martes, enero 09, 2007




Yo estuve ahí

Javier Palou García

palou2006@hotmail.com


MEDIOS DE COMUNICACIÓN
ideas basadas en el pensamiento de Ignacio Ramonet
Javier palou garcía.

"You don't know the power
of the dark side”
Darth Vader

Los medios de comunicación (todos), han sido durante décadas, en el marco democrático, un recurso que, como ciudadanos, teníamos contra los abusos de poder. Hoy día en México esto ya es casi imposible, por ahí se asoma la descomposición del poder político, quien es el responsable de las violaciones a los derechos humanos, y de la negativa a dejarnos elegir libremente a nuestros gobernantes. Anteriormente los periodistas, armados de gran valor, decidían denunciar dichas violaciones, aún a costa de su propia vida, eran la voz de los oprimidos, llegó a ser manejado como el cuarto poder, hoy sin embargo, el poder político representado por el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, al haber fracasado rotundamente en sus tareas, usan a los medios de comunicación para conseguir lo que no pudieron lograr con su trabajo, legitimidad, reconocimiento, y nuevas oportunidades. No obstante habrá que ir más adentro en el estudio y comprenderemos que los grandes grupos económicos son el “gran poder” y usan y abusan de los tres primeros poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y estos a su vez, por medio de los medios de comunicación solventan sus errores, fracasos y tapan y ocultan sus jugosos negocios. Así fue como, poco a poco, se desinfló el cuarto poder, perdiendo su función esencial de -contrapoder-. Campañas en medios para desestabilizar un gobierno – léase caso Venezuela- o campañas mediáticas para impedir que gobierne la izquierda, como el caso de México, y es que la información pasó a ser, una mercancía y de gran valor por cierto. Por eso, los dueños de los medios de comunicación adquieren periódicos, estaciones de radio y televisión, agencias informativas y páginas de Internet, para así concentrar toda la información y que sea hegemónica, por supuesto que de esta manera “su” información tiene más valor.

La “guerra sucia mediática” librada en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez es la réplica exacta de lo que hizo, de 1970 a 1973, el periódico El Mercurio en Chile contra el gobierno democrático del presidente Salvador Allende, hasta empujar a los militares al golpe de Estado. Campañas semejantes, donde los medios de comunicación pretenden destruir la democracia, podrían reproducirse mañana en Ecuador, Brasil o Argentina.
En México, lo acabamos de vivir exactamente igual, es la misma táctica contra toda reforma legal que intente modificar la jerarquía social y la desigualdad de la riqueza. Al poder de la oligarquía tradicional y al de los típicos reaccionarios, se suman actualmente los poderes mediáticos. Juntos -¡y en nombre de la libertad de expresión!- acaban con los programas que defienden los intereses de la mayoría de la población. Tal es la fachada mediática de la globalización. Revela de la forma más clara, más evidente y más caricaturesca la ideología de la globalización liberal.

Medios de comunicación masiva y globalización liberal están íntimamente ligados. Por eso, es urgente desarrollar un pensamiento sobre la manera en que los ciudadanos podemos exigir a los grandes medios de comunicación mayor ética, verdad, respeto a una ética que permita a los periodistas actuar en función de su conciencia y no en función de los intereses de los grupos, las empresas y los patrones que los emplean.

En la nueva guerra ideológica que impone la globalización, los medios de comunicación son utilizados como un arma de combate. La información, debido a su explosión, su multiplicación, su sobreabundancia, se encuentra literalmente contaminada, envenenada por todo tipo de mentiras, por los rumores, las deformaciones, las distorsiones, las manipulaciones. La información está contaminada. Nos envenena la mente, nos contamina el cerebro, nos manipula, nos intoxica, intenta instilar en nuestro inconsciente ideas que no son las nuestras. Por eso, es necesario elaborar lo que podría denominarse una “ecología de la información”. Con el fin de limpiar, separar la información de la “marea negra” de las mentiras, cuya magnitud ha podido medirse, una vez más, durante la reciente invasión a Irak, o no tan lejos, aquí, en “nuestro” proceso electoral. O qué me dice usted de la información sobre Oaxaca.

Estas megaempresas contemporáneas, mediante mecanismos de concentración, se apoderan de los sectores mediáticos más diversos en numerosos países, en todos los continentes, y se convierten de esta manera, por su peso económico y su importancia ideológica, en los principales actores de la globalización liberal. Al haberse convertido la comunicación (extendida a la informática, la electrónica y la telefonía) en la industria pesada de nuestro tiempo, estos grandes grupos pretenden ampliar su dimensión a través de incesantes adquisiciones y presionan a los gobiernos para que anulen las leyes que limitan las concentraciones o impiden la constitución de monopolios o duopolios. (Ley televisa)

La globalización es también la globalización de los medios de comunicación masiva, de la comunicación y de la información. Preocupados sobre todo por la preservación de su gigantismo, que los obliga a cortejar a los otros poderes, estos grandes grupos ya no se proponen, como objetivo cívico, ser un “cuarto poder” ni denunciar los abusos contra el derecho, ni corregir las disfunciones de la democracia para pulir y perfeccionar el sistema político. Tampoco desean ya erigirse en “cuarto poder” y, menos aun, actuar como un contrapoder.

Si, llegado el caso, que, -ya llegó aquí- constituyeran un “cuarto poder”, éste se sumaría a los demás poderes existentes -político y económico- para aplastar a su turno, como poder suplementario, como poder mediático, a los ciudadanos.

Conciencia y Responsabilidad es lo que debemos de pedir a los periodistas o informadores, conciencia de la magnitud de lo que pueden provocar con sus palabras y responsabilidad al hacerse cargo de sus actos. México no está exento de lo que hace unos días pasó en Estados Unidos con la publicación de las fotos de un grupo de periodistas que recibieron durante años, dinero gubernamental para hablar mal de Cuba y apoyar al Gobierno Norteamericano, en su intento de recuperar la isla. Casualmente uno de ellos escribió en contra de López Obrador, comparándolo con Madero en su comportamiento.
Hay por cierto, circulando un volante con una caricatura de los periodistas conocidos de la televisión mexicana, que para un grupo representativo de ciudadanos, no han estado informando con veracidad, y sus correos electrónicos han sido saturados exigiendo que digan la verdad y actúen con objetividad, ya escuchaba yo, a López Doriga preguntando que quien va a ser el responsable si se suscita un acto de violencia, mucha responsabilidad la van a tener sin duda alguna, los propios medios de comunicación. Porque se acabó la comodidad de juzgar sin ser juzgado.

Por todo lo anteriormente escrito, tenemos que valorar el periodismo que viene realizando en Puebla el periódico CAMBIO, con Mejía, Rueda, Sánchez Andraca, Munive, y Ríos que luchan por restaurar el “contrapoder” tan necesitado en nuestro México. De esta manera, la libertad que da CAMBIO, es sólo la extensión de la libertad colectiva, fundamento de la democracia, y su fuerza es, ante todo, moral, basándose siempre, en la ética, valores que aún existen, y además, se ponen en práctica, para fortuna de muchos de nosotros.

Por último, muchas felicidades en esta Navidad atropellada por la represión de los medios de comunicación y la terrible ola de violencia gubernamental que se vive en Oaxaca, hagamos una reflexión profunda sobre cómo queremos vivir el próximo 2007, aprovechemos esta oportunidad que nos dan las vacaciones para estar con la familia, y con nosotros mismos, ganemos la batalla al miedo.

Resiste Oaxaca…. Resiste
Resiste México… Resiste




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