jueves, febrero 08, 2007

El periodista Mario Martell sospecha que las amenazas en su contra podrían ser de Segob

Martín Hernández Alcántara

El periodista Mario Martell Contreras, a quien un guarura de Roberto Marín, hermano del gobernador Mario Marín, le desvió el tabique nasal en una agresión, dijo que tuvo que ausentarse de Puebla más de una semana porque él y su familia estaban siendo amenazados. A pregunta expresa, el cronista de Intolerancia Diario consideró que el hostigamiento que ha sufrido sólo puede ser “orquestado” desde instancias como Gobernación del Poder Ejecutivo local.


Mario Martell contó que el pasado 28 de enero conocidos que trabajan en el gobierno estatal les hicieron llegar el mensaje de que habría represalias en su contra por haberse atrevido a demandar a un familiar del gobernador Mario Marín / Foto: Rafael García Otero

Martell y su pareja, Celina Peña Guzmán, reaparecieron ayer en un café del Centro Histórico de Puebla y de inmediato fueron abordados por sus colegas, quienes en principio de manera informal y luego en una entrevista les cuestionaron si eran ciertos los rumores propalados por informadores afines al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el gobierno de Mario Marín acerca de que habían aceptado dinero y un viaje al extranjero a cambio de que el agraviado se desistiera de la denuncia penal que interpuso ante la Procuraduría General de la República por la golpiza que le propinó Miguel Ángel Romero Ortega.

Ambos negaron tajantemente cualquier tipo de claudicación en la defensa de sus derechos y la exigencia de que se haga justicia. De paso, Martell Contreras reveló que de diversas maneras y fuentes ha recibido invitaciones para negociar con emisarios del Poder Ejecutivo, las cuales ha rechazado y rechazará.

En esa sintonía, anunció que a finales de esta semana o principios de la entrante acudirá a la Fiscalía Especial para la Atención a Delitos contra Periodistas, que encabeza Luis Martínez Fernández del Campo, para ratificar su denuncia por la agresión. Dijo que ya hay más elementos que vinculan a Roberto Marín con el agresor, pese a que el hermano del gobernador ha pretendido deslindarse del asunto.

A pregunta expresa, el informador consideró que las versiones sobre su supuesta sumisión por soborno bien pudieron haber sido orquestadas por Roberto Marín y el gobierno estatal como una forma de presión para que abandone la causa judicial y cese sus declaraciones a los medios.

A Mario Martell le inquirieron entonces si su casa editorial lo estaba apoyando, a lo que contestó que había recibido todo el respaldo de sus patrones y jefes directos, quienes están preocupados por la situación.

También a manera de repuesta informó que organizaciones como Prensa y Democracia, Reporteros sin fronteras y el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, entre otras, han condenado la violencia que padeció y se han solidarizado con su causa.

Durante la entrevista, Martell Contreras relató algunas de las hostilidades que ha sufrido desde que denunció la golpiza, mismas que ya fueron consignadas por La Jornada de Oriente en su edición del pasado 29 de enero.

Contó que desde el domingo 28 del mes pasado amigos y conocidos que trabajan en el gobierno estatal les hicieron llegar el mensaje de que habría represalias en contra de él y su familia por haberse atrevido a demandar penalmente a un familiar del llamado góber precioso; además, al filo de la una de la madrugada de ese domingo, Adrián Lumbreras Picazo, uno de los abogados defensores del informador, recibió una llamada anónima desde un número que su teléfono registró como “privado”, en la cual un hombre le propuso traicionar a su cliente a cambio de dinero. Como el litigante dijo que no estaba dispuesto, la voz al otro lado de la línea le expresó en tono amenazante: “¡Si usted no quiere nosotros vamos a ver cómo lo arreglamos!”. Más o menos a la misma hora, en el hogar de Mario Martell y Peña se recibieron varias llamadas telefónicas, pero cuando contestaban no había ninguna respuesta.

Desde la noche del pasado 26 de enero se suscitaron hechos que Martell y Celina Peña consideran inquietantes: una camioneta Suburban sin placas, color arena, permaneció estacionada en las inmediaciones de su domicilio, ubicado en la Unidad Habitacional Fuentes de San Bartolo, al sur de la ciudad de Puebla. “Esto es muy extraño porque podemos decir que en todo el tiempo que llevamos viviendo en ese departamento de interés social, nunca hemos visto ese vehículo y sabemos que nadie ha comprado recientemente uno así”, dijo en su momento la pareja del periodista.

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