jueves, diciembre 07, 2006



Libros, mímica y madrazos

Segundo evento de la Biblioteca Colectiva "El Trubito"

El día domingo 3 de diciembre acudimos a nuestro segundo evento de la resistencia civil de promoción de la lectura en el zócalo, a través de una biblioteca colectiva. Este día hubiera sido estupendo, sino fuera por la represión. Vayamos por partes. A las once de la mañana en el zócalo se encontraban más personas que de costumbre, quienes acudieron a los diferentes eventos culturales que se dieron cita: primero se llevó a cabo un concierto de la orquesta municipal — en el lugar donde alguna vez hubo un templete— después, a las doce horas, varias presentaciones de mímica por el cierre del Festival Internacional Rodará, los cuales se presentaron en tres puntos del zócalo diferentes, y la mismo tiempo, en las esquinas, los grupos de payasos locales, que actúan por dinero. Y entre estas actividades culturares, bajo el asta bandera, justo a esas horas, nosotros y nuestra biblioteca colectiva que llegó a un acervo de alrededor de 500 libros.
Frente a nosotros, como se muestra en las fotos, estaba colocada una rara estructura de metal y plástico de color blanco, que se presume es una sala de lectura montada por el Ayuntamiento ¿una coincidencia que enfrente de nosotros? De ser así, la instalación de dicho espacio podría ser un triunfo de la resistencia, sino fuera porque nunca la abrieron
En cuanto a nuestro evento, a pesar de que en términos de infraestructura, no todo salió como imaginábamos y aún montado modestamente, el trueque resultó bastante bien. Mucha gente se acercó al puesto de libros, la mayoría no tenía conocimiento de que ahí se iba a celebrar un trueque, así que no llevaban ningún libro para intercambiar pero buscaron cómo hacerlo y la respuesta que les propusimos fue cambiarlo por bebidas boing o por dulces típicos de Puebla. Los niños fueron los más entrones, luego los adultos mayores que se llevaron muchas lecturas de política y sociedad. Ahí están las fotos que lo testifican. Una niña, vio el libro que le gustó volteó hacía sus papás insistiéndoles que fueran a comprar dulces para que ella se llevará su libro, regresó más tarde con los dulces en mano agarró el libro de su elección y se negó a entregar los dulces. Diez minutos de insistencia de sus papás y una cara compungida a punto de derramar el llanto, nos convencieron para dejarla ir con libros y dulces. De eso se trata nuestro movimiento: de tolerancia y convivencia.
Esta vez, además de la exposición de libros se colocaron mamparas con las portadas más recientes de La Jornada, caricaturas y fotos de la represión en Oaxaca y los discursos que el presidente legítimo de México dio el primero de diciembre en el zócalo y en las cercanías del Palacio de los Deportes. También se colocaron una serie de caricaturas colgadas en un tendedero. Los panistas como siempre se alejaban en cuanto se percataban que se trataba de un evento a favor del gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador. Mientras mi mamá colgaba unas caricaturas en un tendedero una señora le dijo “¡ardidos!, aguántense que ya perdieron” y más tarde otra piso una caricatura que se cayó. Al igual que el espurio cuando entró a usurpar legalmente un puesto que no le corresponde y como siempre, nuestros adversarios todo lo hacen por detrás. Pero no señoras ni somos ardidos ni estamos perdidos: estamos aquí, pueden vernos en el zócalo cada domingo intercambiando libros e información con nuestra comunidad...
Como a la una de la tarde llegaron Mario Ríos y los compañeros de la red Benito Juárez a instalar una carpa y dos mesas para ponerles actividades a los niños e iniciaron con una que consistía en crear un sombrero y hacer un cuento a partir de este (en las fotos la muestra de los niños y los sombreros). Y los niños terminaron sus lindos sombreros y empezaron a narrar sus cuentos.
En esas estábamos, oyendo a un niño narrar como un león se comió a un ratón, cuando un grupo de inspectores de Regulación y Registro del Ayuntamiento empezaron a darse de golpes con un joven que participaba en el evento de Rodará. Sabíamos que eran inspectores porque en la mañana cuando nos instalábamos fueron a preguntarnos quiénes éramos y qué íbamos a hacer. Nosotros vimos como ellos sometieron al chavo entre varios y se lo llevaban hacía el palacio municipal. Varios compañeros y compañeras de las redes se acercaron para ver lo que pasaba. Cuando estaban muy próximos a la entrada del palacio se les cuestionó el por qué de su acción y a la discusión se acercaron varios fotógrafos a tomar imágenes de la gresca. Los inspectores de regulación y registro retrocedieron y soltaron al chavo. Claro, ellos sabían de su gran error: como personal de Regulación y Registro no tienen facultad para detener a nadie sólo pueden denunciarlo y solicitar a una autoridad policíaca que lo detenga. Como veinte minutos más tarde ya estaban en el zócalo un comando de la fuerza especial Cebra y muy poco tiempo después otro de la policía especial que viste de negro y usa capuchas (están en una foto tomada del periódico intolerancia). Además de otros pares de policías municipales de los que dan rondas de por sí.
Entonces ocurrió algo inesperado. Desde donde estábamos nosotros (en medio del zócalo a la altura del pasaje del ayuntamiento) se vio como un grupo de la policía especial se acercaba en dirección a la esquina de la 2 norte (en donde se encontraba el chavo recién liberado y otras personas más) e instantes después regresaba por donde vino seguido de un grupo numeroso de personas que venían protegiendo al chavo y gritando “ganó la cultura, ganó la cultura” y entre esos gritos la voz del chavo indignado reclamándoles “¿Por qué me quieren venir a golpear? Ustedes están para defendernos, preocúpense por los ladrones, acaben con la inseguridad, yo no soy delincuente”. Mezclado con sus gritos se escuchaban muchos otros en el mismo sentido de reclamo de lo injusto de esa situación. Entre las personas que venían apoyando al chavo estaban otros artistas del festival y gente de nuestras redes, pero la mayoría eran ciudadanos que acudieron ahí simplemente a pasear, varios de ellos habían estado antes revisando los libros y platicando muy calmadamente, es decir, eran gente común y corriente que se movieron a rechazar lo indignante. La policía tuvo que retroceder.
Pero ¿cómo empezó la gresca? Se cuenta que el chavo agredido estaba vendiendo recuerdos alusivos al Festival Rodará y que llegaron los inspectores a levantarle su puesto porque no podía vender en la vía pública sin permiso, en la discusión se armaron de palabras y entonces, los golpes. Se dice también que esto fue el pretexto, porque además de que contaban con dicho permiso desde hace cierto tiempo, los chavos que integran este grupo artístico independiente se han visto presionados para presentar sus eventos como actos del gobierno y ante el rechazo a corporativizarse se les negó toda ayuda en la elaboración del festival, por eso desapareció el templete del zócalo y por eso se presentaron una serie de actos del Ayuntamiento para opacarlos. Pese a ello, sin ayuda, su festival clausuraba con gran éxito con grupos de mímica de otros países. También se cuenta que ya habían realizado varias funciones de una obra que contenía críticas al gobierno, en donde actuaban precisamente estos chavos que fueron agredidos. El caso es que a las cuatro de la tarde llegó también una patrulla que interrumpió con su sirena muy cerca de uno de los actos que se presentaba sobre la avenida Reforma y la cosa estaba muy tensa en contra de los integrantes de este festival.
No obstante, todo resultó: ellos clausuraron su festival frente a un numeroso público que no sólo los festejó, sino que los defendió y nuestra biblioteca colectiva circuló muchos libros entre la población (recogimos una hora antes por la lluvia). Podemos decir que este día los ciudadanos venimos a tomar la plaza pública para reconstruir nuestra cultura de manera autónoma, el gobierno, simplemente, no pudo soportarlo.

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