miércoles, octubre 11, 2006

CUITLATLAN




Los espías de Alejandro Fernández están escondidos en Guatemala, dice Alós

Fermín Alejandro García
Ayer se comunicó con este tecleador una persona que dijo ser Gabriel Alós Sala, el propietario de la empresa TV Mundo, aquella compañía que se vio involucrada en un acto de espionaje contra el Frente Cívico Poblano (FCP) el 23 de marzo de este año. El objetivo de esta persona fue deslindarse de esos hechos y además asegurar que los dos espías que participaron se encontrarían refugiados en Guatemala, y al parecer, pagados por el gobierno del estado de Puebla, luego de que la PGR ha seguido investigando lo acontecido.
Alós asegura que la PGR tiene mucho interés en este caso, al grado que él ha sido citado en cinco ocasiones por la fiscalía que lleva la investigación del supuesto espionaje que realizó un comando en contra del FCP, bajo la dirección de Alejandro Fernández Soto, secretario técnico del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del gobierno del estado.
La tarde del 23 de marzo de este año, integrantes del FCP detectaron que había una camioneta desde donde eran espiados antes de que iniciaran una reunión en la sede del Suntuap, en la cual discutirían temas relacionados con el Lydiagate que se había desatado un mes antes. Los ocupantes del vehículo fueron retenidos y llevados a la PGR. Horas después se quiso aparentar que los espías eran “reporteros” de TV Mundo, incluso Alós así lo aseguró en algunos noticieros de radio.
Un día después, este columnista aseguró que Alós era “un hombre peligroso” y que además actuaba como mercenario al prestarse al juego de Alejandro Fernández.
El dueño del portal de internet TV Mundo ayer dijo que su interés de hablar con el autor de este texto es porque quiere demostrar que no es “un hombre peligroso”, y que además fue usado de manera indebida por el gobierno del estado, situación que expondrá la próxima semana en una rueda de prensa que ofrecerá en la ciudad de Puebla.
¿Será cierto esto? No lo sé. La fama de Alós es mala, y muchos colegas lo consideran un periodista poco o nada confiable. No tengo más elementos que reproducir lo que se dice de él. Tal vez no sea así. A continuación le cuento lo que me dijo este hombre:
En la última reunión de la Conago, dice Gabriel Alós que supo de voz de un funcionario público que Fernando Orellana del Pozo y Juan Fernando Cordero García, quienes eran los espías que descubrió el FCP, estaban en Guatemala.
Un día aprovechando la reciente gira que Felipe Calderón Hinojosa hizo al extranjero, Alós asegura que pudo desprenderse del grupo de prensa que acompañaba al presidente electo, y en la capital guatemalteca pudo localizar a los supuestos “topos” de Alejandro Fernández.
Según Alós, uno de ellos, reconoció que siguen recibiendo un pago mensual desde alguna dependencia del gobierno del estado y que están ahí para protegerse del proceso penal que seguramente les iniciará la PGR por presuntas actividades ilícitas.
Ambos sujetos, continúo, son muy jóvenes, ya que rondan entre los 22 y los 24 años de edad, pero no son novatos, ya que fueron enviados al extranjero a entrenarse en actividades de espionaje.
Incluso, dijo, ha logrado obtener información de que ambos sujetos son parte del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública debido a que un tío de los dos es funcionario de ese organismo oficial.
Cuando en una ocasión TV Mundo necesitaba de camarógrafos –narró–, se emitió una convocatoria para reclutar personal y llegaron estas personas, que pese a no poseer equipo propio tal como se pedía, se les contrató como freelance. Su desempeño no era malo; por el contrario, demostraron tener un dominio para hacer grabaciones de audio y video, además de recabar información.
Por eso –asevera–, las primeras horas en que ocurrió el incidente con el FCP él salió en defensa de ambos camarógrafos o reporteros, pensando que estaban haciendo un trabajo para TV Mundo; y que el vehículo y las cámaras que les decomisaron eran de la compañía, pero resultó que no era así.
Cuando Alós dice que compareció ante la PGR se percató de que la camioneta en que fueron descubiertos los “topos” tenía equipo de espionaje valuado en 600 mil dólares. Era muy sofisticado. No se acerca en nada a las cámaras de 6 mil dólares que tiene su empresa. Las credenciales que presentaron no son iguales a las de TV Mundo, sino son totalmente distintas.
Por eso considera que lo ocurrido con estos “topos” es igual de escandaloso que el espionaje que permitió conocer conversaciones privadas del empresario Kamel Nacif con importantes políticos de los ámbitos local y nacional, pues se pregunta: ¿para qué quiere el gobierno un equipo de 600 mil dólares?
Y luego se enteró de que el trabajo de camarógrafos era una pantalla que utilizaban para realizar filmaciones y escuchas por órdenes de algún funcionario gubernamental.
Este hombre sostiene estar agraviado por la forma en que el gobierno utilizó su nombre y el de su compañía para justificarse. Que ante la PGR ya presentó pruebas –como son recibos de honorarios– para demostrar que era un tanto informal su relación con los espías y que actualmente ha quedado como simple testigo en la investigación que se sigue.
¿Será esto cierto? Con el tiempo se sabrá si este periodista está diciendo la verdad o es una treta.
Que no habrá reelección en el IEE
Un rumor que ayer corría es que se estaría analizando no permitir la reelección de ningún consejero del Instituto Estatal Electoral (IEE).
La razón es muy sencilla: no existen bases firmes para definir quién de los actuales consejeros pueden repetir en el cargo y quién no.
Por tanto, si alguno de los integrantes del instituto es nuevamente electo por el Congreso, los otros miembros del IEE pueden reclamar que también deberían tener la misma oportunidad, sobre todo cuando no existen criterios para aceptar a uno y rechazar a los otros. Y eso los podría llevar a iniciar un juicio por considerar que se violaron sus derechos políticos.
Y se dice que tendrían muchas posibilidades de ganar.
Repito, lo anterior es uno de tantos rumores y especulaciones que hay sobre este tema, pero aun así, lo anteriormente expresado podría ser algo posible.

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