jueves, mayo 03, 2007

OPINIÓN

¿En defensa del derecho a la vida, o del derecho a decidir por los demás?

Wulfrano Torres Pérez

Bajo la consigna “abortar la ley, no la vida”, la derecha mexicana, representada por el PAN, las iglesias, las familias “bien” (económicamente hablando) han decidido salir a combatir el derecho de las mujeres a decidir. Convencidos de que dios les dio en exclusiva la patente de la verdad terrenal se erigen como jueces implacables, su veredicto inapelable dice: “Las mujeres que aborten y sobrevivan deben ser castigadas”. Más que defender la vida se interesan por sancionar a la pecadora. No les preocupa las causas y consecuencias del aborto, mientras esté penalizado el problema no existe; sin importarles que miles de mujeres fallecen por las condiciones clandestinas e insalubres en que se les practica el aborto, creen que con el castigo pueden acallar a su conciencia hipócrita y farisea.

Desde cualquier punto de vista es racional, y moralmente defendible, el derecho a la vida, pero ese derecho incluye, o debería incluir, a todos los seres vivos y particularmente a los humanos. ¿Podemos decir que defendemos la vida de los niños en el vientre materno y quedarnos callados ante la condición de desnutrición en que viven millones de madres?; ¿defender la vida, es quedarse callados y permitir que la industria, en su afán de lucro desmedido y depredador, contamine la atmósfera, los ríos, los mares y acabe con manglares, bosques, flora y fauna para crear hoteles de lujo?.

¿No se atenta contra la vida cuando el gobierno, al servicio de los intereses del gran capital, es cómplice de la violación a los derechos laborales más elementales de los trabajadores, cuando limita el acceso a los servicios de salud y educación de millones de mexicanos?; ¿qué compromiso tiene este gobierno, que tanto dice defender la vida, con los pacientes con Sida?; o es que, ¿por ser “pecadores” merecen su castigo?; ¿se defiende la vida de los mexicanos al permitir que los monopolios farmacéuticos lucren con la salud del pueblo?.

¿Qué de congruente tiene decir que se está a favor de la vida y defender un sistema que tiene en la pobreza y marginación a más de 50 millones de mexicanos y ha expulsado de su país a más de 10 millones de compatriotas?. Ahora mismo, y coherente con su doble moral, el gobierno espurio de Calderón está impulsando una ley que termine con nuestra condición de país neutral, con esa medida este gobierno impuesto podrá poner a disposición de los gringos, no sólo a nuestro territorio, sino también a los mexicanos (los pobres, por supuesto). Teniendo como vecino al país más bélico y mortífero en la historia humana, ¿qué de pacífico y racional tiene esta iniciativa panista?. Podemos estar seguros de que los que ahora dicen defender la vida apoyaran, junto con los priistas que no conocen la dignidad, esta absurda iniciativa reaccionaria.

Esta alucinante e irresponsable iniciativa que obviamente fue una orden impuesta por Bush a Calderón en nada beneficia a nuestro país y lo haría blanco del terrorismo antinorteamericano. El artículo139 del Código Penal Federal, que recientemente fue modificado por el Senado de la República, impone una pena de seis a 40 años de prisión, entre otros, a quien atente contra la seguridad nacional. Participar en una guerra ajena como si fuera una oligofrénica aventura, ¿no es una forma de atentar contra la seguridad nacional?.

Sr. Calderón, si a pesar de su generosa incapacidad para gobernar está usted donde lo pusieron, eso no le otorga el derecho a poner en riesgo al país. A pesar de que le ocasione un regaño de Bush, el pueblo (aunque no lo haya elegido) se lo agradecerá. No se puede estar a favor de la vida y de la guerra al mismo tiempo.

Sin embargo, en este mundo esquizoide de la política neoliberal dependiente y entreguista, no será difícil que ambas reformas (la iniciativa calderonista de antineutralidad y el artículo 139 ya mencionado) sobrevivan, porque las leyes sólo aplican para los de abajo. Señoras y señores legisladores, ¿para quién trabajan?; ¿quién los eligió?; ¿a quién representan realmente?; ¿no sienten vergüenza gobernar a nuestras espaldas y en contra de nuestros intereses y después, cínicamente, volver a pedir nuestro voto?; ¿qué de democrático tiene este estilo inmoral y tirano de gobernar?.

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