jueves, enero 24, 2008

Calderón va por todo: Manuel Aguilar Mora

de "José Luis Hdez. Ayala" <abcche@yahoo.com>
fecha 24-ene-2008 11:02
asunto Calderón va por todo: Manuel Aguilar Mora

Despues de múltiples vaivenes (que lo llevaron de considerar a "la
otra campaña" como una opción "histórica" y repudiar la candidatura de
López Obrador) parece que ahora el compañero Manuel Aguilar Mora
empieza a entender la compleja realidad mexicana. Su análisis sobre la
actual coyuntura ubica, de una manera a mi parecer correcta, tanto la
parte progresista y virtuosa, como los límites y contradiciones del
liderazgo de López Obrador. Espero que el compañero Aguilar Mora siga
superando sus deslices sectarios.

Calderón va por todo

Manuel Aguilar Mora, 24-ene-08

Una política de choque

En México el año conmemorativo del 40 aniversario del heroico
Movimiento Estudiantil-Popular de 1968, desgraciadamente conocido al
nivel mundial ante todo por su trágico final con motivo de la masacre
de Tlatelolco del 2 de octubre, se ha iniciado con anuncios muy
evidentes de confrontaciones sociales entre el gobierno reaccionario y
proimperialista del segundo presidente del PAN, Felipe Calderón y el
amplio movimiento de masas trabajadoras y populares que terca y
firmemente vienen resistiendo los planes de los capitalistas
"nacionales" de convertir a México en una colonia anexada al vecino
del norte.

Decisiones fundamentales tomadas por el presidente impuesto por el
escandaloso fraude del 2 de julio de 2006, en los primeros días del
año confirman las tendencias de un curso político desnacionalizador y
de entrega cruda e incondicional que los gobiernos neoliberales vienen
aplicando desde hace más de 25 años. Al parecer este año se darán
acontecimientos decisivos de esta confrontación histórica que ha
definido la lucha de clases de México en dicho periodo.

Precisamente en los primeros días del nuevo año se han registrado
acontecimientos que subrayan la profundización de una tendencia cada
vez más agresiva y de preparación de grandes ataques a las conquistas
populares. Así las consecuencias de la descomposición del régimen y su
confrontación con la resistencia popular se agravarán.

Dos procesos destacaron con mucho en los días iniciales de enero
de 2008. En primer lugar, una serie de actos que señalan una mayor
demostración de cerrazón del gobierno de Calderón. Aquí el despido de
Carmen Aristegui de la XEW radio, una notable periodista crítica de
acciones represivas del gobierno, cuyo programa en dicha radiodifusora
se había convertido en uno de los más escuchados del país, es
ominosamente sintomático de la política de censura y domesticación
completa de los medios de difusión a la propaganda gubernamental que
impone el gobierno derechista. En este acto de represión de la
libertad de expresión de los medios de comunicación de masas,
Calderón, cuya antipatía hacia la mencionada periodista ya era
ampliamente conocida, contó con la complicidad de los dueños de la
estación radiofónica: Televisa y el grupo transnacional de origen
español PRISA (editor del diario El País y propietario de empresas del
más variado rango, en especial de un enorme emporio editorial que
publica millones de libros en España y América Latina, ante todo
debido a sus conexiones gubernamentales). Ante el escándalo mediático
provocado por el caso, Televisa anunció públicamente que el despido de
Aristegui no era de su responsabilidad, achacándole toda ella a su
socio el grupo PRISA. Extraña sociedad en que no existe acuerdo de los
integrantes.

Dentro de este proceso podemos incluir los cambios gubernamentales
con los que se inició el año. De ellos, por supuesto, el emblemático y
más significativo es el que tuvo lugar en la Secretaria de Gobernación
en donde Juan Camilo Mouriño, un íntimo colaborador de Calderón,
sustituyó al incapaz y represor Francisco Ramírez Acuña, ex gobernador
de Jalisco cuyo único merecimiento en realidad era el haber sido quién
destapó a Calderón como candidato presidencial del PAN en su rancho.
La llegada a la primera escena de la política nacional del joven
(tiene 36 años) hijo de uno de los más ricos propietarios de
gasolineras del país y de empresas energéticas, de origen español y
notorio prestanombres del ex presidente Fox, es una señal más que
inequívoca de los planes privatizadores de Pemex, la CFE y la compañía
LyFC, crudamente demostrados con esta nominación. El nuevo secretario
tiene el agravante de que su nacionalidad mexicana está en entredicho
y sólo se basa en declaraciones de que su madre fue mexicana y que el
día de su nacimiento en Madrid, España, fue registrado en el consulado
mexicano de la ciudad. Un auténtico escándalo que sólo los insensibles
y descaradamente proimperialistas políticos panistas que hoy gobiernan
el país se hubieran atrevido a realizar.

Ciertamente que la proverbial torpeza política de Ramírez Acuña
había sido más que demostrada en el año en que ocupó la vieja casona
de Bucareli en la Ciudad de México, la cual en la mayor parte del
tiempo de su estancia se mantuvo rodeada por legiones de granaderos
que la "protegían" de las manifestaciones de protestas de maestros,
campesinos y pueblo en general. Mouriño, cuyas vinculaciones con el
reaccionario y derechista Partido Popular español han salido a flote,
no es menos partidario de una política férrea y antipopular que el
crudo ranchero que ha sustituido. Su acervo es su mayor cercanía con
Calderón y sus vinculaciones con las transnacionales españolas que
están en la primera fila de los postores que esperan ansiosos la
completa privatización de PEMEX

Mouriño tiene la tarea de lograr el acuerdo con el PRI y con los
que en el PRD están dispuestos a colaborar con las contrarreformas
fundamentales que los capitalistas nacionales y extranjeros exigen al
gobierno: la energética y la laboral, fundamentalmente. En el PRI está
ya acordada mayoritariamente la entrega de parte de Pemex a los
capitales privados. En el PRD está latente una división que Mouriño
tiene el encargo de acelerar. Igualmente con los líderes sindicales
será necesario llegar a un acuerdo que las posturas cavernícolas de su
antecesor impedían.

Resistencia popular

A la cerrazón reaccionaria que se da en el gobierno federal
panista corresponde del lado opuesto una revitalización de la
resistencia popular. Este es el otro proceso que ha destacado
rápidamente apenas entrado el año. Dos grandes expresiones de este
malestar popular que se manifiestan en movilizaciones y huelgas son
las del movimiento campesino y la de los trabajadores mineros.

En este año está calendarizada la desregulación completa de la
economía agropecuaria en el clausulado del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN). Durante más de diez años se ha venido
preparando esta desregulación total con los resultados terribles que
se conocen: miseria atroz, desempleo creciente, emigración millonaria
a las ciudades y a Estados Unidos (EUA) de la población del campo
mexicano (¡más de tres millones durante el sexenio foxista!) "El campo
no aguanta más", "Sin maíz no hay país, ni tampoco sin frijol", son
los emblemas de un movimiento heterogéneo en el que incluso participan
líderes venales, pero que el des-contento y la urgencia y emergencia
de la situación en que encuentran sus vidas, obligan a las fuerzas
campesinas a movilizarse. Lo que está en juego es, ni más ni menos su
existencia misma. Diversas iniciativas de diferentes organizaciones
están preparándose y se desarrollan desde hoy. Destaca, por ejemplo,
la marcha campesina en defensa de la soberanía y contra el TLC que
partió hace unos días desde la frontera en Ciudad Juárez hacia la
Ciudad de México para participar en la gran manifestación que se
preparar para el 31 de enero.

El otro gran movimiento que ha despuntado es el de los
trabajadores, ejemplificado por su sector minero. Desde 2006 el
conflicto de la dirección del Sindicato Nacional de Trabajadores de
Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos de la República Mexicana
(SNTMMSRM) con el gobierno de Fox, que obligó a su líder Napoleón
Gómez Urrutia, a refugiarse en EUA, inició un proceso de
radicalización de los sectores más combativos. En enero, iniciada con
el ejemplo de los mineros de Cananea, Sonora, más diez mil mineros en
toda la república, del norte y centro del país, realizaron una huelga
parcial que cimbra a las burocracias del Sindicato y de la Secretaria
del Trabajo y que representa un difícil reto para Calderón y su nuevo
secretario de Gobernación.

Días decisivos

La manifestación del 31 de enero anunciada por diversas
organizaciones, destacadamente por el bloque que agrupa las fuerzas
que han venido luchando desde 1999 contra la privatización de la
industria energética (¡el petróleo y la electricidad!), en donde el
Sindicato Mexicano de Electricistas es protagonista central, se ha
visto reforzado con la posición de Andrés Manuel López Obrador (AMLO)
que convoca igualmente a una movilización popular conjunta para
impedir la privatización total de Pemex.

AMLO en sus innumerables y constantes mítines que viene
organizando en su campaña de denuncia del gobierno impostor de
Calderón por toda la República, ha expresado en declaraciones
fulminantes su absoluta oposición a los planes oficiales ya bien
preparados de votar en el Congreso las contrarreformas que "legalicen"
las mencionadas privatizaciones. Señaló como "traidores a la patria",
además de Calderón y su impuesto Mouriño, a los líderes del Congreso
Santiago Creel, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón y al
presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida
Ochoa, el encargado de presentar el proyecto privatizador para su
aprobación por el PRIAN, como se llama popularmente a la coalición de
facto que integran el PRI y el PAN en el Congreso de la Unión cuando
se trata de poner en práctica las políticas propuestas por el FMI, el
BM y el propio gobierno de EUA.

También prometió, textualmente, "movilizar a todo el pueblo de
México" contra la ominosa privatización de la industria energética que
se anuncia. 2008, un año de conmemoraciones históricas, incluye el 70
aniversario de la nacionalización de la industria petrolera realizada
por el presidente Lázaro Cárdenas el 18 de marzo de 1938. Para ese día
conmemorativo se preparan cientos miles de organizaciones de todo el
país para manifestarse contra los planes del gobierno panista, aliado
con el PRI. AMLO ha convocado a una movilización gigantesca para ese
día que se propone adelantar si la alianza de Calderón y el PRI
intentan aprobar su ley privatizadora antes del 18 de marzo.

La tradición populista de la Revolución Mexicana que determinó la
política del país durante todo el siglo XX, se niega a morir. La
traición del PRI a su propia trayectoria y la soberbia y arrogante
postura de los tecnócratas y burócratas gobernantes panistas que,
obedientes e insensibles, aplican a ciegas y cada vez más recurriendo
sólo a la represión, los dictados de las finanzas imperialistas, han
polarizado las posturas en la vida política nacional.

Ciertamente, el ejemplo más notable de esta supervivencia
populista es el propio AMLO y el heterogéneo movimiento que encabeza.
Esta contradicción evidente, está vigente y es la causa de la gran
confusión ideológica prevaleciente en el momento actual, confusión que
se agrega al desastre de la izquierda política tradicional. AMLO es un
dirigente que viene del PRI, al cual abandonó después de 1988, o sea,
participó todavía como priista en el año del quiebre histórico de este
partido. Posteriormente, integrado al PRD (que se fundó en 1989),
destacó cada vez más hasta convertirse en el líder que opacó y
desbancó al así considerado dirigente histórico y "moral", Cuauhtémoc
Cárdenas. Desde 2003, AMLO se convirtió en la figura política más
importante del país después del presidente, precisamente como
depositario y encarnación de esa tradición rota brutalmente por los
neoliberales desde los años ochenta.

Los principales dirigentes del bloque que apoya a AMLO, centrado
en el PRD, el llamado Frente Amplio Progresista, son en su abrumadora
mayoría antiguos y conspicuos priistas. Esta situación, en la que AMLO
se desenvuelve naturalmente, es indudablemente el factor negativo
definitorio de una contradicción que estallará irremediablemente. Sólo
un amplio, intransigente y decidido movimiento del pueblo mexicano
contra la política del imperialismo y sus socios nacionales podrá
conseguir el triunfo. Para ello, esta dirección actual de antiguos
priistas no sólo es por completo inadecuada, lleva en su seno la
semilla de la traición.

AMLO ha designado como líder del bloque FAP a Porfirio Muñoz Ledo,
un viejo político que lleva cincuenta años participando en el
estira-y-afloja de las cúpulas gobernantes federales. Muñoz Ledo ha
sido de todo: funcionario burocrático, secretario de Estado con los
presidentes Echeverría y López Portillo, presidente del PRI, embajador
en la ONU y en la Unión Europea, fundador del PRD, diputado y senador
por este partido y antes de aliarse con AMLO, había sido jefe del
proyecto de "Reforma del Estado" y embajador del gobierno de Fox.
¿Será posible que este personaje pueda ser el dirigente, sólo inferior
a AMLO, del movimiento popular que se anuncia? Obviamente que no.

La contradicción está allí y estallará. La decisión de AMLO, pues
él es quien determinó que Muñoz Ledo fuera el coordinador del bloque
del FAP, se inserta en esta contradicción. En uno de los mítines
multitudinarios en el Zócalo de la Ciudad de México de la movilización
contra el fraude de 2006, se constató el repudio sonoro y escandaloso
de cientos de miles de asistentes a Muñoz Ledo cuando tomó la palabra.
AMLO, quien lo había invitado al micrófono, debió también retirarlo
ante la protesta multitudinaria.

Es en este ambiente contradictorio en el que van surgiendo nuevas
protestas, se consolidan otros procesos anteriores y se gesta en la
población de la nación un descontento cada vez mayor, en donde actúan
los grupos socialistas y revolucionarios, promoviendo su programa y
tejiendo su organización, programa y organización democrática,
independiente e internacionalista cuya presencia será fundamental para
garantizar el éxito de las luchas que se avecinan en México.

México, D.F. 23 de enero de 2008




Saludos, José Luis.

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