lunes, septiembre 18, 2006

SEROTONINA PURA
Palou2006@hotmail.com


PORQUÉ LLORAMOS?
Javier palou garcía.
«Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas...».
Zorrilla

Para el Dr. Boix ante todo, excelente amigo.


¿Porqué lloramos? ¿Porqué nuestro cuerpo reaccionará de esa manera? ¿Qué sentido tiene? Darwin investigó el tema, clasificó hasta 450 gestos diferentes al llorar, y según él, esta reacción tiene un efecto positivo en nuestra salud. Lo clasificó diciendo que las lágrimas son sólo un efecto colateral al sentimiento involuntario de las llamadas de auxilio. El llanto sintetiza y alivia el pesar humano, ya que libera la tensión y evita úlceras en el cuerpo.

Parece ser que este mecanismo es algo innato en nosotros los humanos, es una pauta de nuestro cerebro que ejecutan cuando recibe fuertes estimulaciones emocionales.

Las lágrimas son difíciles de explicar por parte de los científicos, nuevamente Darwin sugirió que surgen al apretar los ojos, al gemir, se comprimen las glándulas lacrimales, Freud pensó que era la catarsis de una tensión nerviosa. Son las lágrimas, simplemente una expresión facial, para expresar una situación anímica de sufrimiento y, por tanto, de petición de ayuda.

El llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras. Así, el viernes en el zócalo capitalino, en el corazón político, y económico de México, lloramos muchos, se respiraba tristeza, se respiraba dolor, se acababa el mega plantón, se levantaban los campamentos para dar paso a la Convención Nacional Democrática, y después de 48 días de estar ahí, al termino de la asamblea informativa, vi llorar a muchas personas, y me vieron llorar muchas más, la dacriología, que es una novedosa rama de la oftalmología, no logra entender esa reacción colectiva de expulsar lágrimas tan contundentes que contienen 98% de agua, 1% de sales minerales y 1% de proteínas. Y además amargas y saladas, ya que contienen cloruro de sódico y tiene un pH de 7.4, ligeramente alcalino, eso sí, bien estudiado, y además las catalogaron de las más abundantes, desencadenadas por un estímulo nervioso, generalmente iniciado en el trigénimo, muy emocionales, que surgieron del área límbica cerebral y en ese preciso momento, sirvieron para comunicar a los demás nuestro estado de ánimo. Antes de ver esa expresión colectiva habían asegurado que una persona llora por término medio unas 250,000 veces a lo largo de su vida, ahora consideran seriamente cambiar ese dato, aumentándolo en países donde existen resistencias civiles pacíficas.

Así pues, miles de personas reunidos ahí, lloramos para aliviar las tensiones acumuladas, lloramos de rabia, de coraje y los más, de impotencia ante lo que consideramos un terrible fraude en nuestras elecciones del 2 de julio pasado, lloramos por el terrible comportamiento del IFE, lloramos por el Tribunal Electoral, en sus dos absurdas decisiones, de sólo contar el 9.07% de las boletas y por concluir que fueron ilegales las elecciones, pero nomás poquito, lloramos porque durante esos 48 días, nos insultaban, nos metían miedo, nos hacían menos, lloramos porque nos robaron nuestros sueños. Lloramos por el cinismo de Fox, lloramos porque comprobamos que nuestras instituciones están desechas. Lloramos pidiendo auxilio, lloramos porque se está cayendo a pedazos nuestro país, lloramos tratando de aliviar nuestro pesar y con esto además, rompimos un mito añejo de una fuerte presión cultural y de educación, donde nos decían que llorar era signo de debilidad, y que llorar en público no era bien visto, y peor, si era un hombre el que lo hacía, una nueva, mentira que hemos roto con el colectivo ahora -de nuestras lágrimas- en la resistencia civil pacífica y entonces comprendimos que el llorar y ser sensibles es una fortaleza más que una debilidad, porque Darwin y muchos más científicos nos dijeron que el llanto es expresivo, que libera muchas y distintas emociones y es el resultado de expresar lo que no podemos hacer con palabras, -porque no nos dejan-. Así, me percate de una forma de llorar llamada espasmódicamente, con crisis súbitas de llanto en muchas personas que no saben que van a hacer ahora, que no van a poder escuchar todas las noches a Andrés Manuel López Obrador, quien motivaba y cada discurso que dio en esos 48 días, además de superarlos diariamente, resultaron ser, pura vitamina. Al terminar de llorar, al mismo tiempo de quedar limpísimos de los ojos, quedamos listos para una nueva etapa, una nueva forma de resistencia civil pacífica, la Convención Nacional Democrática, y abandonamos el síndrome “sicca” también denominado ojo seco, y muchos más síndromes que nos impedían pensar y actuar libremente. Así que recuerda, ante cualquier injusticia, en cualquier parte del mundo, llora, libera emociones y como decía el poeta nicaragüense Rubén Darío, “Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer.”

Andrés Manuel, cumplimos fielmente la máxima de Víctor Hugo “atreveos: sólo así se logra el progreso”, y además, ganamos mucho, muchísimo, en cualquier orden de ideas.
Y también, lloramos juntos, evitándonos muchas úlceras.

Dejando a un lado la ciencia;

Lloramos simplemente porque duele.
Lloramos simplemente porque nos robaron la elección presidencial. Lloramos simplemente porque ya no vamos a estar tan cerca de ti.
Lloramos simplemente por Dignidad.


todosporelbiendetodos@hotmail.com

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