domingo, julio 01, 2007

Miguel Angel Yunes tiene un papel protagónico en el caso Lydia Cacho-Mario Marín

La Corte y Lydia Cacho: frenón explicable

Hoy director del ISSSTE, bajo bombardeo por la nueva ley que rige a esta institución, Miguel Angel Yunes tiene un papel protagónico en el caso Lydia Cacho-Mario Marín-pederastia, destaca el número 1600 de Proceso.

Y es que en su calidad de subsecretario de Seguridad Pública federal en el sexenio pasado, maniobró y amenazó para que una orden suya se cumpliera: a como dé lugar debe detenerse la publicación del libro Los demonios del Edén, de la periodista Lydia Cacho.

Como se sabe, fue inútil el intento del funcionario. El libro salió a la luz y hoy es el motivo del escándalo que tiene bajo presión a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y con el cual Felipe Calderón sacó “lucro político” desde que era candidato presidencial.

En plena campaña, Calderón solicitó juicio político para el gobernador de Puebla, Mario Marín, por su presunta responsabilidad en la violación de las garantías constitucionales de la periodista.

Incluso, en un acto propagandístico de febrero del 2006, el entonces candidato acudió al Congreso poblano en compañía de diputados panistas locales para firmar una solicitud de juicio contra Marín, pero en realidad nunca firmó el escrito. Sólo se tomó la foto, como si en verdad eso bastara para exigir la salida del llamado “góber precioso”.

En una entrevista con Proceso, la periodista confirma lo que de una u otra manera había transcendido hace tiempo:

El 17 de mayo de 2005, Miguel Ángel Yunes mandó llamar a su oficina a Faustino Linares, ciudadano español entonces director general de la empresa editorial Random House Mondadori, entre cuyos sellos está el de Grijalbo, bajo el cual estaba planeado hacer circular dos días después el libro de Lydia Cacho, Los demonios del Edén: el poder detrás de la pornografia.

Desde su posición de subsecretario de Prevención y Readaptación Social de la SSP, y como uno de los hombres con más información policiaca del país, le exigió al editor: “Paren ese libro”, publica Proceso este domingo 1 de julio.

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