sábado, febrero 23, 2008

NO QUE NO PINCHE ENANO PELELE:

El presidente del empleo · El Fisgón

El Fisgón

El proyecto, a contracorriente de lo que ocurre en Venezuela, Bolivia y Ecuador, señala

Standard & Poor’s: Calderón planea entregar Pemex “este año”

Advierte que la reforma constituye “un desafío político difícil” para las autoridades mexicanas

“Aligerar” las restricciones a la inversión privada, eje de las modificaciones, según análisis

Israel Rodríguez J.

Ampliar la imagen El secretario de Economía, Eduardo Sojo, saluda al diputado Mariano González. Atestigua la escena el senador panista Ramón Muñoz El secretario de Economía, Eduardo Sojo, saluda al diputado Mariano González. Atestigua la escena el senador panista Ramón Muñoz Foto: Notimex

La firma financiera internacional Standard and Poor’s (S&P) confirmó que el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa “está haciendo un intento por expandir el papel del sector privado” en el ámbito energético, en contraste con las políticas nacionalistas aplicadas en Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Consideró que la liberalización del sector energético y el aumento de la inversión y producción constituyen “un desafío político difícil para el gobierno mexicano”.

Reconoció que quizás no haya un sector de la economía más “emblemático” cuando se trata de reformas macroeconómicas en América Latina que el energético.

En un oportuno análisis, la calificadora global de valores destacó que la fuerte transferencia de fondos de Petróleos Mexicanos (Pemex) al gobierno evita que la compañía emprenda inversiones suficientes para remplazar sus reservas.

Actualmente más de una tercera parte de los ingresos totales del gobierno provienen del sector del petróleo y del gas. Esto, aunado a la falta de tecnología de Pemex para perforar en aguas profundas, genera un riesgo de que México agote sus reservas energéticas en las próximas décadas, advirtió.

En el estudio titulado Se avecina la tormenta: calificaciones soberanas de América Latina en 2008, la firma financiera asegura que “es probable que el gobierno presente una ley de reforma energética más adelante este año, que proponga aligerar las restricciones a la inversión privada en el sector de derivados de energía y quizás incluso en exploración y producción”.

La producción de crudo cayó aproximadamente 5 por ciento en México durante 2007 debido –en parte– al mal clima y a la caída en la extracción del principal yacimiento petrolero del país (Cantarell). Actualmente las reservas probadas de petróleo en México son iguales a aproximadamente el valor de la producción de una década.

Sin embargo, México emprendió recientemente una reforma fiscal para ampliar su base de ingresos no petroleros resolviendo –parcialmente– su desafío fiscal de largo plazo para reducir su dependencia de los ingresos petroleros.

La reforma plantea una moderada disminución de las contribuciones de Pemex al gobierno, e impulsa su presupuesto de inversión.

El análisis hace referencia a los diferentes países de América Latina, los cuales han respondido de diferentes maneras al reciente incremento de los precios de la energía. Algunos han fomentado la inversión, tanto privada como pública, en el “próspero sector energético”. Otros han buscado restringir el papel de los capitales privados y expandir el papel del sector público.

Algunos gobiernos, agrega S&P, se han vuelto más dependientes de los ingresos del sector energético sin realizar intentos serios de ampliar su base tributaria al margen de esa actividad, mientras muy pocos han tratado de reducir su vulnerabilidad fiscal ante los volátiles ingresos derivados de los energéticos.

Varios países están usando sus mayores ingresos petroleros y de gas para aumentar el gasto público, por lo general mediante programas sociales.

“Países como Venezuela, Ecuador y Bolivia han seguido políticas nacionalistas sobre el uso de sus recursos naturales, tomando medidas para maximizar los ingresos actuales con el potencial costo sobre la inversión de largo plazo.

“La combinación del nacionalismo sobre los recursos naturales y el populismo en las políticas de gasto sólo aumenta la vulnerabilidad fiscal de estos países frente a una caída en los ingreso del sector energético”, señala el documento

El estudio señala que mientras naciones como Venezuela, Bolivia y Ecuador han retomado un papel nacionalista sobre el control de sus hidrocarburos, otros países como Brasil, Perú y Colombia están abriendo sus sectores energéticos a la inversión privada atrayendo más recursos hacia el sector del petróleo y del gas

VA LA COLUMNA DE AVILES

Desfiladero

Jaime Avilés

Pemex: versión D

Viraje en Los Pinos: tenemos más petróleo que nunca

Así lo afirma un espot oficial que pronto saldrá al aire

¿No que sólo nos quedaban reservas para nueve años?

Ampliar la imagen Perredistas en defensa del petróleo Perredistas en defensa del petróleo Foto: Francisco Olvera

Con fecha de “13/02/08” y bajo la clave “Pemex versión D”, los publicistas de Los Pinos concluyeron un video de cinco minutos, firmado por el “gobierno federal”, que modificará por completo el discurso que Felipe Calderón y los suyos hicieron público hace unos meses para justificar la privatización de Petróleos Mexicanos. La insostenible versión de que “sólo nos queda petróleo para nueve años” será sustituida por una muy distinta: el Golfo de México posee las mayores reservas petroleras del mundo, pero éstas se localizan a 3 mil metros de profundidad y no contamos con la tecnología de punta para extraerlas.

Si el año pasado Calderón dio cuatro explicaciones diferentes acerca de lo que hizo con los 205 millones de dólares decomisados a Zhenli Ye Gon –confirmando en todas que su “gobierno” lavó dinero del narcotráfico–, ahora, con el mismo desenfado, abandona la mentira de que nuestros yacimientos de hidrocarburos son ya meras cavernas, y se dispone a fanfarronear con que tenemos reservas inmensas, lo que sí es cierto, como bien lo saben los mercados internacionales desde hace años, pero panistas y priístas se negaban a reconocer mientras amarraban la privatización en lo oscurito. Pero vayamos el texto del espot que está a punto de salir al aire.

“México tiene un gran tesoro, un tesoro escondido debajo del fondo del mar. El petróleo es nuestro tesoro y pertenece a todos los mexicanos de hoy y de mañana”, empieza diciendo un locutor con voz temblorosa de fervor patriótico. “México –agrega– cuenta con amplia experiencia en la explotación de pozos petroleros que se encuentran en tierra y muy cerca de las costas. Pero el mundo enfrenta ahora una nueva realidad. Las mayores reservas de petróleo se encuentran en aguas profundas, a 3 mil metros bajo el mar, es decir, a una profundidad de 15 veces el edificio más alto de México. Ahora es necesario llegar hasta allá para poder extraerlo. Una de las zonas donde existe mayor riqueza de petróleo en aguas profundas es el Golfo de México. Allí está nuestro tesoro y debemos llegar a él”.

Hasta aquí, la fábula para los niños rubios que retozan en una playa, ilustrando el chorizo, da un giro hacia lo absurdo: “Esto significa nuevos y enormes retos, que otros países alrededor del mundo ya están enfrentando con éxito”. (En este punto saco mi telescopio en busca de “países alrededor del mundo” pero sólo veo estrellas y planetas.) “Brasil, un país con un nivel de desarrollo similar a México” (falso: Brasil fabrica aviones de pasajeros, México ni siquiera lo intenta), “empezó a explotar sus yacimientos en aguas profundas hace 15 años. Gracias a esto, Brasil, que antes importaba petróleo, logró duplicar su producción y hoy es autosuficiente”. (¿Captan? Privaticemos Pemex para que seamos autosuficientes en petróleo… como si no lo fuéramos desde hace décadas.)

“Cuba es otro país latinoamericano que ya está tomando acciones para explotar su petróleo en aguas profundas” (¿cómo se “toman acciones”, con yerbabuena y azúcar, estilo mojito?) “Y de ser un país que hoy importa la mayor parte del petróleo que consume se estima que en la siguiente década podría convertirse en un país exportador” (sí: privaticemos Pemex para convertirnos en país exportador: ¿cómo no se nos había ocurrido?).

“México enfrenta hoy un reto completamente nuevo. ¡Trabajar en aguas profundas!” (fundas, fundas, repite el eco: sugerencia para la posproducción del espot). “El equipo submarino debe soportar presiones de hasta tres toneladas por centímetro cuadrado. Es como si una lata de refresco tuviera que soportar el peso de 60 camiones. La tubería que transporta el petróleo debe soportar bajas temperaturas porque a más de 600 metros de profundidad hace tanto frío que se forman cristales de hielo que bloquean el flujo de petróleo” (pero a 599 el agua todavía está sabrosa y no resulta insoportable la repetición del verbo soportar).

“Trabajar en aguas profundas requiere de tecnología de punta como sistemas satelitales georreferenciados” (¿geo qué?), “construcción de plataformas semisumergibles” (¿semicuánto?), “manejo de vehículos submarinos de control remoto y robótica”. Después de encadenar esas palabras con la finalidad de apantallarnos y deprimirnos, insinuando que la chatarra de Pemex no sirve para que desenterremos “nuestro tesoro”, los manipuladores publicistas de Los Pinos nos ofrecen un alivio inmediato al dolor que nos acaban de causar.

“Afortunadamente, como lo han hecho otros países del mundo, México puede establecer alianzas con quienes ya cuentan con la tecnología y la experiencia para explotar yacimientos en aguas profundas. ¡Podemos aprovechar ese conocimiento para sacar el petróleo que es nuestro! ¡No podemos ni debemos quedar fuera de esta oportunidad histórica! ¡Llegar hasta nuestro petróleo en aguas profundas nos permitirá vivir mejor! ¡Más petróleo para tener más hospitales y medicinas, más empleos, más y mejores carreteras, más escuelas y prosperidad para todos! (…) ¡sin que Pemex deje de ser una empresa de todos los mexicanos! La recompensa será garantizar nuestro futuro y el de las nuevas generaciones. ¡El petróleo es de México! Gobierno federal”.

Acto seguido, aún gritando, el locutor se envuelve en el lábaro patrio de Repsol y se arroja al océano desde una plataforma explotada por Chevron en la sonda de Campeche (gracias a los “contratos de servicios múltiples”, que Vicente Fox impulsó para iniciar la privatización silenciosa de Pemex), y si no me creen observen el video completo en YouTube, tecleando tan sólo dos palabras: “Spot Pemex”.

Es obvio: de ahora en adelante van a tratar de marearnos con el rollo de la tecnología que no tenemos. Pero debemos recordarles, como lo hizo en su artículo del domingo pasado José Antonio Rojas Nieto en la página 25 de este diario, que no contamos con esa tecnología porque, mientras el año pasado la renta petrolera fue de 50 mil 258 millones de dólares, el “gobierno” de Calderón invirtió sólo 37 miserables millones de dólares en investigación científica y tecnológica.

Antes que nada, la industria petrolera nacional debe ser sometida a una auditoría externa, para que todos los mexicanos sepamos en qué condiciones verdaderas se encuentra. Y por lo pronto –de eso cada día están seguras más y más personas nacidas en este país– millones se opondrán a que Calderón privatice las reservas de las aguas profundas. Así se lo dijeron anoche, por ejemplo, desde el Zócalo, representantes de todas las logias masónicas del país, que juraron “defender la Constitución y el petróleo hasta el límite de nuestra existencia”.

Mientras tanto, otra gran multitud se reunirá el martes frente al Palacio Legislativo de San Lázaro para presionar a los diputados indecisos que todavía no saben si votarán en favor o en contra de la ley Gestapo, que en caso de ser aprobada elevará a rango constitucional una dictadura policiaca con plenos poderes para reprimir a discresión. Son días de suspenso…

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