miércoles, abril 11, 2007

Columnistas

Duelo de Espadas
Edmundo Dantés

condemontec@hotmail.com



Aborto: oscurantismo vs educación

Aunque los asambleístas del DF parecen estar retrocediendo, el debate sobre la despenalización del aborto ya arrojó un beneficio importante: demostrar el ocurantismo, la intolerancia, autoritarismo y cerrazón con que las cúpulas de las diversas iglesias, del PAN, del gobierno federal y el Yunque abordan temas abordan este tipo de tópicos.


Su estrategia es clara: evadir cualquier debate legal, médico o socioeconómico serio y concentrarse en la manipulación de los medios informativos, en el chantaje, en el discurso hueco de la “defensa de la vida”, para no contestar a cuestionamientos que le son incómodos, como la proliferación de muertes por legrados mal practicados, el incremento de la cantidad de niños de la calle o el hecho de que la explosión demográfica genera mayor pobreza y marginación.


Para la derecha y sus derivados (CEM, PAN, CCE, federación, etc) no importan las mujeres que fallecen por abortos practicados en condiciones insalubres, tampoco les hacen mella los llamados “hijos de nadie” que sufren cualquier cantidad de abusos y mucho menos se preocupan por la necesidad de mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos, cuya ignorancia y/o fanatismo religioso los hace llenarse de hijos, pese a no tener con qué darles la más mínima atención.


Según Norberto Rivera Carrera y sus corifeos - incluyendo los medios deformadores de la opinión pública, entre los que se encuentran ambas televisoras y varias estaciones de radio y periódicos - quienes practican y/o apoyan el aborto son delincuentes. Así de fácil, sin importar el régimen legal del país ni las condiciones médicas, económicas, sociales o personales de los involucrados. Es difícil encontrar un mayor ejemplo de dogmatismo.


Sin embargo, el régimen legal vigente de la materia ubica a México como un país retrógrado, porque para el 75% de la población mundial está permitido el aborto por decisión de la mujer, por factores sociales y económicos y por motivos médicos diversos (ésta es la situación en las democracias más avanzadas, y en algunos países de lo que se llamó el bloque socialista), según cifras de ANDAR, Alianza Nacional por el Derecho a Decidir.


Para el 15% de la población del planeta, el aborto está permitido únicamente para salvar la vida de la mujer (en este grupo están la mayoría de los países islámicos, casi todos los de América Latina, una mayoría de países africanos y solamente Irlanda, entre los europeos); en el 10% restante el aborto está prohibido totalmente, de acuerdo a ANDAR.


Además, estudios realizados por The Alan Gutmatcher Institute, con sede en Washington y Nueva York, señalan que el dogmatismo de los países donde se penaliza el aborto sí ocasiona un mucho mayor índice de mortalidad femenina en comparación con las naciones que no sancionan esta práctica.


Veamos: donde los legrados no son penalizados las defunciones son de 0.2 a 1.2 casos por cada 100 mil abortos, mientras que en los países que sancionan la práctica el nivel de mortandad se eleva a 330 fallecimientos por cada 100 mil abortos. Esta misma institución precisa que, en su mayoría, son los países tercermundistas los que castigan a las mujeres.


La OMS calcula que al año se dan 20 millones de abortos inseguros, 19 millones se dan en América Latina y en los demás países en vías de desarrollo. La misma institución calcula que un tercio de las mujeres que se someten a un legrado ilegal sufre serias complicaciones, pero menos de la mitad de las que se encuentran en estas circunstancias reciben atención hospitalaria. En el mundo, se estima que anualmente fallecen 78 mil féminas por malas prácticas de aborto.


Cifras de la OMS – recopiladas por The Alan Gutmatcher Institute- precisan que solamente el 42 por ciento de las mujeres casadas en América Latina y Asia Oriental usa un método anticonceptivo, a diferencia del 58 por ciento de féminas que viven en naciones desarrolladas y sí evitan los embarazos.


En el caso de las solteras que viven en países tercermundistas los datos son peores: entre uno y dos tercios de ellas no usan un método anticonceptivo, pese a llevar una vida sexual activa, mientras que entre el 10 y 40 por ciento que supuestamente se “cuida” usa un mecanismo “natural”, pese a que son los más inseguros.


En el caso de México, según ANDAR, éste sí es un problema de salud pública, debido a que “se estima que cada día más de mil mujeres abortan ilegalmente y, si la ley se cumpliera, la infraestructura carcelaria sería insuficiente para encerrarlas. Si el desuso fuera causa de derogación de las leyes, en México el régimen legal actual del aborto sería obsoleto.


La existencia de esta penalización provoca graves problemas de justicia social y salud pública, porque las mujeres con recursos económicos se hacen abortos ilegales en las mejores condiciones, mientras las demás, que son la mayoría, engrosan las cifras de mortalidad y morbilidad lo que, a su vez, incrementa los gastos en los hospitales públicos”.

Estos datos de la OMS y de varias ONGS reflejan la difícil disyuntiva en que las diferentes iglesias y el sector conservador que usufructúa al país quieren que permanezcan las mujeres mexicanas: sin usar anticonceptivos, muriendo por legrados mal practicados y - en un momento dado - con la posibilidad legal, real, de ser encarceladas por tomar una difícil decisión sobre su propia vida y cuerpo.


El hecho de que la situación legal del aborto permanezca como está en la actualidad, solamente hará que prevalezca la simulación médica, social y legal. Por consecuencia, seguirán practicándose los abortos inseguros y las mujeres continuarán muriendo o enfrentando secuelas fisiológicas de por vida.

Estocada

Se informa a los escasos y sufridores lectores de esta columna que Edmundo Dantés se tomará un breve descanso por la Semana Santa. Duelo de Espadas volverá a publicarse el martes 17 de este mes.

Mensaje de sta semana