miércoles, diciembre 10, 2008

■ Las actividades del movimiento son y seguirán siendo difundidas, responde la empresa

Pluralidad y apertura informativa, exigen AMLO y seguidores a Televisa

■ Demandan que se hable de las causas de la pobreza, el desempleo, la carestía y la inseguridad

Alma E. Muñoz

Ampliar la imagen Andrés Manuel López Obrador, antes del mitin frente a Televisa Chapultepec Andrés Manuel López Obrador, antes del mitin frente a Televisa Chapultepec Foto: Carlos Ramos Mamahua

Andrés Manuel López Obrador y el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, la Economía Popular y la Soberanía Nacional regresaron ayer a Televisa para reiterar a esa empresa, que representa “el poder de los poderes” en México, su demanda de pluralidad y apertura, después de que la televisora les asegurara que sus actividades y posiciones son y seguirán siendo cubiertas y difundidas en sus espacios noticiosos.

Esa fue la respuesta a la solicitud de respeto a la libertad de información que le presentaron el 11 de noviembre pasado, pero no satisfizo al ex candidato presidencial y a sus miles de seguidores que se apostaron frente a las instalaciones de la empresa en avenida Chapultepec.

López Obrador indicó que su presencia en el lugar no fue sólo para exigir que se atienda a su movimiento y a su persona, “sino para que se aborden con seriedad los grandes y graves problemas nacionales, y se dé voz a todos los mexicanos.

“Queremos que se informe sobre las causas de la pobreza, del desempleo, de la carestía, de la migración, de la inseguridad y de la violencia. Que se hable de la corrupción y de la impunidad, que tanto daño le han hecho al país. Queremos que se invite a especialistas de todas las corrientes de pensamiento para debatir el porqué, a pesar del fracaso, se insiste en sostener el modelo económico neoliberal. Esto es, en esencia, lo que demandamos”, señaló.

“El poder de los poderes”

Aseguró que no es asunto menor acudir a Televisa a demandar pluralidad y apertura. “Con nuestra presencia estamos dejando de manifiesto que en esta fábrica de mentiras hay más poder, que se oiga bien, que en Los Pinos, que en la Suprema Corte (de Justicia de la Nación) o que en el Congreso de la Unión. Aquí está el poder de los poderes”, señaló.

El mitin –segundo que encabeza López Obrador frente a la empresa– inició con la lectura de la respuesta que Manuel Compeán Palacios, director general corporativo de comunicación de Grupo Televisa, envió ayer, a las 15:25 horas, a la coordinación nacional del movimiento, a casi un mes de que fue entregada la solicitud de respeto a la libertad de expresión que hicieron a Emilio Azcárraga Jean, presidente del corporativo.

En el documento, manifestó que “la política editorial de Televisa busca reflejar fielmente todas las voces de nuestra sociedad en el marco de la objetividad y la pluralidad. Es por ello que las actividades del movimiento en defensa del petróleo, y en especial las del licenciado Andrés Manuel López Obrador, han sido cubiertas rutinariamente por nuestros noticiarios”.

Como ejemplo, citó que la “visita” que realizaron el 11 de noviembre fue difundida en distintos espacios informativos, así que “tengan la seguridad de que las actividades y posiciones de su movimiento sobre los temas fundamentales que se debaten en el país seguirán siendo cubiertas y difundidas por Televisa”.

“¡Qué poca madre!”, gritaban los asistentes al mitin conforme avanzaba la lectura del documento. Porfirio Muñoz Ledo, coordinador nacional del Frente Amplio Progresista (FAP), tomó la palabra, exigió la democratización de los medios de comunicación y propuso “abolir este monopolio, con toda la fuerza del pueblo”.

Después, Rafael Barajas, El Fisgón, integrante de la comisión de difusión del movimiento, consideró que la respuesta de Compeán fue una burla y le recordó que la objetividad y pluralidad de las que habló, Televisa sólo las enarbola para “defender sus intereses y hacer coberturas más sesgadas, engañar, mentir y emprender campañas de difamación y hasta de odio.

“Así lo hizo con el movimiento estudiantil de 1968, con los movimientos sindicales independientes desde 1970 a la fecha; con el fraude de 1988, con Manuel Clouthier, con el cardenismo, con los zapatistas, con López Obrador, con el fraude de 2006, con los luchadores de Atenco, con los movimientos de Oaxaca”. Conminó a iniciar una campaña contra la televisora, que incluya pedir a la gente apagar su televisor o cambiar de canales, que deje de asistir a los actos que organiza la empresa, cancele los contratos con su cablera y se abstenga de apoyar a sus equipos deportivos.

Después, López Obrador advirtió que el regreso de ayer a Televisa no será el último. “Hagamos el compromiso de volver las veces que sean necesarias hasta lograr que se atienda nuestra demanda de pluralidad y apertura informativa”. En tanto, sostuvo, esperemos a ver resultados del planteamiento presentado por el ejecutivo de la empresa, porque “no nos estamos chupando el dedo. Pronto vamos a saber cuál es la verdadera intención de Televisa. Evaluemos, y en nuestra próxima asamblea del 25 de enero próximo, en el Zócalo capitalino, tomemos decisiones”.

Insistió en pedir a los dueños de la televisora, entre quienes citó, además de Azcárraga Jean, a María Asunción Aramburuzabala, Pedro Aspe Armella, Ana Patricia Botín, Jorge Cutillas, Claudio X. González, Roberto Hernández, Germán Larrea, Fernando Senderos, Carlos Fernández González y Lorenzo Zambrano, que los espacios que demandan también son para tratar, “de cara a la nación, con la participación de todos los actores sociales, los grandes y graves problemas nacionales”.

Por ejemplo, citó, “sería de mucha utilidad que economistas de nuestro movimiento debatieran en televisión con el secretario de Hacienda del gobierno usurpador sobre la crisis económica y, en particular, sobre temas como el desempleo, la devaluación (del peso), el uso y destino de las reservas internacionales de México; las alzas de las gasolinas, el diesel, el gas, la luz y los artículos de primera necesidad, así como la pérdida del poder adquisitivo del salario y de los fondos de ahorro de los trabajadores, entre otros asuntos”.

Recordó que esta empresa tiene 80 por ciento de cobertura nacional. Es el medio de comunicación que llega a todos, pero no se tratan estos temas. “Se ha dedicado nada más a manipular para mantener este régimen de corrupción, de privilegios; este régimen caduco que ha llevado a la desgracia a nuestro pueblo”.

En la parte final de su discurso, López Obrador afirmó que ya hay 2 millones 400 mil afiliados al “gobierno legítimo de México”, y viene, anticipó, la constitución de 2 mil 500 comités municipales. Pidió mantenerse serenos y tranquilos ante las “diferencias” en los partidos del FAP, porque existe este movimiento y “no sólo se cuenta con el apoyo de militantes de PRD, PT, Convergencia, contamos también con el apoyo de millones de ciudadanos que no tienen partido, de organizaciones sociales y ciudadanas”.

■ AMLO: “creí que 2008 sería el año más difícil para el movimiento, pero terminamos bien”

“En Televisa hay más poder que en Los Pinos; allí está el poder de los poderes”

Jaime Avilés

Ampliar la imagen Seguidores del Movimiento en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional Seguidores del Movimiento en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional Foto: Marco Peláez

Bajo los balcones del edificio de Televisa en Chapultepec 18 figuras sigilosas se mueven tras los vidrios ahumados para grabar con sus cámaras o simplemente ver la escena que sucede en la calle. Un remolino de entusiastas grita, salta, extiende las manos y muestra cartulinas con mensajes de adhesión alrededor de una camioneta blanca, mientras de pie sobre el estribo del lado derecho, repartiendo saludos con gestos y apretones de manos, Andrés Manuel López Obrador se despide como un torero en plena apoteosis.

Al otro lado de la avenida Chapultepec, grandes mantas populares despliegan su elocuencia. “Toluca, presente”, anuncia la más notable, y debajo de ese encabezado interroga: “¿Chamacos, quieren que les cuente un cuento?” Encerrada en un globo estilo cómic, la pregunta se conecta con los caricaturas de cinco levantacejas de la empresa de Emilio Azcárraga Jean.

Otra manta, pegada a la anterior, le avisa al magnate: “Emilio, ya no somos ese pueblo que tu padre idiotizó”. Otra reclama: “Televisa, exigimos derecho de réplica al presidente legítimo”. Una más acusa con rabia: “Televisa, no seas ratera”. Otra, más conceptuosa, recuerda: “Azcárraga, los predios que ocupas son tuyos, pero el espacio radioeléctrico es del pueblo de México”.

Por encima del hombro de muchos asistentes, un cartel impreso a colores reproduce el logotipo amarillo del emporio electrónico y reitera a lo largo y a lo ancho del mitin: “Televisa, dictadura de la información”. Una variante del mismo diseño describe: “Televisa, fábrica de mentiras”. Es impresionante cómo se repíte la palabra Televisa frente a Televisa.

Como responsable de la comisión de difusión del Movimiento en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional, Rafael Barajas, El Fisgón, informa que “Televisa tiene 80 por ciento de cobertura nacional”. Basado en esa cifra, López Obrador, a su turno, dirá que por eso “aquí en Televisa hay más poder que en Los Pinos, hay más poder que en la Suprema Corte de Justicia de la Nación; aquí está el poder de los poderes”.

Y explica a continuación en qué consiste ese poder. “Hemos sufrido una devaluación del peso de alrededor de 40 por ciento, pero en los hogares de los mexicanos, en las plazas públicas, el tema no se discute porque no lo toca la televisión. Televisa sólo difunde lo que le conviene a sus intereses, no lo que le conviene al pueblo”.

Una falla técnica interrumpe el discurso, pero mientras en la plataforma del camioncito que sirve como templete los dirigentes y los invitados miran a López Obrador con inquietud que aumenta a medida que el silencio se prolonga, desde abajo, a coro, sube retumbando un clamor de alivio: “¡pre-si-den-te, pre-si-den-te”. La pausa involuntaria sirve para recordar que en su intervención como orador inicial, el ideólogo de la reforma del Estado y coordinador del Frente Amplio Progresista, Porfirio Muñoz Ledo, habló de la importancia de fortalecer los mecanismos de participación democrática en nuestro país, y advirtió que “la democracia directa ya no es suficiente”, o dicho de otro modo, la elección popular de senadores, diputados y presidentes ya no basta para que el pueblo tome decisiones sobre los más graves problemas del país. Sin embargo, subrayó, “sería extremadamente peligroso que aprobáramos las figuras de referéndum y plebiscito si no se reglamentan los medios de comunicación. Si hubiera plebiscitos en las condiciones actuales, podríamos ser derrotados por la televisión y por el dinero”.

Nuestro movimiento, vaticinó el ex dirigente del PRI y del PRD, “va a abolir el monopolio de la televisión”. Tras los aplausos que festejaron sus palabras, El Fisgón pidió un minuto de silencio en memoria del profesor Othón Salazar Ramírez, recién fallecido en Tlapa, Guerrero, corazón de la montaña roja desde donde extendió la lucha del magisterio a todo el país. Acto seguido, el dibujante e historiador recordó que el 11 de noviembre pasado, en un mitin similar, el movimiento le entregó una carta a Televisa para demandarle apertura informativa a todos los temas y a todas las figuras políticas.

Ayer, el emporio respondió por escrito con generalidades, en el sentido de que respeta “la objetividad y la pluralidad”, provocando con ello un grito que la gente repitió a todo pulmón muchas veces: “¡Qué poca madre, qué poca madre!”. Pero entonces, resuelta la falla técnica que sirvió de pretexto a este largo repaso general de lo que había sucedido a lo largo de la entusiasta concentración, López Obrador prosiguió la lectura de su mensaje.

Mencionó los nombres de todos los potentados que integran el consejo de administración de Televisa, pero esta vez no solicitó que al oírlos la gente se abstuviera de mentarles la madre, cosa que por otra parte sólo hicieron unos cuantos; los demás permanecieron escuchando en silencio que el movimiento “valorará la respuesta” del consorcio y el 25 de enero, durante la asamblea que efectuará en el Zócalo, decidirá las acciones a seguir, entre las cuales no descartó que “regresemos aquí las veces que sea necesario”.

Mientras la luna, casi llena, se elevaba en la oscuridad habitada por un conejo, la concurrencia al mitin era más y más numerosa. La gente salía del trabajo y se agregaba a la multitud. Por eso más de 10 mil personas aclamaron el final del discurso, cuando López Obrador informó que ya hay “2 millones 400 mil afiliados, con credencial, al gobierno legítimo”; que en la primera semana de marzo terminará de recorrer los 2 mil 250 municipios del país (hasta ayer había estado en mil 800), y que pronto habrá un comité de esa nueva organización política “en cada uno de los municipios del país”.

Por eso, culminó, “estamos al margen de las diferencias que se dan en uno de los partidos del FAP” –en automático la gente replicó: “fuera chuchos del PRD”–, “nooo”, continuó, “nosotros vamos a seguir defendiendo la economía popular, promoviendo la ayuda mutua, la solidaridad con los que no pueden pagar la luz, el gas, el teléfono y las tarjetas del banco”.

Y entonces dio a conocer, según dijo, “una confesión íntima”. Desde que empezamos esta lucha después del fraude, “siempre creí que 2008 sería el año más difícil para nuestro movimiento, pero vean, terminamos bien y en 2009 nos va a ir mejor porque se van a sumar más mujeres y hombres conscientes y libres en todo el país”.

Con el entusiasmo que esta idea pintó en la mayoría de los rostros, la gente cantó el Himno Nacional y procedió a darse los abrazos de Navidad y Año Nuevo, diciéndose: “nos vemos el 25 de enero en el Zócalo, sí, adiós, adiós, felicidades, felicidades”. Parecía el convivio decembrino de una empresa, pero de una empresa homérica, titánica, ciclópea, hercúlea, colosal...

Valiente denuncia · Hernández

Hernández

Luis Linares Zapata

2009: oficialismo vs izquierda

Las elecciones intermedias encuentran su mayor significado cuando preparan bien las presidenciales siguientes y legitiman (o no) a la administración en turno. Aun así, los actores políticos se aprestan, con sus mejores instrumentos y personal, a entrar a la batalla que definirá resultados. Poco se deja al azar.

Y poco de lo que sucede en el periodo de incubación queda fuera de sus considerandos y tramoyas. Nadie puede llamarse a engaño ni suponer otra motivación en los partidos que la conquista de curules y, cuando coinciden con las elecciones federales, algunas gubernaturas, ayuntamientos y diputaciones locales.

El oficialismo ya presentó su cuerpo de ataque. Tanto el PRI como el PAN celebraron sus convenciones y han dado la voz de arranque a sus militantes y apoyadores. La izquierda, aún dividida, también se apresta a dejar su huella inscrita en el ámbito público. Huelga decir que esta trifulca intermedia será decidida a favor del oficialismo, en cualquiera de sus dos versiones. La izquierda muestra, sin recato, dos frentes que la debilitan: uno tan cercano al oficialismo que la desdibuja como tal y, el otro, en la férrea oposición al modelo imperante que defiende y empuja la conocida alianza del PRIAN.

Los temas que dominarán la contienda también están ya dibujados en el horizonte: inseguridad y crisis económica. En ellos quedará atrapada la opinión colectiva y de ellos dependerá, si los tratan con precisión y estilo, el agrupamiento vencedor. De la coherencia de los rivales políticos con los sentimientos y necesidades populares dependerá el grado o la magnitud de las simpatías coaguladas en votos.

La administración del señor Calderón quedará atrapada en fuegos simultáneos y desde distintas posiciones, pues cojea, y mucho, en ambos aspectos. Difícilmente puede encontrarse un caso, en el mundo, más vulnerable en estos temas que el panismo como partido gobernante. Y, por derivada consecuente, el priísmo colaborador también quedará enredado en la disputa. ¿Dónde hay tantos degollados, acribillados a tiros, ensabanados o torturados como en este país? ¿En qué lugar del mundo puede verse una continuidad de modelo económico tan ruinoso como la que empujan los que alegan gobernar aquí?

Para diferenciarse, aunque sea en el discurso, el PRI ha dado cobijo a la insensata propuesta de la pena de muerte que circula por estos aciagos días. Saben los dirigentes del priísmo que es una rendija cínica por la cual pueden colar sus pretensiones de alzarse con la mayoría calificada en la cámara baja. Se han esforzado en presentarse ante los ciudadanos como los personajes que saben cómo dar seguridad y controlar al crimen organizado.

Una presunción por demás alocada y carente de base, pero susceptible de ser manejada, a su favor, en la propaganda. Pero en el terreno económico nadie, que no sea la izquierda realmente opositora, puede reclamar un lugar distinto porque ha venido proponiendo un programa alterno y viable. Todos los demás están ensartados en la continuidad neoliberal que ha fracasado con estrépito. Y los que, de esa izquierda, se definen como negociadores o modernos, quedan incluidos en posiciones de franco rechazo colectivo.

Ya bien entrada la discusión en Estados Unidos por el cambio de ruta en medio de la mayor crisis de su historia reciente, el señor Calderón se pasea titubeante por el escenario interno y el latinoamericano. A veces opina que se debe dar por terminado el modelo que impone los balances del mercado sin regulaciones y, en otras, que no hay que apresurarse en ese sentido.

El mismo cónclave financiero de estos pasados días (Bolsa de Valores) recaló en afirmar la fortaleza de un mercado accionario que da tumbos por doquier. En apresurado consenso, los banqueros y demás financieros (públicos y privados) buscan resituar los instrumentos que dieron al traste con la famosa estabilidad de los mercados globales.

Ahí, en ese foro, el señor Calderón todavía sostuvo que regular puede ser nocivo y que está atento a lo que pueda pasar. Habla de proteger el salario y el empleo, pero no formula plan alguno y permanece pasivo ante los atropellos de banqueros (intereses) y demás monopolistas nacionales con sus precios inflados. Mientras, en otro lado, Barack Obama y el Congreso de ese país discuten el plan de restructuración de la industria automotriz que, para ellos, significa rescatar uno por ciento de su PIB.

En este México dubitativo se está a la espera de esas (y de otras) decisiones, aun cuando esa misma rama significa el 6 por ciento del PIB. El monto y la profundidad de la afectación serán, por tanto, muy distintos en ambos lados de la frontera, aun cuando el señor Calderón haya dicho que no abrirá el TLC. Todavía al final de este año, con la tormenta ya encima, es la hora en que el gobierno mexicano sigue atolondrado. La búsqueda del recién nombrado secretario de Economía continúa por los pasillos de palacio y por las cámaras de industria, comercio o servicios sin que den con su nombre, paradero e intenciones.

Con ese pesado bagaje sobre los hombros, el oficialismo derechoso se encamina a las venideras elecciones. La izquierda, por su lado, sigue enfrascada en sus dilemas de ruptura o continuidad forzada que pocos entienden. ¡Qué desperdicio de oportunidades!

El justiciero Slim · Rocha

Rocha

Astillero

Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ Sindicalismo minado

■ Extrañas suertes de Napo

■ SLP: ¿chantaje o cochinero?

Ampliar la imagen ALEGRÍA PARLAMENTARIA. La bancada del PRD vota, durante la sesión de ayer en la Cámara de Diputados ALEGRÍA PARLAMENTARIA. La bancada del PRD vota, durante la sesión de ayer en la Cámara de Diputados Foto: Francisco Olvera

Ha sido extraña la manera en que los gobiernos federales panistas han tratado al cacique del sindicato de trabajadores mineros, Napoleón Gómez Urrutia. A diferencia de lo que ha sucedido con otros de sus destacados congéneres (como Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps, por citar algunos ejemplos apabullantes), el heredero de ese accidentado coto laboral ha sufrido persecución y, a no ser porque oportunamente se habilitó un refugio de lujo en Canadá, seguramente ya estaría en la cárcel, no a causa de los muchos trasiegos que con los fondos proletarios ha realizado ni por la venta de contratos de protección a poderosas empresas o el disimulo bien pagado para que en instalaciones de trabajo se incumplieran las condiciones mínimas de seguridad, sino porque, a juicio de la ultraderecha posesionada de la secretaría federal del Trabajo (primero con Carlos Abascal, luego con Francisco Xavier Salazar Sáenz), el hijo de Napoleón Gómez Sada (que también jineteó al gremio durante largas décadas) no se avenía a los planes electorales del foxismo de salida ni a los planes de recaudación de fondos empresariales para el inflado de la desangelada opción de 2006 apellidada Calderón.

Extraño también resulta el ver a ese sindicalismo charro en compañía de agrupaciones que si bien no constituyen ningún ejemplo notable de democracia, combatividad y honestidad, tampoco se ubican en el flanco más criticable del sombrío abanico de la representación obrera mexicana. Pero sucede que por encima de la personalidad del dirigente Gómez Urrutia, de su suntuoso tren de vida, de la manera tramposa como se hizo pasar por trabajador para continuar explotando la franquicia sindical recibida en herencia directa, de sus antecedentes burocráticos parasitarios (fue director de la jugosa Casa de Moneda, que luego tuvo a su cargo Georgina Kessel) y de los indicios fuertes de que hizo negocios personales y de camarilla con fondos sindicales, resulta necesario luchar contra el uso de las leyes y el aparato federal para desplazar a un dirigente sindical indeseado por los gobernantes, pues del éxito de esta pretensión calderonista derivaría la suerte de todos quienes cayeran en la misma zona de desafectos palaciegos. No está de más mencionar que pese a la terrible embestida de dos gobiernos panistas, del desgaste, la creación de “liderazgos” oficialistas, las infiltraciones y el mando a distancia internacional, la estructura “napista” de control del sindicato minero se ha mantenido a flote y combativa, aun cuando sus adversarios juren que ese predominio se funda en pistolerismos, chantaje y corrupción.

La resolución de esa paradoja política –el sindicalismo “independiente” y una parte de la izquierda apoyando al charrismo de Napito, o Napo júnior– ha sido facilitada por la actual administración federal, que ha dado continuidad plena a los compromisos adquiridos por la anterior, la foxista. Los intereses políticos del gerente sonorense Eduardo Bours, del empresario culpable de Pasta de Conchos, Germán Larrea, y de Alonso Ancira, de Altos Hornos de México, han sido protegidos sin sombra de duda por el felipismo, que ha encarcelado en estos días a dos miembros de la dirigencia nacional minera, Carlos Pavón y Juan Linares Montúfar, y que ha designado como una suerte de patronal gestor jurídico al actual secretario del Trabajo, Javier Lozano, ampliamente involucrado en una serie de incidentes y escándalos no siempre relacionados con lo laboral, uno de ellos jamás confirmado procesalmente más allá del dicho de su acusador, pero ya instalado en el anecdotario colectivo, el del oriental episodio del “coopelas o cuello”.

En un contexto de violencia tanto latente como cumplida (recuérdense los muertos y heridos durante enfrentamientos como los de Ciudad Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y en zonas norteñas del país), el desenvolvimiento del conflicto minero está siendo acompañado por contingentes de trabajadores pertenecientes a las empresas de telefonía y electricidad, a la UNAM y al Nacional Monte de Piedad, entre mantas y pancartas que dan fe de la presencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, de la Unión Nacional de Trabajadores y del Frente Sindical Mexicano. Sea por la desesperación que les causa un conflicto intencionalmente alargado, o porque el gobierno ha cerrado el flujo económico derivado de las cuotas sindicales y ha desatado una cacería judicial contra sus principales dirigentes, el expediente minero podría estar en vías de crecer y acaso desbordarse, en términos aún mayores a los hasta ahora vistos con los maestros opositores a la alianza gordillista. Antes de continuar con las provocaciones o caer en las tentaciones de la represión ejemplar, el calderonismo autista bien haría en tomar nota de lo que hoy mismo está sucediendo en otras latitudes, donde protestas que en otras circunstancias serían menores o controlables han acabado convertidas en punto de confluencia de inconformidades similares.

Astillas

El senador panista Eugenio Govea ha culpado a Germán Martínez y a José Espina de haber fabricado un cochinero en San Luis Potosí para beneficiar al también senador Alejandro Zapata Perogordo, quien este domingo ganó la candidatura a gobernar San Luis Potosí. Govea, desconocido en la política nacional, podrá demostrar en estos días las graves acusaciones que hace a la cúpula de su partido (aunque ayer fundó sus alegatos en el punto de una fecha de corte de inscripciones al padrón panista, que ya resolvió en su contra el tribunal electoral federal, señalando éste que teniendo Govea conocimiento oportuno del punto no lo denunció en su momento ni trabó puntuales recursos de protesta). A menos que de lo que se trate sea de encarecer futuros arreglos “de unidad”. Por lo pronto, los jaloneos del blanquiazul abren tenues rendijas de oportunidad a alguna candidatura unitaria de oposición al PAN en SLP… Y, mientras los legisladores juegan a poner “candados” a los bancos, ¡hasta mañana, con Ney González protestando hoy por el envío de miembros de la banda de La Flor a cárceles de Nayarit, en donde en 2006 recibieron dócilmente a activistas oaxaqueños!

El clásico uno-dos · El Fisgón

El Fisgón

■ Detuvo en seco la intención privatizadora del gobierno, se afirma en foro en Casa Lamm

El movimiento por la defensa del petróleo “salió entero” de los embates mediáticos

■ Se debe evitar que conflictos en el PRD afecten esta lucha social, advierten participantes

Ciro Pérez Silva

El Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo “no sólo salió entero” a pesar del embate de los medios de comunicación al servicio del gobierno federal, sino “detuvo en seco” la intención privatizadora de Felipe Calderón, sostuvieron Antonio Almazán, Luis Felipe Ocampo y Jaime Avilés, al participar en el foro Balance del Frente Nacional de Defensa del Petróleo y de la Economía Popular, celebrado en la Casa Lamm.

Felipe Ocampo, quien fue asesor en la elaboración de las propuestas alternas para la reforma petrolera y quien forma parte de la organización Ingenieros Constitución de 1917, afirma que, desde su punto de vista, se lograron detener gracias al movimiento las partes sustanciales de las iniciativas que envió el gobierno federal.

“¡Éstas se detuvieron en seco!”, enfatizó Ocampo, al señalar que el interés de que la construcción de ductos no sólo quedara fuera del control de Petróleos Mexicanos (Pemex), sino que fuera operada por la iniciativa privada, en las reformas “quedó establecido que esto es prerrogativa exclusiva de la paraestatal y no de inversionistas nacionales o extranjeros, como pretendía conceder Felipe Calderón”.

Dijo que también se detuvo la intención de “arrancarle” a Pemex la construcción y operación de refinerías, así como los llamados contratos incentivados, entre otros.

Mencionó que incluso antes de que se aprobaran en el Congreso dichas reformas hubo “ciertos síntomas” que evidenciaron un cambio en el tono del discurso presidencial, particularmente cuando Calderón anunció, en plena etapa de crisis, la construcción de una nueva refinería con recursos públicos, “contradiciendo a la secretaria Georgina Kessel y al director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, el chiquito, quienes no sólo habían asegurado que el país no contaba con recursos para tal fin, sino que tampoco los ingenieros mexicanos teníamos capacidad para llevar a cabo dicho proyecto”.

Los tres panelistas coincidieron en que el logro del Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo fue importante y decisivo, pero señalaron que quedan todavía algunos puntos –aunque no sustanciales– por aclarar en la ley, a efecto de evitar explícitamente la intervención del sector privado en funciones que la Constitución reserva con claridad para la paraestatal.

Tanto Ocampo como el diputado federal Almazán y el columnista de La Jornada Avilés se congratularon de que no hubieran existido en este movimiento social expresiones de violencia y que haya prevalecido la fuerza de los argumentos, aun sobre los incansables intentos de provocación del gobierno federal y del sector empresarial nacional y extranjero a través de los medios de comunicación, particularmente las televisoras.

“Consideramos además que este movimiento tiene que pensar, con toda seriedad, que el mundo sigue existiendo más allá de la lucha electoral”, en alusión al conflicto que generó en varios sectores del sol azteca y de otros partidos de izquierda el desenlace del proceso interno para renovar la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática

Advirtieron que a partir de ahora, vinculados ya con la defensa de la economía popular, se deben encontrar mecanismos para continuar esta lucha social y evitar en lo posible que las diferencias surgidas a partir de la renovación de la dirigencia perredista incidan en este movimiento.

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