La maquinita político - militar de Felipe Calderón
Víctor G. Ayluardo:
Van solo unos meses de que Felipe Calderón tomara por asalto la presidencia de la República, bajo un golpe de estado mediático, auspiciado por el duopolio Televisa/Tv Azteca, una horda de empresarios neoliberales y asociaciones de extrema derecha, maquillada por una terrible complicidad de las diferentes fuerzas políticas del país, incluyendo la llamada "oposición", y las cosas han comenzado a tornarse mas claras y directas.
Desde aquellos días previos a su llegada, la mano de Fecal ya movía las piezas del ajedrez político, ordenando y coordinando junto al des-gobierno de Vicente Fox, una amenaza sobre todo aquello que oliera a rebelión popular, y resistencia a las políticas de corte neoliberal que han venido dándose en México desde hace mas de 76 años.
A dos meses y días, México comienza poco a poco a encaminarse a un gobierno apuntalado por cientos de efectivos militares, regados en todo el país, bajo el pretexto de una lucha sin cuartel contra el narcotráfico, que contradictoriamente, no rinde frutos y solo sirve para demostrar que aun, con el ejercito patrullando las ciudades, las ejecuciones siguen a la orden del día, ¿habrá causado un mejor efecto el operativo militar en su vertiente menos pública y mas apegada a la realidad para la cual fue creada?, quizá, pero la realidad esta ahí frente a nuestros ojos y simplemente vemos como el tiempo pasa, mientras todo aquello que apeste a insurrección popular, será de inmediato empanizado de una guerra mediática y calificado con los peores adjetivos y descalificaciones, siendo tachados de rijosos que solo buscan desestabilizar la paz social y el buen rumbo que México esta tomando, -cualquier cosa que eso signifique en boca de López Doriga o Loret de Mola- para ser rápidamente desarticulado, bajo una persecución selectiva de baja intensidad, así juega Felipe Calderón, a defender lo que tantas facturas le ha tocado pagar hasta el momento, su espacio temporal de poder.
Sin llegar ni a los primeros cien días, el que se jactaba de ser el candidato del empleo, paradójicamente ha dejado a poco mas de 265 mil mexicanos sin trabajo, mientras alimentos tan elementales en la dieta mexicana, como lo es el maíz, ha incrementado su precio, las tortillas de 6.00 pesos el kilo, brincaron, hasta llegar incluso a los quince pesos en algunas partes del país, de ahí, podríamos hacer una larga lista, de todos aquellos artículos de primera necesidad, que se han ido día a día convirtiendo prácticamente en artículos de lujo, para el grueso de la población, mientras los trabajadores pueden presumir a los cuatro vientos que el salario mínimo se les incremento solo un peso con noventa centavos, que prácticamente sirven para que te compres dos chicles afuera del metro, porque para un boleto no te podría alcanzar.
La tensa situación social que vive México en los primeros meses de este 2007, ante el decaimiento del poder adquisitivo real de los trabajadores con sueldos muy por debajo de las necesidades mínimas de subsistencia, abren el debate sobre el destino al cual nos enfrentamos día a día todos los mexicanos, y pone de manifiesto una vez mas, la necesidad urgente, de escalonar acciones que vengan desde abajo para neutralizar eficazmente las políticas oligárquicas y de conveniencia, con los grandes capitales nacionales e internacionales que se están aglutinando bajo el brazo de Felipe Calderón.
El reto esta ahí para todos, sin excepción alguna, crear un contrapeso social a gran escala, quizá como pocas veces se ha visto en México y frenar de golpe todas las intenciones de seguir bajo un régimen político que beneficia a unos cuantos, mientras la mayoría se va sumiendo cada vez más en su propia desgracia. Es indispensable reestructurar las diferencias entre los diversos movimientos sociales y políticos de izquierda y encontrar el camino a seguir para desarticular al enemigo en común, las diferencias ideológicas podrán ser varias, pero el enemigo común es el mismo, la ultraderecha que gana espacios sin importar recurrir a los métodos mas ruines y bajos, para ejercer su poder represivo y fascista.
La moneda esta en el aire y la maquinaria policiaco-militar de Felipe Calderón se ha echado a andar, recorriendo todo el país en busca de cualquier indicador que ponga en riesgo la instauración del modelo económico que tanto conviene al pequeño grupo de delincuentes empresariales, que cuentan en su pequeña persona, con un aliado que retribuirá con creces, la inversión a corto plazo que resultó de la campaña mediático - electoral, un jugoso néctar de beneficios y mas aún, la tan anunciada y perseguida reforma energética y fiscal, que abrirá a manos llenas al capital privado los recursos nacionales que siguen siendo vitales para el desarrollo económico-social del país.
Desde aquellos días previos a su llegada, la mano de Fecal ya movía las piezas del ajedrez político, ordenando y coordinando junto al des-gobierno de Vicente Fox, una amenaza sobre todo aquello que oliera a rebelión popular, y resistencia a las políticas de corte neoliberal que han venido dándose en México desde hace mas de 76 años.
A dos meses y días, México comienza poco a poco a encaminarse a un gobierno apuntalado por cientos de efectivos militares, regados en todo el país, bajo el pretexto de una lucha sin cuartel contra el narcotráfico, que contradictoriamente, no rinde frutos y solo sirve para demostrar que aun, con el ejercito patrullando las ciudades, las ejecuciones siguen a la orden del día, ¿habrá causado un mejor efecto el operativo militar en su vertiente menos pública y mas apegada a la realidad para la cual fue creada?, quizá, pero la realidad esta ahí frente a nuestros ojos y simplemente vemos como el tiempo pasa, mientras todo aquello que apeste a insurrección popular, será de inmediato empanizado de una guerra mediática y calificado con los peores adjetivos y descalificaciones, siendo tachados de rijosos que solo buscan desestabilizar la paz social y el buen rumbo que México esta tomando, -cualquier cosa que eso signifique en boca de López Doriga o Loret de Mola- para ser rápidamente desarticulado, bajo una persecución selectiva de baja intensidad, así juega Felipe Calderón, a defender lo que tantas facturas le ha tocado pagar hasta el momento, su espacio temporal de poder.
Sin llegar ni a los primeros cien días, el que se jactaba de ser el candidato del empleo, paradójicamente ha dejado a poco mas de 265 mil mexicanos sin trabajo, mientras alimentos tan elementales en la dieta mexicana, como lo es el maíz, ha incrementado su precio, las tortillas de 6.00 pesos el kilo, brincaron, hasta llegar incluso a los quince pesos en algunas partes del país, de ahí, podríamos hacer una larga lista, de todos aquellos artículos de primera necesidad, que se han ido día a día convirtiendo prácticamente en artículos de lujo, para el grueso de la población, mientras los trabajadores pueden presumir a los cuatro vientos que el salario mínimo se les incremento solo un peso con noventa centavos, que prácticamente sirven para que te compres dos chicles afuera del metro, porque para un boleto no te podría alcanzar.
La tensa situación social que vive México en los primeros meses de este 2007, ante el decaimiento del poder adquisitivo real de los trabajadores con sueldos muy por debajo de las necesidades mínimas de subsistencia, abren el debate sobre el destino al cual nos enfrentamos día a día todos los mexicanos, y pone de manifiesto una vez mas, la necesidad urgente, de escalonar acciones que vengan desde abajo para neutralizar eficazmente las políticas oligárquicas y de conveniencia, con los grandes capitales nacionales e internacionales que se están aglutinando bajo el brazo de Felipe Calderón.
El reto esta ahí para todos, sin excepción alguna, crear un contrapeso social a gran escala, quizá como pocas veces se ha visto en México y frenar de golpe todas las intenciones de seguir bajo un régimen político que beneficia a unos cuantos, mientras la mayoría se va sumiendo cada vez más en su propia desgracia. Es indispensable reestructurar las diferencias entre los diversos movimientos sociales y políticos de izquierda y encontrar el camino a seguir para desarticular al enemigo en común, las diferencias ideológicas podrán ser varias, pero el enemigo común es el mismo, la ultraderecha que gana espacios sin importar recurrir a los métodos mas ruines y bajos, para ejercer su poder represivo y fascista.
La moneda esta en el aire y la maquinaria policiaco-militar de Felipe Calderón se ha echado a andar, recorriendo todo el país en busca de cualquier indicador que ponga en riesgo la instauración del modelo económico que tanto conviene al pequeño grupo de delincuentes empresariales, que cuentan en su pequeña persona, con un aliado que retribuirá con creces, la inversión a corto plazo que resultó de la campaña mediático - electoral, un jugoso néctar de beneficios y mas aún, la tan anunciada y perseguida reforma energética y fiscal, que abrirá a manos llenas al capital privado los recursos nacionales que siguen siendo vitales para el desarrollo económico-social del país.
No a la militarización del país