jueves, junio 14, 2007

Jaime Ornelas Delgado

TENDAJÓN MIXTO

Entre las derechas anda el cuento

Jaime Ornelas Delgado

Democracia simulada

Lo que ha hecho recientemente la Suprema Corte de Justicia respecto a declarar inconstitucionales algunos artículos de la llamada ley Televisa –denominación hecha a los cambios aprobados por el Congreso de la Unión a la Ley Federal de Telecomunicaciones y a la Ley Federal de Radio y Televisión–, está cumpliendo dos objetivos; uno, recuperar el prestigio de esa institución, prestigio tan dañado durante la presidencia de Mariano Azuela de infausta memoria; el otro objetivo, es devolver al gobierno la rectoría sobre el espectro radioeléctrico del país y poder, así, establecer con Televisa y TvAzteca una alianza que le permita a Calderón realizar campañas mediáticas en busca del consenso y la legitimidad que le negara el voto ciudadano.
Es lugar común decir que no se puede gobernar utilizando constantemente la represión, aunque el gobierno tenga el monopolio del ejercicio legítimo de la violencia. Ésta ha de ser la excepción –solución de última instancia–, mientras el consenso ha de ser permanente y, sin duda, la radio y la televisión son indispensables para lograr la aceptación de la dominación entre los ciudadanos. De ahí que no sorprenda que los cambios acordados por la Suprema Corte hayan si-do conocidos y avalados por Felipe Calderón antes de que fueran discutidos en sesiones públicas a partir del 28 de mayo pasado en la Cor-te, contribuyendo, así, esta institución a hacer de la democracia mexicana un juego fatuo, una mera simulación.
Aún más, nada tiene de democrático decir que ahora sí, con la rectoría gubernamental recuperada, podría autorizarse la salida al aire de una tercera cadena nacional de televisión. ¿Qué se ganaría con eso? ¿El país será más democrático? ¿Se podrá expresar la enorme pluralidad cultural existente en México? ¿O será que los sectores populares lograrán, con esa tercera cadena, exponer sus ideales, sus preocupaciones, sus propuestas políticas y debatirlas con otros actores políticos? Nada de eso ocurriría, la otra cadena de televisión, además de ponerse inmediatamente al servicio del poder, sería otro monopolio compitiendo con la banalidad y la trivialidad que inundan las pantallas de las dos cadenas existentes.

¿Habrá un Plan México?

El 7 de Junio de 2007 será una fecha inscrita en letras de oro dentro de la historia nacional, la estrategia de Felipe Calderón dio, por fin, sus frutos. Ese día, la ola de violencia en nuestro país registró más víctimas que la guerra en Irak. En efecto, el 7 de junio en México hu-bo 21 ejecutados, 10 heridos y ataques con explosivos contra dos se-des de la Policía Ministerial en Guerrero. En contraste, el parte de guerra en Irak informó de 15 civiles muertos en la zona de conflicto.
La razón para justificar la salida a las calles a los militares para combatir el narcotráfico, fue que la Policía estaba rebasada. Inquieta entonces responde a la pregunta de ¿qué pasaría ahora si el Ejército fuera superado por los delincuentes, qué quedaría? La respuesta parece de ficción, pero posible: solicitar la colaboración militar estadounidense. Esto sería el sustento del llamado Plan México que, similar al de Colombia, empezaría con una asesoría militar mientras, al mis-mo tiempo, oficiales yanquis asumen el mando y, sobre todo, deciden las estrategias de combate para enfrentar a la delincuencia organizada y controlar, con el Ejército como fuerza disuasiva, al movimiento social, arguyendo que sus integrantes son terroristas, o delincuentes que ponen en riesgo la paz y la tranquilidad social. Bueno, hasta pintan paredes dañando, así, la sacrosanta propiedad privada.

La suerte de Vicente Fox

Sin duda el presidente con menos luces para gobernar, debido a su profunda incultura e incapacidad para comprender los problemas so-ciales y económicos, haya sido Vicente Fox. Es difícil encontrar a otro presidente más pedestre que este personaje que, en su franca pérdida del sentido común y agrediendo a la inteligencia, ahora quiere equiparase con figuras señeras de la historia nacional.
A pesar de sus torpezas, Fox tuvo la suerte de contar con dos factores que evitaron el estallido de la crisis social: por un lado, los elevados precios internacionales del petróleo, que le permitieron a su go-bierno disponer de una buena cantidad de recursos para apuntalar sus demagógicos proyectos sociales; por el otro, las remesas familiares recibidas en México, que tan sólo en 2006 superaron los 23 mil mi-llones de dólares. Sin embargo, Calderón no ha tenido esa suerte, pues la tasa de incremento de las remesas familiares ha empezado disminuir y los precios del petróleo, aunque siguen elevados, han disminuido al grado que empieza a mostrarse una merma presupuestaria que tal vez ni siquiera la reforma fiscal que viene pueda resolver.

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