jueves, octubre 02, 2008

La masacre del 2 de octubre del 68 representó el inicio de la lucha por la emancipación del pueblo de México: AMLO

Agualeguas, Nuevo León
Jueves 02 de octubre de 2008

2 de octubre, no se olvida

Fue un dos de octubre 1968




* Los mártires de la Matanza de Tlatelolco siempre estarán presentes en la memoria de los mexicanos y en las páginas de la historia nacional, subraya

* Andrés Manuel López Obrador expresa que los acontecimientos del 2 de octubre fueron funestos y reprobables

* El presidente legítimo de México inicia una gira de cuatro días por 24 municipios de Nuevo León


La masacre del 2 de octubre de 1968 representó el inicio de la lucha por la emancipación del pueblo de México, afirmó Andrés Manuel López Obrador al conmemorarse este día el 40 Aniversario de la Matanza de Tlatelolco.

Gracias al indeterminado número de estudiantes y maestros que ofrendaron su vida, los mexicanos tenemos mayores espacios de libertad y de apertura democrática, aclaró al subrayar que los mártires del 2 de octubre siempre estarán presentes en la memoria de los mexicanos y en las páginas de la historia nacional.

Al iniciar una gira de cuatro días por 24 municipios de Nuevo León, el presidente legítimo de México se refirió a la masacre, “a la represión horrenda cometida en contra de los jóvenes y los maestros, a esa gran tragedia, injusta”.

En aquella fecha de 1968, los estudiantes y sus profesores lucharon por todo el pueblo de México en contra del autoritarismo de aquel entonces, explicó.

Antes, expresó a los habitantes de Parás que los acontecimientos del 2 de octubre fueron funestos y reprobables. “Se recuerda la fecha del 2 de octubre porque fueron asesinados muchos jóvenes que luchaban por la libertad y la apertura de espacios democráticos”, enfatizó.

Acompañado por el presidente municipal Crescencio Olivera Cantú, y el secretario de Justicia y Seguridad del Gobierno Legítimo de México, Bernardo Bátiz, así como por legisladores y dirigentes locales del PRD y PT, López Obrador expresó que en aquellos aciagos días fueron encarcelados un importante número de jóvenes, “pero gracias a ellos tenemos un poco más de libertad y se aspira a una mayor democracia”, precisó.

Hizo énfasis en que “lo poco de democracia que tenemos se lo debemos a los jóvenes que ofrendaron su vida, a las víctimas del autoritarismo del gobierno de aquellos días”.

En referencia a la decisión de las autoridades de Parás de izar la bandera a media asta, en señal de duelo y en memoria de los caídos de Tlatelolco, mencionó que ese gesto distingue al pueblo y a las autoridades del municipio.

En Cerralvo, los ciudadanos gritaron a una sola voz: ¡2 de octubre no se olvida! Y la maestra de ceremonias le puso nombre y apellidos a los responsables de la masacre: Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverria Álvarez.

En Agualeguas, el presidente municipal José Israel González Rodríguez –de extracción priista— recibió a López Obrador en sus oficinas. El alcalde expresó que sus gobernados carecen de apoyos para las actividades ganaderas; “unos pocos se lo llevan todo”, se quejó.

También le informó que el crédito es escaso y caro y que en México “el crédito te mata”, por las altas tasas de interés que aplican los bancos.

Al respecto, López Obrador mencionó que las operaciones de la banca mexicana no están reglamentadas y que las instituciones financieras no realizan actividades de fomento o de desarrollo.

También expresó al alcalde González el cálido recibimiento, “es muestra de respeto y de tolerancia”.

Posteriormente, en General Treviño, el presidente municipal Mar Doqueo Gerardo Hinojosa Guerra recibió en sus oficinas a López Obrador. De inmediato el alcalde de origen panista le manifestó al visitante: ¡Que bueno que visitas a los jodidos!.

Luego de firmar el libro de visitantes distinguidos en donde plasmó con su puño y letra: “con todo mi afecto y respeto al pueblo del General Treviño, así como a su presidente municipal, Mar Doqueo Gerardo Hinojosa Guerra. Gracias por su recibimiento”.

El presidente legítimo de los mexicanos calificó como una señal de respeto la invitación del municipe, a pesar “de que no militamos en el mismo partido y de que tenemos diferencias políticas e ideológicas”.

En el mensaje que dirigió a los habitantes del municipio, recordó que el General Treviño siempre estuvo a lado del mejor presidente de México, don Benito Juárez.

Por la tarde, López Obrador también fue recibido por el alcalde de Los Herreras, Lucio Andrés Tijerina López.

En una amena charla, conversaron sobre el estado en que se encuentra el municipio y del fenómeno migratorio, porque actualmente la localidad cuenta con una población flotante de 4 mil 500 habitantes, pero hacia finales de diciembre la cifra se incrementa notablemente por el arribo de los trabajadores migratorios que laboran en Chicago, Houston, Los Ángeles y otras ciudades de los Estados Unidos.

En el recorrido de este día, López Obrador aseguró a los ciudadanos de Cerralvo, Melchor Ocampo y Los Herreras –la tierra del actor Eulalio González “El Piporro”—, que los senadores están avocados a la elaboración del dictamen de la denominada reforma energética.

“En estos días se va a resolver en forma definitiva el asunto del petróleo y si el dictamen tiene el propósito de privatizar el sector, voy a llamar a todo el pueblo de México a la resistencia civil pacífica, pero no vamos a permitir la entrega de los bienes de la nación al capital extranjero”, anticipó.

No escapó a su memoria que en 26 años de imposición del régimen económico neoliberal se han privatizado un promedio de mil empresas públicas, desde los ferrocarriles y las minas, hasta los bancos, los puertos, los aeropuertos, las carreteras y las líneas áreas.

En su exposición aseguró que la corrupción y la pobreza son los principales problemas de nuestro país y resaltó que la economía atraviesa por serias y graves dificultades.

El gobierno espurio de Felipe Calderón, en lugar de rectificar el camino y colocar a las familias en estado de indefensión y de desamparo en primer lugar en la lista de los beneficios de carácter social, intenta privatizar la industria petrolera para favorecer a unos cuantos.

Para el viernes, 03 de octubre, el presidente legítimo de México acudirá a los municipios de Mier y Noriega, Doctor Arroyo, Zaragoza, Aramberri (Ejido La Chona Plaza Principal) e Iturbide.

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El 2 de octubre, el inicio de la lucha por la emancipación del pueblo: AMLO

Desde entonces, los mexicanos tienen mayores espacios de libertad y de apertura democrática, manifestó.

Notimex / La Jornada On Line
Publicado: 02/10/2008 18:04

México, DF. Andrés Manuel López Obrador manifestó este jueves que la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968 representó el inicio de la lucha por la emancipación del pueblo de México.

Al conmemorarse el 40 Aniversario de la matanza de Tlatelolco, subrayó que gracias a los estudiantes y maestros que ofrendaron su vida, los mexicanos tienen mayores espacios de libertad y de apertura democrática.

En un comunicado sobre la gira que el ex candidato presidencial lleva a cabo por Nuevo León, indicó que los mártires del 2 de octubre siempre estarán presentes en la memoria de los mexicanos y en las páginas de la historia nacional.

Esa fecha, recordó, los estudiantes y sus profesores lucharon por todo el pueblo de México contra el autoritarismo de aquel entonces.

Los acontecimientos del 2 de octubre fueron funestos y reprobables, "se recuerda la fecha del 2 de octubre porque fueron asesinados muchos jóvenes que luchaban por la libertad y la apertura de espacios democráticos", aseguró.

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A 40 años del movimiento, persisten tendencias represoras: Muñoz Ledo

El coordinador del FAP consideró que si bien hay frutos en materia de democracia, hay en el gobierno actitudes autoritarias.

Andrés Timoteo Morales, corresponsal
Publicado: 02/10/2008 16:28

No se olvida

No se olvida

México, DF. El Comité 68 marcha sobre Reforma para conmemorar el aniversario 40 del 2 de octubre. Notimex

Jalapa, Ver. A 40 años de distancia del movimiento estudiantil de 1968, hay frutos en materia de democracia, reforma del Estado y conquistas civiles, aunque en el seno del gobierno federal hay tendencias autoritarias y represoras, alertó Porfirio Muñoz Ledo, coordinador del Frente Amplio Progresista (FAP).

Calificó de “enana” la administración de Felipe Calderón no sólo por su manera de llegar al poder, sino por la conducción del Estado y el engaño permanente al pueblo.

- ¿Desde el gobierno alguien quiere retroceder a las acciones de 1968?

- Ojaló y no, pero veo en el seno del gobierno tendencias autoritarias y represivas.

“No tienen actitud para el diálogo, no están entendiendo lo que pasa en el país y carecen de capacidad de convocatoria”, agregó Muñoz Ledo al ofrecer una conferencia magistral en la ciudad de Jalapa.

- ¿Es el Yunque?

- No, en general, es el gobierno más enano de la historia de México, como gobierno, nadie puede recordar el nombre de los ministros, es un staff convertido en gobierno.



Inicia arribo al Zócalo de las marchas por el 2 de octubre

Decenas miles de personas participan en las movilizaciones para conmemorar el 40 aniversario de la matanza de Tlatelolco, que culminarán con un mitin.

La Jornada On Line
Publicado: 02/10/2008 13:39

México, DF. Estudiantes y miembros de diversas organizaciones sociales ya empezaron a arribar a la plancha del Zócalo de la ciudad de México luego que salieron de varios puntos para conmemorar el 40 aniversario de la matanza del 2 de octubre de 1968.

Un primer contingente, integrado en su mayoría por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entró por la calle de 5 de mayo al Zócalo, proveniente de la Plaza de las Tres Culturas, donde aún sale gente para participar en esta multitudinaria manifestación.

El grupo que salió del Museo Nacional de Antropología e Historia avanza por Paseo de la Reforma y en él participan Carlos Monsiváis, Raúl Alvarez Garín, Jesús Martín del Campo y Pablo Gómez, quienes participaron en el movimiento estudiantil del 68.

En la nutrida columna se observan pancartas que exigen que no se privatice el petróleo, libertad a los presos de Atenco, y que termine la persecución contra Lucía Moret.

Otra marcha salió de la Escuela Normal Superior de Maestros y desembocará en el Zócalo por la calle de Madero; una más, de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, salió de Zacatenco hacia la Plaza de las Tres Culturas, de donde avanzarán a la Plaza de la Constitución.

En el Zócalo, de espaldas al Palacio Nacional, se instaló un templete en el que dirigirán discursos los ex integrantes del movimiento estudiantil.

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Los “medios de comunicación” del Movimiento

Carlos Monsiváis


Imagen inédita que forma parte de la exposición Y era nuestra herencia, que se inaugura hoy Foto cortesía Museo del Estanquillo/ Colección de Carlos Monsiváis

El Movimiento dispone de sus “medios masivos”: las marchas, las asambleas, los mítines, los manifiestos y las brigadas. Por decirlo pronto, las marchas son espectaculares, anticipos y creaciones notables de la vida ciudadana. Si a estas alturas tantos recuerdan y con tal enjundia esas marchas no es nada más por la necesidad de ennoblecer el pasado (inevitable y legítima), sino porque son una aportación innegable del Movimiento, la mezcla logradísima de responsabilidad y relajamiento. Las marchas son exploraciones de la ciudad, exhibiciones de poderío numérico, concursos discretos entre escuelas y facultades de récords de asistencia, prácticas políticas expresadas como teatro de masas. Las marchas exacerban al gobierno, y le permiten a los estudiantes instaurar el diálogo consigo mismos (el reparto de lo colectivo en lo individual). Y lo que le otorga su dimensión especial a estas demandas actuadas, es el poder de convocatoria. Ya no son las manifestaciones simbólicas o sintomáticas que el tamaño de la ciudad ahoga, y gran parte de la emoción, como suele suceder, se desprende del júbilo demográfico. Si somos tantos, nuestra causa no es ni marginal ni reprimible ni alegórica. Por lo menos en el capítulo de las marchas, el Movimiento no conoce el declive.

Si las asambleas, tan repetitivas, son un pregusto del fastidio de la eternidad, y si en los mítines sólo en contadas ocasiones se oyen en su integridad los discursos, en las marchas el Movimiento se desarrolla al otorgarse a sí mismo disciplina, vehemencia, sentido lúdico y orgullo por la persistencia y el crecimiento. Sin que jamás se olvide el maltrato a la UNAM y el Politécnico, se reafirma la ira ante quienes, al cerrarse a cualquier posibilidad de diálogo, los tratan como niños regañables o incluso suprimibles. Y las declaraciones de autonomía o de mayoría de edad súbita, se expresan a través del frenesí multitudinario, ordenado por el temor a las provocaciones, asido a las consignas básicas, y de humor ya un tanto alejado de las tradiciones de izquierda. Cada contingente sella compromisos de grupo, de escuela, de actitud. Son, por ejemplo, combativos y homogéneos los de Ciencias, Economía, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas, la ESIME, la ESIA, la ESIQUE, las Normales. De otras facultades de historial más “despolitizado”, se reciben sorpresas, por la cantidad y el entusiasmo de los participantes. Los que estrenan disidencia se felicitan por hacerlo y se radicalizan por un tiempo o, un puñado, hasta el día de hoy. Lo más probable es que sea su única experiencia política, lo seguro es que la seguirán contando hasta el fin de sus días o de los días de los oyentes. Si en un comienzo no entienden la regla de oro de estas marchas, cifrada en el anhelo de un “relajo escultórico”, si tal cosa es posible, la aprenden con rapidez.

Sigue vigente el “¡Únete Pueblo!”, ya un tanto inútil en estos meses porque tantos participantes no pueden ser sino pueblo (Tal vez hubiese funcionado mejor un “Únete Elite”, para denotar el carácter plenamente popular de la manifestación). Hay transformaciones satíricas de la publicidad gubernamental: “Cuando todo granadero/ sepa leer y escribir,/ México será más grande,/ más próspero y más feliz”. Hay variantes de frases publicitarias: el jingle “¿Y qué es lo que queremos? La cerveza de barril embotellada”, se transforma en “¿Y qué es lo que queremos? A Corona del Rosal embotellado”. Un lema reiterado es de corte tradicional: “¡Muera Cueto!”, en honor de Luis Cueto Ramírez, jefe de la policía (contribuí, de algo debo envanecerme, con el texto de una pancarta: “Santa Madriza, patrona de los granaderos”). Y en la manifestación del 5 de agosto convocada por el Politécnico que parte de Zacatenco y termina en las instalaciones del IPN en Santo Tomás, se inicia una práctica que desconcierta. Se cuenta a partir del número uno, y llegando al 22 se hace una pausa y se grita “¡23 MUERTOS!”, con júbilo funeral no muy comprensible. Luego, ya en septiembre, de los 23 se pasa a los “¡32 MUERTOS!”, con alborozo idéntico.

¿Por qué se adopta una necrofilia tan rumbera? No porque los muertos no importen, ni siquiera porque el carácter unilateral de las defunciones abone el desprestigio histórico del gobierno, sino porque siempre alboroza cobrarle deudas a la represión. Antes, las víctimas desaparecían para siempre; ahora, así sea sin nombres, se recuerda su existencia a sus victimarios. El mecanismo es muy simple, pero no despoja al rosario luctuoso de su carácter disparatado, ni hace menos penosa la falta de investigación al respecto. Si el gobierno lo controla todo y es casi imposible averiguar con eficacia la cifra de muertos y heridos, el facilismo elige un número porque sí, y lo califica de hazaña. “¡32 MUERTOS!”, es decir, 32 pruebas fehacientes de la monstruosidad priísta. Se pudo escoger cualquier otro dígito, lo importante es afinar el resentimiento.

Estos detalles sin embargo no afectan la elocuencia de las marchas, auténticas fiestas democráticas aunque nadie entonces hubiese recurrido al término. En el grupo que apoya la idea y los manifiestos de la Asamblea de Intelectuales, Escritores y Artistas, se estudia el tono de los estudiantes porque, si no se interviene en asambleas y comisiones, importa ser testigos de primera fila del cambio de mentalidad. Una noche, en casa de Selma Beraud, le comento a Pepe Revueltas mi entusiasmo por la fibra de los estudiantes, así yo la viva a cierta distancia. Revueltas se asombra: “No te entiendo. El Movimiento nos vuelve a todos estudiantes. Tenemos que aprender desde el principio la transformación de las vanguardias. Por eso hay que proponer la autogestión”.

El sentimiento de vanguardia, sin ese término, sí que se propaga y se vuelve determinante. El lema de los estadunidenses, “Desconfía de todo aquel mayor de treinta años”, se convierte en “Desconfía de todo aquel seguro de su porvenir burocrático”. En Ciencias hay un graffitti: “La madurez es un tigre de papel”. En la Facultad de Filosofía, a instancias de Ignacio Osorio, se inaugura el “Paseo de la Momiza” para honrar los bustos de próceres de la Academia que contemplan la efervescencia de los alumnos irresponsables. Lo comentado y escrito sobre el poder estudiantil se desplaza a las asambleas, así no sea nunca la ideología oficial del Movimiento. En un volante se reproduce la cita de José Cadalso que en 1968 José Emilio Pacheco rescata en una de sus crónicas desde Europa para La cultura en México: “Cuéntese, pues, por nada lo pasado y pongamos la fecha desde hoy”.

De la defensa de la UNAM y del IPN se pasa casi sin darse cuenta, y sin método, a la demanda de la educación superior diferente por completo. Según el líder del 68 alemán Rudi Dutschke “No se puede cambiar las universidades sin primero cambiar la sociedad”. A lo que fue resistencia impulsiva y necesaria, se agregan ráfagas ideológicas que enjuician el sistema capitalista y la función social que le atribuye a las universidades. Desconfía de todo aquel sin vocación de graffitero. Afirman Dutschke y Daniel Cohn-Bendit: “Ser de extrema izquierda es politizar y actuar para destruir la estructura represiva de las instituciones”. Desde luego, esta profesión de fe nada más la comparte un sector muy reducido, que no la explica de modo convincente, pero la retórica exacerba el miedo del gobierno al cumplimiento de su profecía.

Cuéntese, pues, por nada lo pasado y pongamos la fecha desde hoy. En las asambleas y en los mítines se impone una vanidad de “clase cronológica” o como se le diga a la seguridad de que si nada se ha modificado en el país con todo y una revolución, se debe a la ineptitud o la complicidad de las generaciones anteriores, esas que, presumiblemente, ya no irán a esta marcha.

Este 2 de octubre se cumplen 40 años del movimiento estudiantil que trastocó la estructura del poder en México. Con motivo de esa efeméride, Carlos Monsiváis escribió el libro El 68: la tradición de la resistencia, que en breve será publicado. Con autorización de Ediciones Era, La Jornada ofrece a sus lectores un adelanto.

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