martes, mayo 22, 2007

CUITLATLAN

La lección de Yucatán

Fermín Alejandro García

El resultado de las elecciones de Yucatán deberían de servir de lección para el Partido Acción Nacional (PAN) poblano acerca de las consecuencias de que se siga intentando frenar a la ex secretaria de Sedesol, Ana Teresa Aranda, en su intento de ser candidata a la presidencia municipal de Puebla. Pues guardando las proporciones, en la capital poblana se podría producir un escenario similar al de la entidad yucateca de acuerdo a lo que ocurrió con Ana Rosa Payán.

En Yucatán, el Partido Acción Nacional se mostró soberbio y excluyó a Ana Roya Payán, lo cual le costó perder la gubernatura, pese a que hace algunos meses parecía ser un partido invencible. En Puebla, la ex secretaria de Sedesol actualmente tiene un índice de aceptación electoral, no entre panista, sino en la población abierta del 60 por ciento. Esto es, solamente cuatro de cada 10 electores no votarían por ella para que fuera el próximo edil de la capital. Por lo que si se excluye de la contienda, como a su similar yucateca, podría significarle al albiazul sufrir una derrota en la capital poblana.

En el Partido Acción Nacional quien está al frente en las preferencias de los militantes es Antonio Sánchez Díaz de Rivera, le sigue la señora Aranda y al final está el diputado federal Francisco Fraile García.

Pero en las preferencias del electorado hay un cambio radical –según encuestas de La Jornada de Oriente–, pues la popularidad de Aranda se dispara, pues tan sólo en una semana subió 10 puntos el número de ciudadanos que dicen verla como la mejor opción.

En el segundo lugar, según el mismo sondeo, no es para Antonio Sánchez, sino para Francisco Fraile García, quien en el PAN está siendo despreciado por la militancia, pero no así por el electorado, en donde el 40 por ciento lo aprueba y el 60 por ciento lo rechaza.

Con esa calificación el ex senador le podría ganar a cualquiera de los aspirantes priistas –como Javier López Zavala, Roberto Ruiz Esparza o Eduardo Kuri Chedraui– que no repuntan.

Ese no es el caso del ex presidente nacional de Coparmex y diputado federal Antonio Sánchez Díaz de Rivera, quien tiene un índice de rechazo tal que lo podría derrotar cualquiera de los priistas antes mencionados.

A partir de los anteriores datos, se puede hacer el siguiente paralelismo:

Las similitudes entre Ana Roya Payán y Ana Teresa Aranda no es solamente que ambas fueron directoras del DIF nacional en el gobierno de Vicente Fox Quesada, sino que las dos panistas, antes de que iniciaran campañas electorales en las plazas a las que pertenecen, estaban clasificadas como la mejor opción del Partido Acción Nacional para competir y derrotar al Partido Revolucionario Institucional.

A la yucateca le hicieron un fraude electoral para que no ganara la candidatura. A la guanajuatense, pero avecindada en Puebla, no le quieren dar el pre–registro por un requisito mínimo como es su solicitud de ciudadanía poblana.

En Yucatán el aparato del Partido Acción Nacional le apostó por Xavier Abreu, un hombre del equipo del mandatario Patricio Patrón Laviada, a quien ayudaron para convertirse en candidato a gobernador mediante el reparto de despensas y de dinero. Aquí en Puebla todo indica que Antonio Sánchez Díaz de Rivera es el candidato del aparto oficial del blanquiazul que es dirigido por Rafael Micalco.

La respuesta en Yucatán fue la deserción de Payán, quien le tumbó casi cuatro por ciento de votos al Partido Acción Nacional al irse a otras opciones partidistas.

En Puebla se antoja imposible que Aranda se vaya del albiazul, pero el hecho de ella no sea la candidata pudiera significar una caída de votos en Acción Nacional.

Estas observaciones parecen pasar inadvertidas entre los panistas locales, una muestra es la poco sensata declaración que hizo el dirigente estatal del PAN, Rafael Micalco, quien dijo que el factor Ana Rosa Payán no influyó en Yucatán. Mientras él decía eso, el presidente nacional de dicho instituto político, Manuel Espino, anunciaba un intento de reconciliación con la ex directora del DIF, luego de admitir que su salida del blanquiazul si “golpeó” a su partido.

En el Partido Revolucionario Institucional existe plena conciencia de que sus niveles de aceptación ya no van a subir. Su estrategia que va a seguir es buscar que impulsar a candidatos populares y que los votos antipriistas, que son muchos, en lugar de irse con el Partido Acción Nacional se vayan a otras opciones, como es el Partido de la Revolución Democrática o partidos como el Panal, en donde podrían ser candidatos el ex panista Gabriel Hinojosa Rivero o el ex futbolista Roberto Ruiz Esparza, quien también se podría ir a este partido bonsái.

Todos estos factores, faltando seis meses para las elecciones, podrían cambiar el rumbo de la contienda electoral. Y en el Partido Acción Nacional la soberbia está cegando a los directivos de dicho partido.

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