sábado, abril 14, 2007

Califica el Washington Post como “una historia de horror” el caso Marín-Cacho

Martín Hernández Alcántara

Mario Marín Torres, apareció en el Washington Post, pero no por los oficios de las Casas Puebla que hay en Estados Unidos ni por las giras que ha realizado supuestamente para atraer inversiones a la entidad. No, el gobernador poblano fue mencionado en un amplio perfil que ese influyente diario dedicó a la periodista Lydia Cacho Ribeiro a propósito del Premio Fondo Ginetta Sagan 2007, otorgado por Amnistía Internacional de aquel país a la autora de Los Demonios del Edén.

El texto, titulado “Una Historia de Horror” habla sobre la colusión de poderes y el tráfico de influencias que llevó a la defensora de los derechos humanos a la cárcel. Fue escrito por Manuel Roig–Franzia fue publicado en la edición dominical del pasado primero de abril y puede ser consultado en su versión electrónica en la dirección http://-www.washingtonpost.com/wpdyn-/content/article/2007/03/31/AR2007033101359.html.

En él también se describe la dura vida que lleva Cacho, a partir de que reveló la existencia de una sofisticada red internacional de explotación infantil y el episodio en el que fue encarcelada por el gobierno de Mario Marín Torres, incluyendo parte de las conversaciones del mandatario con el apostador Kamel Nacif Borge, protector del pederasta confeso Jean Thouma Hannah Succar Kuri: “Los guardaespaldas se quedan en el vestíbulo de Steakhouse, con sus pistolas. El SUV a prueba de balas está en su lugar. Y ahora el teléfono celular de Lydia Cacho Ribeiro suena. “Estoy bien”, Cacho pone el teléfono una sonrisa amplia. “Estaba preocupado”, dice de su pareja de mucho tiempo, el editor y columnista mexicano Jorge Zepeda Patterson. “Ésta es mi vida”. Una cruzada en contra de pederastas, ha hecho a Cacho, que estará en Washington mañana y el martes para ser honrada por Amnistía Internacional, una de las periodistas más célebres y puesta en peligro en México. En un país donde al menos 17 periodistas han sido asesinados en cinco años y que fue a la zaga de solamente Irak en muertes durante 2006. Los hacedores de buenas obras y las víctimas quieren conocerla, quieren compartir sus historias. Los villanos la quieren en un ataúd. En la primavera de 2005, Cacho divulgó el abuso de niños y la pornografía prosperando entre los centros vacacionales de 500 pesos en Cancún. Su libro Los demonios de Edén: el poder que protege la pornografía de menores’, narra los hábitos supuestos de hombres ricos cuyos gustos sexuales comprenden a niñas de 4 años”.

Más adelante, Roig–Franzia relata la detención de la periodista por parte de agentes de la Policía Judicial poblana y la reacción inmediata que tuvieron sus amigos y colaboradores para dar con su paradero, pues por la forma en que la aprehensión se hizo llegaron a pensar que la defensora de derechos humanos había sido secuestrada.

De hecho, el periodista del Post cita a la ex senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Lucero Saldaña, quien en su momento intervino para ubicar a Lydia Cacho y protegerla de otras posibles agresiones.

Roig-Franzia apunta: “Había tanto miedo” recuerda Lucero Saldaña, antigua senadora mexicana. “Nosotros pensábamos que podría haber un atentado contra su vida, que ella podía haber sido secuestrada”.

“Saldaña, no descartando ninguna posibilidad, esperaba a Cacho cuando llegó a la cárcel en Puebla, una ciudad pintoresca al este de la Ciudad de México célebre por su rico mole con ajonjolí. Ella estaba dispuesta a pagar la fianza. Pero ni la presencia de una senadora pudo salvar a Cacho de la humillación a la que fue sometida por un piquete de oficiales masculinos.

“Después de que casi el medio día en la cárcel, Cacho estaba libre aunque consternada. Ella pronto averiguaría sumamente pronto quienes eran sus enemigos”, remata el redactor del Post.

Luego, da a conocer parte de la conversación entre Kamel Nacif y Mario Marín y señala: “Aquella segunda voz era inconfundible. Era el gobernador de Puebla Mario Marín, un destacado militante del Partido Revolucionario Institucional, que dominó México al estilo autoritario durante siete décadas antes de que perdiera la Presidencia en 2000. “Pues ya ayer acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona’, dice Marín a Nacif”.

“Nacif –continúa Roig-Franzia-– agradece a su “gobernador precioso” por ordenar la detención de Cacho y dice que él enviará Marín “una hermosa botella de coñac”. Marín reconocido a la prensa que la voz era suya, pero dijo que las grabaciones fueron sacadas de contexto. Su refutación no tuvo casi ningún impacto. En el tribunal de la opinión pública, el veredicto fue claro: Cacho fue víctima de un tráfico de influencias y de una vendetta política”.

El periodista también recuerda las duras críticas y burlas que se desataron contra Mario Marín Torres en los medios de comunicación;

“Los comentaristas fueron severos, muchos pidieron la dimisión de Marín. Los escritores satíricos fueron aún peores. Desde la mañana hasta la noche los cómicos se burlaban del gobernador, se le compusieron canciones y hasta se subieron anuncios de coñac satíricos en la internet. “Para esa ocasión muy especial, para divertirse entre amigos, llega el coñac conmemorativo “mi góber precioso” –comienza el anuncio de burla con El fluir del Orinnoco, una canción de música new age de la cantante Enya– “Mi góber precioso, para que usted sea un buen pedófilo” (sic), anota Roig-Franzia haciendo referencia al video publicado en You Tube que puede ser checado en la dirección: http://www.youtube.com-/watch?vRgkp6vKPs7M.

En la versión digital del perfil, hay más de 60 comentarios de lectores habituales Washington Post, la mayoría de ellos solidarizándose con Lydia Cacho Ribeiro y condenando la pederastia

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