miércoles, septiembre 12, 2007

Ricardo Alemán

Itinerario Político
Ricardo Alemán
12 de septiembre de 2007

Guillotina y pataleo

En esta ocasión se hermanaron casi todos los otrora arrogantes medios electrónicos

Los legisladores del poderoso tripartidismo quisieron aparecer como “salvadores de la patria”

Hace poco más de un año, la ley Televisa hermanó a los diputados de todos los partidos con uno de los más importantes poderes fácticos, los barones de la radio y la televisión. Y en sólo siete minutos aprobaron dicha reforma, sin siquiera leerla, según confió luego el entonces diputado Pablo Gómez.

Ayer, en un inédito de la vida política mexicana, los otrora hermanos de conveniencias mutuas aparecieron como enemigos y se enfrentaron en una discusión a veces fuerte, intensa, pero que en realidad no fue más que una grosera tomada de pelo a los señores de la televisión y la radio, una suerte de cobro de facturas. O si se quiere, una venganza.

Y es que mientras que discutían los representantes de la radio y la televisión con senadores de las comisiones involucradas en la reforma electoral, y en donde casi a ruegos los concesionarios pedían tiempo y un análisis más a fondo de la reforma —debate difundido en una sui géneris “cadena nacional” ordenada por concesionarios de radio y televisión—, el Senado de la República difundía el texto final del dictamen de dicha reforma, que hoy entrará a primera lectura al pleno del Senado y hasta podría ser aprobado.

Es decir, el espectáculo que quiso ser de fuerza —y que presentó a los pesos pesados de cada uno de los bandos— no fue más que la exhibición pública del músculo de los senadores, de saber “quién manda” en los nuevos tiempos políticos mexicanos: la insultante “partidocracia”. Y en efecto, hasta la noche de ayer no se había aprobado el dictamen, pero la realidad es que nadie tomó en cuenta los gritos y sombrerazos de los concesionarios de la radio y la televisión.

Lo curioso del caso es que contra lo ocurrido con la ley Televisa, en esta ocasión se hermanaron casi todos los otrora arrogantes medios electrónicos para enfrentar a los otrora sumisos legisladores —Pablo Gómez, el que no leyó la ley Televisa, incluso se aventó la puntada de sugerir que era tal el rechazo a la radio y la televisión en materia electoral, que ese fue el factor clave para unificar el agua y el aceite, al PAN, PRI y PRD—, en tanto que arropados como verdaderos “hombrecitos”, los legisladores del poderoso tripartidismo quisieron aparecer como “salvadores de la patria”.

Cuando los concesionarios preguntaban y repreguntaban a los senadores, cuando hablaban de las fealdades de la reforma —porque ya ni se acordaron del IFE y de su Consejo General—, en el dictamen final se confirmaba que el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, había sido guillotinado y casi se le puso fecha a su salida —en dos o tres meses, según la ruta legislativa de la reforma—, la primera guillotina de un acuerdo que echará a casi todos los actuales consejeros para los meses previos a 2008. ¿Y por qué decimos que saldrán casi todos los actuales consejeros del IFE?

Muy fácil, porque el acuerdo al que llegaron los tres grandes partidos para decapitar al IFE, para someterlo a los partidos a través del Congreso, y para convertirlo en un árbitro que hará su trabajo bajo la permanente guillotina de que si no se doblega a los partidos les pasará lo mismo que al señor Ugalde, lleva incluida una negociación de reparto, en el que tres de los actuales consejeros, que le deberán su “chamba” al PAN, serán los únicos que terminarán la gestión para la que fueron seleccionados; es decir, terminarán en 2010.

El artículo transitorio que acordaron PRI, PAN y PRD, y que hizo posible salvar la crisis del IFE, dice en su artículo cuarto: “La Cámara de Diputados procederá a integrar el Consejo General del Instituto Federal Electoral conforme a las siguientes bases: a) elegir a un nuevo consejero presidente, cuyo mandato concluirá el 30 de octubre de 2013; llegado el caso, el así nombrado podría ser reelecto por una sola vez, en los términos establecidos en el citado párrafo tercero del artículo 41 de esta Constitución”. Apartado b) “Elegirá, de entre los ocho consejeros electorales en funciones a la entrada en vigor de este decreto, a tres que concluirán su mandato el 15 de agosto de 2008 y a tres que continuarán en su encargo hasta el 30 de octubre de 2010”.

Apartado c) “Elegirá dos nuevos consejeros electorales, cuyo mandato concluirá el 30 de octubre de 2016”. Apartado d) “A más tardar el 15 de agosto de 2008, elegirá a tres nuevos consejeros electorales que concluirán su mandato el 30 de octubre de 2013”. Si se revisa con cuidado, tres de los actuales consejeros terminarán el periodo para el que fueron electos. ¿Cuáles serán? Eso lo determinará la Cámara de Diputados, pero se sabe que esas tres posiciones ya fueron entregadas al PAN. Las restantes seis posiciones, incluido el presidente, se elegirán de manera paritaria, dos para cada uno de los grandes partidos.

De esa manera, para las elecciones federales de 2009, en las que el PAN le apuesta a un crecimiento histórico en la Cámara de Diputados, ese partido contará con cinco consejeros electorales afines a sus filas e intereses. Esa es una de las partes fundamentales de la negociación, que en las elecciones de 2009 el PAN cuente con una mayoría de consejeros bajo su influencia. Gracias a ese acuerdo sacrificó a Luis Carlos Ugalde. Pero incluso la fórmula que acordaron los partidos para decapitar al IFE deja por todos lados un evidente tufo de venganza. ¿Por qué? Porque la fórmula para seleccionar a los nuevos consejeros es la misma que se utilizó para seleccionar a los actuales.

Pero lo más grave del asunto es que el artículo cuarto transitorio, que tiene incluido el proyecto de dictamen que la tarde de ayer se difundió, tiene una laguna que no se sabe si es producto de un error técnico o que ni siquiera se hicieron bien las cuentas. El primero en salir será el consejero presidente. Luego, de entre los ocho restantes, tres concluirán su mandato el 15 de agosto de 2008 y otros tres el 30 de octubre de 2010. Si se realiza una suma elemental, resulta que el transitorio sólo toma en cuenta a siete consejeros, para ser relevados desde la entrada en vigor del decreto hasta 2010. ¿Y los dos restantes? Nadie sabe. Una muestra de lo bien que se hizo la reforma.

aleman2@prodigy.net.mx

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