viernes, marzo 30, 2007

Columnistas

Duelo de Espadas
Edmundo Dantés

condemontec@hotmail.com



Caricaturización del político tradicional
Desprestigiada y autoevidenciada como nunca antes, todos los días la clase política tradicional poblana muestra impúdicamente sus miserias. Veamos: primero fue la mayoría priísta del Congreso local, que se gastó cerca de 500 mil pesos de recursos públicos, para darse unas inmerecidas vacaciones en Cancún y regalarle a Pericles Olivares un membrete que en nada beneficiará a Puebla, como él mismo lo reconoció.
Pocos días después, Omar Álvarez Arronte e Ignacio Mier Velasco protagonizaron un vergonzoso zafarrancho, más propio de una cantina o de un juego de fútbol llanero que de altos funcionarios municipales. Por la misma fecha, Jorge Ehlinger Coghlan externó lo que verdaderamente piensa de una
militancia panista – según él y las evidencias recientes- comprable, manipulable, manejable y con excepcional apego a la línea.
Hoy, la camarilla panista que gobierna Huehuetlán el Grande y que es encabezada por el edil Leandro Barrales Meza dirime sus diferencias a balazos y emboscadas, como en los peores tiempos del priísmo, aunque la dirigencia estatal del PAN quiera desmarcarse del problema culpando a la de por sí muy cuestionada secretaría de Gobernación.
Al mismo tiempo, el munícipe priísta de Zapotitlán Salinas, Mario Fuentes, es encarcelado por golpear y robar 3 mil pesos a uno de sus colaboradores. Es liberado después de pagar 10 mil pesos de fianza y comienza a especularse con que su detención no fue un asunto judicial, sino político, un ajuste de cuentas porque – supuestamente – el indiciado no quiso apoyar al candidato del PRI en la pasada contienda federal.
Estos vergonzosos incidentes - más propios de las páginas policíacas que de las secciones políticas de los diarios - demuestran claramente el bajísimo nivel de la clase política tradicional, cuya rapacidad, ambición, falta de ética y de sensibilidad los lleva a recurrir a los golpes, los balazos y los excesos contra las arcas públicos.
Sabedora de su propio desprestigio individual y colectivo, parece decidida a “vengarse” de la sociedad robándole, escandalizándola y llevándola a aborrecer la gestión pública y a seguirse encerrando en un destructivo individualismo y, al mismo tiempo, en una abierta confrontación con las autoridades e instituciones.
Aunque ellos no lo quieran aceptar, lo cierto es que los políticos y gobernantes de siempre acarrean un severo desprestigio y descrédito social, que los hace – prácticamente – inelegibles para participar en cualquier competencia comicial, con posibilidades reales de ganar.
Por esto, resulta ridículo escuchar las cándidas declaraciones de miembros del PRI rechazando la posibilidad de que un candidato “priísta químicamente puro” los represente en la contienda local de noviembre invocando el discurso de la “militancia”. Parecen olvidar que un “priísta químicamente puro” los llevó a la debacle electoral de julio pasado.
Su amnesia selectiva y exigencia de cuotas de poder los hace olvidar el severo desprestigio y descrédito del PRI, sobre todo en una ciudad conservadora y antipriísta (no necesariamente panista), como Puebla, donde en 10 años han ganado 3 elecciones (1997, 98 y 2004) y perdido 4 (2000, 2001, 2003 y 2006).
Es entendible el patrimonialismo de la clase política tradicional, tanto en el PRI como en el PAN, porque los han usufructuado durante décadas. Temen que cuadros nuevos los desplacen y se saben en desventaja frente a cualquier persona que no cargue con su descrédito.
En este sentido, es posible que el PAN pueda darse el lujo de postular a un becerrito y ganar la elección, porque su desprestigio es mucho menor al del PRI, que – en contraste – solamente con un buen candidato tiene la posibilidad de, apenas, ser competitivo. Si los priístas no entienden esa realidad y actúan en consecuencia, seguirán bocabajeados por un panismo que ha demostrado su incompetencia para gobernar, pero que gana sólo por su actitud de cachavotos.

Estocada
Una vez que el PRIANAL aprobó la contrarreforma del ISSSTE se entiende claramente que no es casual el “apego” que Felipe Calderón Hinojosa ha mostrado hacia los gobiernos estatales priístas, incluyendo el particular “afecto” que externa a favor de dos mandatarios a los que poco antes su partido y él mismo querían quemar en leña verde: Mario Marín Torres y Ulises Ruiz Ortiz.
Como lo hemos dicho reiteradamente en este espacio, Calderón Hinojosa dejó a un lado los principios éticos y legales del PAN, para quedar bien con el PRI a cambio de que éste siga siendo su achichincle legislativo en la aprobación de todas las contrarreformas que debe sacar adelante, para quedar bien con quienes lo impusieron en la presidencia. El panismo necesita cómplices y está dispuesto a todo para obtenerlos.
El tricolor se confirma como la “bisagra” que se ofrece al mejor postor. Sus votos en las cámaras alta y baja tienen un precio y se venden a quien les pueda pagar mejor o quien les garantice una mínima parcela de poder, aunque esto implique olvidarse de sus principios ideológicos y programáticos.
El PRD se aísla y lo aíslan cada vez más, como lo hizo anteayer el propio Calderón Hinojosa en su “discurso de felicitación” a los representantes del PRIANAL por aprobarle su contrarreforma del ISSSTE. Los éxitos y fracasos del actual régimen no podrán – nunca – ser achacados al perredismo o a la
izquierda

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