Crónica de una asamblea popular cargada de simbolismos
Conforme se acerca el 2010, se siente correr un espíritu en el ambiente de nuestro país, y este 5 de noviembre de 2009 no fue la excepción, al contrario pareciera que fue la suma de una serie de simbolismos, que para aquellos que son fervorosos creyentes de la numerología y de esa suerte de tradición cíclica tan arraigada en la cultura mexicana desde antes de la llegada de los españoles.
Comenzaré el recorrido por esta pléyade de símbolos: la 2ª Asamblea Nacional de Resistencia Civil, que da lugar a este artículo, es convocada por el Sindicato Mexicano de Electricistas, que es la agrupación obrera más antigua de México, la única que ha llevado con éxito una huelga general. Esta Asamblea, es efectuada en el auditorio nuevo del SME, ubicado en la avenida más larga de la capital del país, Insurgentes, nombre que no deja de traer a la memoria el inicio de la Guerra de Independencia: 1810, pero que además, fue precisamente en esta Avenida, donde Fidel Castro, el Che Guevara y el resto de los cubanos que partirían a hacer la Revolución más emblemática de América, se acondicionaron físicamente en largas caminatas de cabo a rabo, para años más tarde recorrer al Sierra Maestra.
Pero no sólo hubo símbolos del pasado glorioso de México y la América Latina, también hubo símbolos vigentes en la Asamblea, ya que en ese auditorio retacado de gente que bien podía hacer sentir a uno en la Francia de 1789, o en la Rusia de 1917, estuvieron presentes todos los espectros de la izquierda mexicana, lo mismo diputados del PRD como Karen Quiroga, o Gerardo Fernández Noroña del PT, pasando por Jesusa Rodríguez y Jesús Martín del Campo, representantes del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía, que encabeza el Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, hasta Flavio Sosa, dirigente y ex preso político de la APPO, Trini Del Valle, esposa de Ignacio Del Valle, líder preso del FPDT, de San Salvador Atenco, y por supuesto un gran conjunto de representantes de sindicatos, como el STUNAM, el SITUAM, y claro no podía faltar la UNT (causante del cisma de la CTM y el cacicazgo de Fidel Velázquez).
También se dejaron sentir los estudiantes lo mismo del IPN, que de la UNAM, la UAM, la UACM, y Chapingo, de todos matices ideológicos, desde anarcopunks seguidores del ya histórico CGH de la UNAM o bien movimientos democráticos como el Redes Universitarias (quienes también evocaran la semana pasada otro símbolo histórico, al consolidar un movimiento nacional estudiantil a 100 años de la fundación del Ateneo de la Juventud).
Ecos de John Reed, Kappa, Casasola y Toscano, no podían faltar los medios alternativos, que documentaron para la historia lo que bien puede ser uno de los capítulos más importantes de la cuarta transformación de nuestro país.
Cada organización haría un posicionamiento sobre la conveniencia de llevar a cabo un Paro Cívico Nacional, el cual fue acordado para el 11 de noviembre, y que con la toma de escuelas, dependencias públicas, movilizaciones en otros Estados de la República y el intento de parte de los diputados obradoristas de recuperar las oficinas centrales de Luz y Fuerza, seguramente va a cimbrar a los oligarcas, porque les dejará ver de manera clara que la izquierda y el pueblo se están uniendo al igual que hace casi 100 años, con el asesinato de Francisco I. Madero y la imposición de una dictadura militar con Victoriano Huerta, hoy con la liquidación de una parte del patrimonio nacional, y el intento nuevamente de imponer una dictadura militar fundada en una alianza militar con EE.UU. y Canadá, nos volvemos a unir, y nuevamente vamos a ganar.
L.D. Jesús A. Palma M.
Ciudad de México, Sede del Gobierno Legítimo de México, a 6 de noviembre de 2009.