jueves, enero 18, 2007

Lo dice un Priísta


Ya no más Prian

Carlos Meza Viveros

Para regocijo de nuestros adversarios políticos, las actitudes asumidas por un importante número de legisladores de la bancada del PRI en las cámaras que conforman el Congreso de la Unión en la pasada gestión, tanto en San Lázaro Como en Xicoténcatl, llevaron a críticos, periodistas, analistas políticos y ciudadanos en general a endilgarnos el mote de Prian, que, a decir verdad, nos merecimos y de sobra.

El deslizamiento de nuestro Instituto Político, otrora defensor de las causas populares y de los sectores marginados, defensor de los programas sociales y promotor de una política social enemiga del conservadurismo y de los privilegios de la derecha sempiterna, para convertirse en dóciles peones de los intereses del neoliberalismo internacional, apoyados dada su justificada ideología por Acción Nacional y el entonces Ejecutivo federal Vicente Fox, nos llevaron a una serie de actos ominosos en contra de los principios rectores de nuestros estatutos y de nuestra plataforma ideológica.

Los ejemplos son abundantes. El apoyo incondicional de personajes enemigos del PRI, pese al hecho de haber militado y de haberse beneficiado durante décadas de este Instituto Revolucionario, fueron los arietes que trabajaron incansablemente para cumplir los designios de la ultraderecha, para aprobar una serie de reformas que no sólo atentaron contra el patrimonio de la nación, sino que se convirtieron en una seria amenaza para lograr la apertura indiscriminada a la entrega de nuestros recursos naturales, como el petróleo, el gas, y la energía eléctrica a manos de empresas extranjeras, lo que gracias a la defensa de legisladores con una acendrada conciencia de Estado y una vocación indeclinable al mandato estatutario de nuestro partido lo impidieron durante largos seis años.

No obstante ello, muchos de los gestores del gobierno de Fox en el Senado de la República ahora siguen siendo factor importante en las decisiones de nuestro futuro como país, destacando entre ellos el hoy diputado federal presidente de la bancada del PRI, Emilio Gamboa Patrón, quien es conocido ampliamente por su genuflexión y servilismo a los intereses de quienes deciden el cauce de la “democracia” en las elecciones y se convirtieron a la postre en los verdaderos electores, me refiero al duopolio televisivo, que con el apoyo incondicional de este grupo de priistas se alzó con la “victoria” en la aprobación de una ley que lesiona gravemente la economía de los mexicanos, hoy cuestionada por la dignidad y el desacuerdo de más de 40 senadores promotores de una acción de inconstitucionalidad, hoy en el trámite ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por ello es necesario y se hace indispensable que el PRI retome los causes y el sentido ideológico que le dieron origen a su creación como partido comprometido con los sectores sociales más desprotegidos, volver a la tutela del campesinado, del sector indígena, de los trabajadores, del sindicalismo, en suma de los sectores populares.

Vivimos este año, un año electoral, en donde se elegirán 217 ayuntamientos y la renovación del Congreso del estado. Para ello se requiere del fortalecimiento ideológico de quienes entraron en una situación dubitativa en apoyo a nuestro instituto; requerimos de la unidad que cohesione y fortalezca la confianza de la militancia, ardua tarea que corresponde no sólo a las dirigencias del país, sino a las distintas voces representadas en cuadros importantes que han defendido nuestros principios ideológicos, cada quien desde su propia trinchera.

En poco tiempo tendremos elecciones para elegir a nuestro dirigente nacional con dos contendientes de peso: Beatriz Paredes por una parte, quien ha expresado públicamente su postura de centroizquierda y la necesidad de retomar nuestros orígenes sociales y populares, hoy cuestionados gracias a la derechización que la camarilla cupular a nivel nacional emprendida desde el gobierno de Salinas y luego con Zedillo, y por otra parte, Enrique Jackson, a quien recordamos por su apoyo incondicional a los proyectos neoliberales y privatizadores de Fox desde el Senado de la República.

Entonces, la esperanza para que sea precisamente Beatriz Paredes quien se convierta en la próxima dirigente del partido está latente, siempre y cuando los cochupos y componendas de los Gamboa, los Beltrones y compañía no metan las manos para empañar el próximo proceso que se avecina, claro está, con el apoyo incondicional de quienes se han convertido en los grandes electores y dueños de la inalcanzable “democracia” en este país, me refiero a Televisa y a TV Azteca, de alguna manera mediante el pago de favores a los adversarios políticos de la ex candidata al departamento del Distrito Federal.

En Puebla esperamos la ausencia de cargadas, dedazos y las líneas tradicionales que han campeado durante muchos años para convertirse en una cultura y en una tradición tan cómoda para aquellos “priistas” que han vivido de la abyección y de la institucionalidad mal interpretada.

Por ello, ya no más Prian y más, pero mucho más compromiso partidista por el respeto a la base y a nuestras raíces ideológicas.

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