A las puertas de la catástrofe marinista A principios de noviembre los ministros de la Suprema Corte de Justicia tomaron un acuerdo sobre el destino de la investigación Cacho-Marín: uno de ellos se haría cargo de llegar hasta las últimas consecuencias y asumir el costo de la inocencia o culpabilidad del gobernador poblano ante la sociedad mexicana y las Cámaras del Congreso de la Unión. Por unanimidad se determinó que sería Juan Silva Meza, el único ministro especialista en derecho penal. El más enfático en ahondar las relaciones del triángulo Marín-Nacif-Succar y perseguir a las redes de pederastia. Ayer se cumplieron las previsiones. Si los marinistas pensaban que la historia del escándalo se había terminado, hoy enfrentan el peor mensaje de la Corte. El ministro que dos veces ya ha votado contra el gobernador poblano tendrá su destino en las manos. Dos noticias aun peores. La investigación será tan amplia como se pueda; no sólo se indagará a los actores preponderantes de la acción concertada contra la periodista. También descubrirán los nexos entre los pederastas y el gobernador. El tema maldito. El infierno que han buscado sepultar. Si faltare algo, el escudo sobre el que se fincó la inocencia de Marín se ha derrumbado. Los nuevos investigadores tomarán la conversación telefónica como un nexo entre las intenciones y los efectos materiales. Y peor: en la discusión de ayer se entreabrió la posibilidad de los ministros le den validez probatoria al espionaje telefónico. Se acabó la farsa de ¡Es mi voz pero no es mi voz! Después de contener los efectos del escándalo por los últimos cuatro meses, lo que incluso permitió una ligera recuperación en la imagen de Marín, los hados funestos se ciernen sobre el grupo en el poder. Eduardo Medina Mora ya activó a la Procuraduría General de la República –por claras instrucciones presidenciales- y el viernes pasado se realizó una inspección ocular a las instalaciones de la PGJ. Aunque el hecho fue silenciado por la prensa oficialista, el rostro de Blanca Laura Villeda y Hugo Isaac Arzóla lo decía todo. ¿Por qué vino la PGR? A constatar la alteración de la escena del crimen: secretarias removidas, judiciales en permiso, puertas de otro color. Todo por instrucciones de la Procuradora. Otro escudo silencioso se derrumbó: Miguel Quirós Péres fue descubierto en su operación silenciosa y metódica de apoyo al marinismo desde el Consejo de la Judicatura Federal. Como lo detalló Álvaro Delgado en Proceso y fue confirmado por Lydia Cacho, Quirós Pérez ha cabildeado el tema en la Suprema Corte con los ministros, aunque sus resultados son magros. Su enlace en Puebla, Guillermo Deloya Cobián, también ya está bajo la lupa. ¿Hay algún optimista al interior del marinismo? ¿Todavía creen que todo está bajo control? La resolución de la Suprema Corte es muy clara: un equipo de pesos pesados se trasladará a Puebla para enjuiciar al gobierno estatal y al poder judicial local. Las cabezas de Mario Marín, Guillermo Pacheco Pulido y Blanca Laura Villeda se encuentran en conserva. Además de Silva Meza, los ministros envían a sus magistrados penales de lujo. Fuentes del poder judicial federal revelan que Anastasio Escobar Ángeles, magistrado del 2º Tribunal Colegiado Penal del Primer Circuito y coadyuvante de Juan Silva Meza en la investigación, es el mejor funcionario judicial del país, encargado de los temas relevantes en materia de crimen organizado Un verdadero hijo de la chingada. El otro magistrado investigador, Sergio Alvarado Fuentes, goza de tanta confianza que incluso fue seleccionado para integrar las ternas al Tribunal Electoral. Para la Suprema Corte de Justicia se acabó el juego del gato y el ratón. La designación de un ministro es la respuesta que la Corte le envía a Mario Marín y a Ricardo Velázquez por todas las descalificaciones que le han endosado al máximo órgano de justicia en el país. Basta recordar a un enloquecido Velázquez acusando a la Corte de “violarle al gobernador sus garantías individuales”, después de la exoneración frustrada. Y a Marín, acusando a los ministros de seguir un juego político-electoral, cuando horas antes de había congratulado por la ampliación de las pesquisas. Los togados saben de todas expresiones, porque desde Puebla son informados de todo lo que aparece en los medios. ¿Alguien tiene idea de quiénes son los filtradores? Horas oscuras vive el marinismo. Sospechan que la visita de Felipe Calderón en lugar de ayudarlos, terminó por perjudicarlos. La reacción de la opinión pública nacional fue un reproche unánime. Quizá después de constatarlo, Calderón entendió que debía cumplir su promesa de campaña por un dejo de elemental congruencia. Quizá por eso ha comenzado a caer la guillotina. Un terremoto cimbrará Puebla cuando Juan Silva Meza y sus magistrados vengan a Puebla para comenzar sus propias indagatorias. La lista de personajes a entrevistar es amplia Ahí estaremos nosotros también. Comparecientes de lujo a las puertas de la catástrofe. Tenemos nuestra verdad. *** El ejecutor. El ministro Juan Silva Meza ha mostrado una línea férrea desde que el caso Cacho ingresó al máximo órgano de justicia. Votó a favor de que la Corte ejerciera su facultad investigadora por tercera ocasión en toda su historia. En la histórica sesión del 17 de abril señaló: “no se puede soslayar la presencia en esta investigación con la autoridad moral que implícitamente nos está reconociendo uno los Poderes del Estado. Tendremos límites, no sabemos a dónde vamos a llegar; pero hay posibilidad constitucional, legal y de voluntad política frente a la soberanía nacional, las 2 Cámaras integran a la sociedad mexicana, tomando el tema de constitucionalidad en función de nuestro sistema precisamente de representatividad; son ellos quienes quieren que la Suprema Corte, como Tribunal Constitucional, máximo Tribunal de la República, participe en esta investigación, frente a la eventualidad de estos hechos y de que éstos sean ciertos, hay mucho que investigar, hay instancias que están actuando, hay rutas procesales que se vienen siguiendo…” *** ¿Hasta cuándo los cínicos dominarán el oficio periodístico en Puebla? Los reporteros Héctor Hugo Cruz Salazar –Cambio- y Mario Martell – Intolerancia- buscaban entrevistar a Roberto Marín Torres cuando se cruzaron con sus guaruras. Después de una gresca, Martell terminó con la nariz fracturada y Héctor Hugo recibió puntapiés y patadas. El medio de Martell, en lugar de proteger a su reportero, nuevamente quiso congraciarse con el poder. ¿Ni así dejarán de hincarse? ¿Ahora hasta toleran los golpes? |