martes, febrero 20, 2007

uan Pablo Proal
Se impone el PRI en la elección de los magistrados del TEEP


El Congreso del Estado eligió ayer a los magistrados que integrarán al Tribunal Electoral del Estado (TEE) para el periodo 2006-2012. La mayoría priista --en alianza con el PRD, PT y PVEM-- logró ratificar en su cargo a los magistrados Reynaldo Lazcano y Gabriel González Alegría, así como la designación del jurista Antonio Oropeza.


El Partido Acción Nacional fracasó en su intento de obtener una posición en el TEE con el arribo de Luis Felipe Burgos, su carta principal, que fue rechazada por la fracción priista.


De acuerdo con el Código de Procedimientos Electorales, el Poder Legislativo debió priorizar la figura del consenso para la renovación del TEE. Sin embargo, ambos grupos políticos frustraron las negociaciones; debido a que el blanquiazul se mantuvo firme en impulsar a Burgos, y el PRI, por su parte, en oponerse a su nombramiento. Por lo tanto, la selección de los magistrados se presentó mediante la figura de mayoría calificada.


El nombramiento de los magistrados se dio justo el último día en que concluía el plazo para designarlos. Y los nuevos titulares del órgano electoral tomaron protesta apenas un par de horas antes de la media noche.


Hasta el jueves por la mañana, el PAN confiaba en que algunos diputados priistas y el resto de los partidos de oposición votarían a su favor. Conforme transcurrió la sesión de este jueves, la fracción parlamentaria del blanquiazul se percató de que no lograría las dos terceras partes de los sufragios (equivalen te a 27 votos) para nombrar a Burgos, con lo que pretendieron prolongar el proceso de renovación del organismo alegando una presunta violación al procedimiento de designación.


Los diputados panistas, liderados por Víctor León Castañeda, argumentaron que la mesa directiva violó el procedimiento de designación del TEE debido a irregularidades en la sesión, como la aparición de boletas de más o que algunos legisladores votaron por más de tres magistrados.


Sin embargo, el Código Electoral no prevé sanción alguna o un procedimiento específico para estos casos, pues las boletas que aparecieron de más no estaban relacionadas directamente con los magistrados que tenían más posibilidades de ser designados.


*El fracaso de la negociación panista


El Congreso del Estado había pospuesto su sesión del miércoles pasado para continuarla ayer, justo a las once horas. Sin embargo, la reunión legislativa inició hasta el medio día, cuando el presidente de la Mesa Directiva, Miguel Ángel Ceballos, tomó el micrófono sólo para anunciar un nuevo receso.


El retraso se presentó debido a que las negociaciones continuaban entrampadas. Además, entre los legisladores se filtró la versión de que el presidente de la Gran Comisión, Pericles Olivares Flores, se había retrasado debido a que había sostenido una reunión previa con el secretario de Gobernación, Javier López Zavala.


De cualquier forma, la mañana del jueves la postura del PRI y del PAN era invariable. Los primeros querían la ratificación de Lazcano y González Alegría, así como el veto de Burgos; los segundos, insistían en nombrar a este último magistrado. Para ello, el blanquiazul intentó convencer a los diputados de oposición para que votaran, en bloque, junto con ellos.


Además, el propio senador panista Rafael Moreno Valle encabezó el día anterior una reunión con los diputados Leticia Jasso y Hugo Alejo, del SNTE, para convencerlos de votar junto a Acción Nacional. También se había difundido la versión de que al menos tres diputados del tricolor ya habían aceptado sufragar junto con la fracción panista. Pero, a fin de cuentas, sólo un diputado se anexaría a los legisladores del PAN.


La sesión del Congreso local se reanudó pasadas las 14 horas. En su intento por vencer a la mayoría priista, los diputados de Acción Nacional pidieron a la mesa directiva que el voto se realizara en un salón anexo a la tribuna, en completo secreto. La misiva fue secundada por los partidos Convergencia, Verde Ecologista, de la Revolución Democrática, así como los diputados independientes del SNTE.


No obstante, la mayoría priista se opuso y frustró la iniciativa panista. Incluso el recién declarado “priista independiente” Héctor Alonso fortaleció la postura de la fracción tricolor al argumentar que “no hay nada que hacer en lo oscurito (sic)”.


Con este antecedente, comenzó la maratónica votación –que duraría siete horas en total—para elegir a los tres magistrados propietarios e igual número de suplentes. Uno a uno, la mesa directiva leía los nombres de los aspirantes que serían votados. En consecuencia, los legisladores debían pasar al estrado a depositar su papeleta.


Para ser nombrado magistrado, los inscritos debían obtener la aprobación de las dos terceras partes de los 40 legisladores presentes.


Desde un inicio, el nombre de Luis Felipe Burgos Otero fue desechado. El PAN sólo logró cinco votos de más para su propuesta; es decir, el aspirante tuvo un total de 15 sufragios de los 27 que necesitaba. Este fue el antecedente que motivó a los panistas a tratar de deslegitimar el proceso de renovación del TEE.


Mientras tanto, la votación siguió. Y el segundo personaje en ser rechazado fue Roberto Díaz Sáenz, presidente de la Comisión de Acceso a la Información Pública, quien no obtuvo voto alguno a su favor. Minutos después los diputados votaron al magistrado Gabriel González Alegría. El jurista –que sería ratificado en una segunda ronda— consiguió 26 votos, contra 14 en contra. Le faltó un sufragio para ser reelecto en la primera votación.


* Inconsistencias en el procedimiento


El procedimiento de votación se desarrollaba con lentitud. En promedio, los legisladores sufragaban a tres inscritos por cada quince minutos. Con esta fórmula, la sesión que inició desde el miércoles pasado terminaría hasta las 22 horas del día siguiente.


En ese ambiente, se votó a una nueva propuesta del PAN: Guadalupe González Vargas. Esta licitación de la fracción blanquiazul logró aún menos votos que la anterior, con 13 sufragios.


Fue hasta alrededor de las 16 horas cuando la mayoría priista –en alianza con los partidos minoritarios—pudo nombrar a su primera ficha: Reynaldo Lazcano Fernández. El magistrado presidente quedó así ratificado, con una votación de 28 sufragios a favor y 12 en contra. No ocurrió lo mismo con su ex compañero Germán López Brun, quien fue rechazado por todos los diputados presentes.


El segundo en lograr la mayoría calificada fue Antonio Oropeza Barbosa, también impulsado por el PRI. Su figura captó 29 votos a favor y 11 en contra.


Fuera de estos personajes, el resto de los aspirantes no logró obtener ningún voto a favor o si acaso tres o cuatro.


El procedimiento transcurría en un ambiente de monotonía hasta que el Miguel Ángel Ceballos dio por concluida la votación a favor del aspirante número 22, Miguel Ortíz Cabrera. El anuncio motivó el reproche de su correligionario Fernando Morales, quien, junto con otros priistas más, no había depositado su sufragio.


Lejos de quedarse en una anécdota, el reclamo provocaría una profunda discusión entre las corrientes parlamentarias. En una actitud paradójica, los panistas exigieron entonces un conteo “voto por voto”, secundados por el diputado José Juan Espinosa, de Convergencia, y, en una primera instancia, por el propio Pericles Olivares Flores.


Fue entonces cuando arreciaron las intervenciones en tribuna a favor y en contra del nuevo conteo. “¡Pitágoras, ilumínalos!”, ironizó Olivares Flores en su primer uso de la palabra para persuadir a los panistas de que había sido un error en la repartición de las papeletas. Sin embargo, el humor del legislador rápidamente se transformó en furia, cuando, al pronunciarse a favor de un nuevo conteo, José Juan Espinosa le aplaudió la decisión.


“¡Explícanos cuál es tu artimaña!”, reviró, de forma inesperada, el presidente de la Gran Comisión.


Las declaraciones sorpresivas continuaron. Por ejemplo, el diputado del Partido del Trabajo, Mariano Hernández, espetó que algunos diputados “no pueden dar más de su inteligencia (sic)”.


Pero la controversia no terminó ahí. Los asesores jurídicos del PAN se percataron de que ya se habían emitido 127 votos a favor de los aspirantes, cuando se debían de haber depositado sólo 120. Es decir, algunos diputados eligieron a más de tres magistrados para ocupar un cargo en el TEE.


Según los diputados del blanquiazul, esta inconsistencia era violatoria del Código Electoral. Fue entonces cuando se declaró un nuevo receso.


*El desaire


Por mayoría, los legisladores decidieron que sólo se debía repetir la votación de los últimos dos aspirantes a magistrados –que ni siquiera figuraban en los candidatos con posibilidades—y quedó así sepultada la controversia de la posibilidad de un fraude.


Después de concluir la votación de los 25 aspirantes aún quedaba una posición por definir. Ya estaban seguros Lazcano y Oropeza.


La propuesta del PAN, Luis Burgos, se debilitó todavía más en la segunda vuelta: sólo obtuvo 13 votos a favor.


Después de que por procedimiento se votaran más y más aspirantes que no lograban más que uno o dos sufragios, llegó el turno de sufragar nuevamente al magistrado Gabriel González Alegría. Fue entonces cuando se ratificó que el PRI había convencido a los partidos de oposición minoritarios, pues el magistrado fue reelegido con 29 votos a favor y solo 11 en contra.


Con la designación de González Alegría quedó concluido el procedimiento para nombrar a los magistrados propietarios. Pero aún faltaba designar a los suplentes y ya habían pasado casi cinco horas desde que se había reanudado la sesión.


Con otra tediosa y larga votación, se nombró suplentes a Jorge Contreras, Guadalupe González y Miguel Ángel Ortiz. Pero este procedimiento no fue del todo llano. Y es que el diputado priista Fernando Morales no pudo ocultar su enojo tras el fracaso de su intento por nombrar suplente a su asistente, Fabiola Morales Serrano, que logró 17 sufragios a favor.


Al término de este procedimiento, la mesa directiva designó a una “comisión de honor” para tomar protesta a los magistrados, quienes desde hacía más de una hora aguardaban en la oficina de Olivares Flores, esperando el momento de ser nombrados. Aunque dicha empresa fue encargada a diputados panistas y de Convergencia, así como del resto de las corrientes, los legisladores blanquiazules y el propio Espinosa Torres desairaron a los magistrados electos y no formaron parte del protocolo.


Para estas alturas ya habían abandonado el recinto legislativo los legisladores panistas Óscar Anguiano y Belén Chávez, en rechazo por el nombramiento de Lazcano Fernández.


En este ambiente rindieron protesta Reynaldo Lazcano, Gabriel González Alegría y Antonio Oropeza como magistrados del TEE para el periodo 2006-2012. Al término del acto protocolario, todos los juristas minimizaron el rechazo de Acción Nacional y lo calificaron como “parte de la democracia”.

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