yugoslavia y un montón de nuevos medios independientes en el Irak “liberado”.(Informe general 2006)

La NED organiza conferencias con los intelectuales, y forma cuadros políticos y sindicales, en el mundo entero.

Además de su presupuesto de 50 millones de dólares y los otros financiamientos señalados, se agregan a esta cantidad principal numerosos co-financiamientos destinados a las operaciones que organiza. Estas participaciones exteriores, por millones de dólares al año, provienen principalmente del Departamento de Estado, del departamento del Tesoro y, discretamente, de la CIA.

(NED: la Fundación estadounidense para la democracia las redes de la injerencia «democrática», Thierry Meyssan)

El 20 de enero de 2004 durante su discurso sobre el estado de la Unión, el presidente George W.Bush anunció que duplicaría el presupuesto de la NED y concentraría «sus nuevos trabajos en la promoción de elecciones libres, del libre intercambio, de la libertad de prensa y de la libertad sindical en el Medio Oriente».

Se trata para la Casa Blanca, de acompañar su acción militar en la región con una injerencia creciente en la vida interna de ciertos Estados.

Hay algo muy importante por destacar en este análisis y es el hecho de que “ la mayoría de los neoconservadores son personalidades trotskistas que se aliaron a la CIA contra el estalinismo. Esta corriente ´idealista de izquierda´, antiguamente estructurada en torno al parlamentario demócrata Henry Scoop Jackson, se unió al Partido Republicano y ejerce hoy influencia intelectual sobre la Casa Blanca y el Pentágono, como surge de la investigación de Meyssan y de intelectuales de Estados Unidos.

“Mucho de lo que hoy hacemos, lo hacía ya hace 25 años la CIA de manera encubierta”, dijo Allen Weinstein, historiador y primer presidente de la Ned” como mencionó , el periodista Hernando Calvo Ospina, Le Monde Diplomatique en julio 2007 en su artículo : “Del Caribe, a Afganistán, pasando por Europa. Cuando una respetable Fundación toma el relevo de la CIA”.

Fuente: Revista Koeyú Latinoamericano.

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