viernes, junio 15, 2007


Crónica: Aniversario de la APPO
"Esta no es una pinche celebración"

Para el gobierno de Ulises Ruiz todo está normal. Presume "compromiso cumplido". Para los opositores al mandatario la rebelión continúa. "Ya vamos regresando y el tirano está temblando", amenazan en el zócalo.

Noche del 13 de junio de 2007. El zócalo de Oaxaca está esplendoroso, lindo. Mucha gente ve en cafetines y restaurantes el partido de fútbol entre México y Panamá. Lo sufre.

Es tanta la calma durante los últimos meses en Oaxaca que tal parece que todo volvió a la normalidad. “Compromiso cumplido”, reza la propaganda colocada por todos lados por la administración del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, después de la crisis.

Pero eso de la crisis es cosa del pasado. Aquí en el zócalo, donde antes había carpas de protesta, hoy hay esplendor. En el antiguo Palacio de Gobierno la administración estatal invitó hace unas semanas a la empresa Ford a presentar su nueva línea de automóviles 2007.

Así, para que los oaxaqueños se deleitaran, modernos autos compactos último modelo fueron acomodados en el interior del recinto donde despachó alguna vez Benito Juárez.

Todo en paz. Oaxaca normal.

****

El gobernador Ulises Ruiz declaró la víspera que los actos de este 14 de junio de 2007 eran solamente “una celebración” de la sección 22 del SNTE. Por eso, sólo por eso, una de tantas pancartas que forman parte de esta larga marcha de protesta, se queja: “¡Esta no es una pinche celebración, Ulises!”

Minerva Salgado, esposa de un maestro, trabajó en la creación del modesto reclamo. “¿Cómo se le ocurre decir a ese señor que hoy estamos celebrando que nos haya mandado golpear y echar gases con sus policías y sus helicópteros? Ese señor está mal de la cabeza, ¡es un cínico!”

—Si no es una celebración, ¿entonces qué es lo de hoy? —pregunta un reportero a la mujer.

—Pues ¿que no ve?, es el pueblo exigiendo que se largue de una vez ese señor.

****

Calle Joaquín Amaro, Colonia Figueroa. 4:45 horas del 14 de junio.

Aquí solía colocarse hace unos meses una de las centenares de barricadas de los opositores a Ulises Ruiz. Hoy los vecinos lanzan cohetones al aire para romper el silencio de la madrugada y recordar el inicio del fallido operativo de desalojo del año pasado. El coro de los tronidos abarca no solo la calle Joaquín Amaro, sino la mayoría de los barrios populares de la ciudad.

Suena también en el poderoso estéreo de un automóvil la música que ponen opositores en Radio Alterna, una de las cuatro estaciones alternativas que operan en el cuadrante radiofónico, sin necesidad de tener los permisos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Hay también un grupo de jóvenes pintando un mural en la pared de un vecino. El Che Guevara —quien nació un 14 de junio— es el personaje retratado junto a las siglas que hoy volvieron a verse por todos lados: APPO.

La calle está completamente bloqueada y llena de ruido. A lo lejos, un vehículo con las luces altas se va acercando hasta donde está la multitud. Es una camioneta del Ejército Mexicano que además de piloto y copiloto militares lleva en la parte trasera a otros cuatro soldados armados con rifles. El ruido se acaba en la callea Joaquín Amaro. Hay expectativa por lo que pueda pasar.

Pero nada.

El coche del Ejército da reversa, gira un poco a la izquierda y luego se va. Los vecinos lanzan cohetes. “Asesinos, asesinos”, gritan, y uno enronquece al máximo la voz para despedir a los militares: “¡Váyanse a proteger a su Calderón, porque aquí el pueblo no los quiere!”

La protesta sigue en la colonia Figueroa. Y en el resto de Oaxaca.

****

La Catedral de Oaxaca amaneció con un graffiti: “14 de junio 2007. La rebelión continúa”.

La sombrerería El Córcel amaneció con una pinta en su cortina que dice: “Sólo la revolución socialista es cambio”.

El antiguo Palacio de Gobierno amaneció rayado con espray: “14 de junio, ni perdón ni olvido”.

Piticó, tienda de comestibles, amaneció: “Esta es la revuelta de los proletarios contra los propietarios”.

El quiosco del Zócalo amaneció con la frase: “Ya vamos regresando y el tirano está temblando”.

Hay decenas de miles de personas marchando, pero no están ellos. Aquellos que en buena medida le dieron rostro a la rebelión oaxaqueña del año pasado. Unos están exiliados en Canadá o Bolivia, como Enrique Rueda Pacheco, dirigente magisterial, y Berta Elena Muñoz, locutora de Radio Universidad; otros pasan los días en la cárcel, como Flavio Sosa Villavicencio y César Mateos, a quien sin embargo, el gobernador no recuerda incluirlo en la lista de los únicos cuatro appistas que, según dice, permanecen recluidos.

****

Jorge Franco Vargas operó como secretario de Gobierno el fallido desalojo del año pasado. Ante el desastre, fue sacrificado de su cargo y tuvo que salir del país por un tiempo.

Hace unos meses volvió a su ciudad para ser registrado como diputado plurinominal para las próximas elecciones. Y este 14 de junio lo inició desayunando en el restaurante de un exclusivo hotel de la ciudad, en compañía de Héctor Sánchez, aquel viejo líder de la rebelde COCEI y del PRD que ahora está al servicio del gobierno de Ulises Ruiz.

Oaxaca normal.

Mensaje de sta semana