lunes, marzo 05, 2007


Columnistas



Tiempos de Nigromante
de Arturo Rueda

artrueda@laquintacolumna.com.mx


Las presiones hacia la Suprema Corte

El viernes pasado se reunieron a comer Manlio Fabio Beltrones y Guillermo Ortiz Mayagoitia.
Aunque el pretexto fue dialogar acerca de la Ley de Salarios a funcionarios públicos –de próxima aprobación- , el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado quería tratar el tema de la investigación a Mario Marín e instar a la cabeza de la Corte para que resuelva la situación jurídica del gobernador poblano.


Ortiz Mayagotia escuchó Manlio Fabio, pero no dio ninguna garantía.


No está en mi mano”, fue la respuesta, confió al columnista un colaborador de Manlio en el Senado.
Hace dos semanas ocurrió una reunión parecida.


En esta ocasión los protagonistas fueron tres diputados federales priístas –Emilio Gamboa, Mario Mendoza y uno más- quienes se entrevistaron con una comisión de ministros para tratar el mismo tema: Mario Marín y la investigación de la Corte.


Mendoza, chofer experimentado y diputado novicio, comenzó a moverse en San Lázaro para que otros diputados se sumaran a la defensa del gobernador poblano.


Emilio Gamboa, coordinador de los diputados priístas, lo paró en seco.


“Yo soy el interlocutor institucional”, le dijo.


“Traigo instrucciones del gobernador y Zavala”, respondió el ex chofer.


Gamboa le cambió la jugada y propuso una comisión de tres diputados –incluido Mendoza mismo- para que hablaran a nombre de toda la fracción parlamentaria.


Al encontrarse con los ministros, Gamboa fue el único en hablar.


“Venimos a pedirles, respetuosamente, que resuelven el asunto del gobernador poblano, en un sentido o en otro, pero ya”.


Mario Mendoza no dio crédito a las palabras, confió el tercer diputado. Si esperaban un defensa del gobernador por parte de Emilio Gamboa, no la obtuvieron.


El 6 de febrero, en el segundo encuentro entre dirigentes de partidos y los consejeros electorales, Valentín Meneses propuso que el Instituto Estatal Electoral exhortara a la Suprema Corte de Justicia para que apresuraran los resultados de la indagatoria.


Jorge Sánchez y compañía se negaron a hacerlo. “Es un despropósito, no tenemos facultades”, respondieron.


Hace dos semanas también Valentín Meneses propuso un punto de acuerdo en la Comisión Política Permanente del Consejo Política Nacional priísta para que entre las últimas acciones de Mariano Palacios Alcocer el partido saliera a la defensa del gobernador poblano.


En plena Cuarta Asamblea Extraordinaria, Valentín Meneses propuso nuevamente el punto de acuerdo, incluyendo ahora, además de Marín, a los gobernadores Humberto Moreira y Ulises Ruiz, ante las presiones que sufren los tres mandatarios por parte del gobierno federal.


Según Milenio nacional, dicho punto de acuerdo no fue aprobado y se trasladó a la Asamblea ordinaria, a realizarse dentro de seis meses.

¿Qué tiene en común todos estos episodios, aparentemente inconexos en actores y momentos?

Pues que revelan una cuidadosa estrategia, oculta hasta hoy, para ponerle presión política a la Suprema Corte de Justicia, recurriendo a los priístas nacionales y sus figuras. La intención, muy clara, es que los ministros resuelvan la situación del gobernador antes de que empiece el proceso político de las elecciones intermedias de noviembre, para que aquello que resulte de la investigación, no contamine al proceso electoral

¿La pregunta interesante es por qué, a través distintos personajes e instancias, Marín busca presionar a los ministros a resolver su situación lo más rápido posible?

Es decir, si la resolución exonera a Marín de las violaciones a las garantías de Lydia Cacho, y ésta se da por ahí de septiembre e incluso de octubre, pues se trataría de un argumento que apoyaría al PRI a ganar las elecciones y retener la mayoría en el Congreso del Estado.

¿Por qué la impaciencia? ¿Por qué dar la impresión de desesperación? ¿Por qué echar el resto en este momento, y recurrir a todas las instancias y figuras posibles para presionar a los ministros?

Quizá por algo que ya se intuye en el ambiente.

Que la Suprema Corte va a resolver la investigación justo en medio del proceso electoral, y que condenarán al gobernador poblano, lo que será aprovechado por el panismo para hacerse de la mayoría en el Congreso. En otras palabras, que será el tiro de gracia para el marinismo en plena batalla campal por la supervivencia.

Por ello Mario Marín prefiere que la resolución condenatoria venga desde hoy. Para tener tiempo para defenderse y tiempo para que las heridas en la ciudadanía sanen. En suma, para que las elecciones no se conviertan en un referéndum para la permanencia o no de Marín en el poder.

Si alguien tiene otra teoría, favor de remitirla.

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