martes, febrero 27, 2007

Columnistas

Tiempos de Nigromante
de Arturo Rueda

artrueda@laquintacolumna.com.mx


La relación Pacheco Pulido –Mario Marín

Ahora que la comisión de investigación de la Suprema Corte de Justicia ya se encuentra en Puebla para realizar las pesquisas que terminen por probar la acción concertada de las autoridades poblanas en contra de Lydia Cacho, y ya que una de sus líneas de investigación es dilucidar la relación entre Mario Marín y Guillermo Pacheco Pulido, quizá a los magistrados y al ministro Juan Silva Meza les convendría saber algunos detalles de la relación entre ambos personajes.

Una relación añeja y que data desde los años ochenta, cuando Pacheco impulsó la carrera política del hoy gobernador e incluso lo salvo del deshonor al rescatarlo después de ser cesado como juez de lo familiar. Una historia oscura que hasta hoy había sido bien ocultada.

Los datos, de interés primordial para la investigación de la Suprema Corte son fácilmente verificables en prueba documental y conocidos por varios poblanos, testigos de los hechos.

Mario Marín estudió en la Facultad de Derecho de la UAP entre los años de 1973-1977 y comenzó su carrera de litigante precisamente en el despacho particular de Guillermo Pachecho Pulido, quien estaba asociado con su primo Federico Pacheco y sus grandes amigos Guillermo Peláez y Javier Pérez Rocha. Ése es el primer momento de contacto entre el hoy titular del Ejecutivo y el hoy Presidente del Tribunal Superior de Justicia.

El segundo momento se da cuando en 1981, con la llegada a la gubernatura de Guillermo Jiménez Morales, el maestro Pacheco Pulido es designado, por primera vez, cabeza del Poder Judicial Poblano y designa como su secretario particular al joven prometedor Mario Marín. Un año después, en 1982, es electo diputado federal a la LII Legislatura, pero deja muy recomendado a Marín, ya que el nuevo presidente del TSJ, Mario Mellado, lo designa secretario de acuerdos del Tribunal, puesto que hoy desempeña Enrique Ruiz Delgadillo.

En ese momento las carreras de ambos se separan. Pacheco continúa como diputado federal hasta 1985 y Marín se muda a la secretaría particular de Gobernación cuando el mismo Mellado es designado titular.

Ahí el hoy mandatario permanecerá en la misma posición por varios años y con diferentes titulares –Amado Camarillo, Fernando García Rosas y Melquíades Morales-, aunque el contacto y amistad con Pacheco Pulido permaneces inalterables.

Y aquí viene la historia oscura. Al finalizar el sexenio de Guillermo Jiménez Morales, Mario Marín fue designado como juez de lo familiar, en donde lo encuentra el inicio de gobierno de Mariano Piña Olaya.

En el juzgado de Marín se llevaba a cabo el juicio de divorcio necesario entre el empresario radiofónico Antonio Grajales y su esposa Marcela Farías –hija de Luis Farías, personaje de influencia nacional-. Al parecer, Marín apoyó la causa de Grajales para que Marcela perdiera la patria potestad de los tres hijos procreados en el matrimonio. Luis Farías entró en cólera, denunció las irregularidades del proceso y le pidió al gobernador la cabeza del joven juez.

El Presidente del TSJ, Ramón López Rubí verificó el proceso y encontró que Marín, en efecto, lo había alterado. La destitución fue fulminante. Parecía el final de la carrera política de la joven promesa.

¿Y quien cree que entró a su rescate? Pues Guillermo Pacheco Pulido, que en febrero de 1987 había comenzado su periodo como alcalde de la ciudad capital. En julio de ese mismo año, Mario Marín se convirtió en el secretario particular del alcalde hasta que culminó su periodo en 1990.

Tremendo apoyo le brindó Pacheco Pulido al salvarlo del deshonor. Pero la cosa no quedó ahí, ya que en 1990 el maestro nuevamente recomendó a Marín con el gobernador Piña Olaya y el vicegobernador Alberto Jiménez Morales, quienes lo designan subsecretario “A” de Gobernación, posición desde la que se enlaza con el equipo de Manuel Bartlett para la operación electoral de la campaña a gobernador en 1992.

Pacheco Pulido, por su parte, nuevamente es electo en 1991 como diputado federal a la LV Legislatura, posición que ocupa hasta 1994.

Para ese momento, brillando ya con estrella propia, Marín no necesitaba a su antiguo benefactor.

Mientras Pacheco se fue a la congeladora, Marín sucesivamente fue secretario de Gobernación, presidente estatal del PRI y candidato a la alcaldía en 1998.

Pacheco regresó a la actividad pública en 1999 cuando fue designado, por segunda vez, como Presidente del TSJ. Marín lo ratificó en el cargo en el 2005, cuando comenzó su periodo como gobernador, en pago a los favores que el maestro le había hecho en su juventud y los varios impulsos que había dado a su carrera política.

¿Puede extrañarle ahora al ministro Juan Silva Meza que el gobernador le tire línea a la cabeza del poder judicial? No, después de conocer la historia común entre ambos personajes.

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